Bajo la superficie de las conferencias “mañaneras”, la inminencia del proceso electoral o la legión de personajes y asuntos sin importancia, el presidente López Obrador impulsa una convulsión del sistema de justicia. Parece estarlo haciendo de espaldas a los ciudadanos y a los expertos que deberíamos escuchar todos. A las regiones y los estados. Sin que la nación apenas se entere.
cronista incómodo para el activismo ciego.
El último día de noviembre, una instancia de Naciones Unidas envió personalmente a López Obrador un sólido reclamo, envuelto en el aterciopelado lenguaje de la diplomacia, para hacer sentir su inquietud ante un paquete de reformas ya en proceso dentro del Legislativo .
Se arrojó así luz sobre el armado de una nueva estructura jurídica ante la mayor crisis del sistema de justicia en la historia moderna del país. En este momento están en marcha iniciativas para modificar siete artículos de la Constitución ; para unificar los Códigos Penales estatales ; modificar el Código Nacional de Procedimientos Penales; la ley de la Fiscalía General de la República y la del Poder Judicial de la Federación, “así como otras cuatro leyes centrales en la procuración e impartición de justicia”, indica una carta de seis páginas firmada por Diego García-Sayán , relator especial de la ONU sobre la independencia de los jueces y abogados.
impugna la iniciativa enviada en febrero para reformar al Poder Judicial de la Federación, que encabeza el ministro Arturo Zaldívar . Esta reforma ya fue aprobada en el Senado y se halla en la Cámara de Diputados . Ha despertado tanto elogios como reticencias.
Según acepta públicamente Zaldívar, la iniciativa fue elaborada por su cuerpo de asesores, pero turnada bajo la firma del Presidente al Congreso. De acuerdo con la carta referida, esa iniciativa no fue consultada al resto de ministros de la Corte, a los integrantes del Consejo de la Judicatura o a los depauperados poderes judiciales locales, mucho menos a las agrupaciones de jueces y magistrados, o a los colegios de abogados.
El documento de la ONU alerta que la reforma ya pasada por la cámara alta, bajo la tutela de Ricardo Monreal , coordinador de la mayoría de Morena , debe ser más ampliamente discutida. De ser avalada en sus términos, dice, vulnerará la autonomía de los jueces federales, permitirá atropellos en su contra y burlará sus derechos laborales. El riesgo es que la reforma que Zaldívar presenta como el avance más importante del Poder Judicial federal desde su relanzamiento en 1994, acabe siendo considerada su venganza en contra de la comunidad judicial, que aún no lo reconoce como uno de los suyos.
Apuntes:
Resulta estremecedora la profusión de testimonios sobre contagiados de Covid-19 en la zona metropolitana de la capital del país recorriendo hospitales, públicos o privados, en búsqueda inútil de un rincón de atención médica para pelear por su vida. Seres humanos reducidos a la soledad en espera de la muerte en su hogar, o frente a una familia desmoronada por la impotencia y el miedo. Ante un rebrote desbordado, la autoridad no acepta que aprendió poco y corrigió menos su estrategia contra la pandemia. Si esto ocurre en la urbe con mayor infraestructura del país, es posible imaginar la dimensión de la tragedia en ciudades secundarias, en pueblos y rancherías sin médicos especialistas, diagnósticos sólidos ni certificados oficiales de defunción. ¿Qué les dirá a ellos la elusión presidencial, el cinismo brutal de Hugo López-Gatell , la miseria gubernamental frente al drama que nos marcará por décadas? ¿Al menos alguien podría pedir disculpas por tanta incompetencia?