La tarde del próximo jueves el presidente López Obrador se reunirá con las bancadas de su partido, Morena, en los salones —dirían los clásicos— de un céntrico hotel en la Ciudad de México. Antes de que ello ocurra, deberán quedar resueltos los sobresaltos que han dominado el entorno morenista.

Durante una reunión programada para hoy martes, las fracciones parlamentarias de la Cámara de Diputados determinarán la rotación de la presidencia de este órgano, que será asumida por el Partido Acción Nacional a partir de septiembre y a lo largo del segundo año de la legislatura.

La dirigencia blanquiazul ha dejado saber que habrá dos presidentes en ese lapso, mujer y hombre. Los reportes disponibles indican que la primera será la mexiquense Laura Rojas y el segundo Jorge Luis Preciado, de Colima. Una propuesta panista en favor de la política tlaxcalteca Adriana Dávila para ese primer turno no encontró el consenso necesario.

Este acuerdo deja en el aire el afán de último momento de la diputada morenista Dolores Padierna, que introdujo una iniciativa de reforma para modificar la ley orgánica de la Cámara Baja a fin de permitir que su partido conservara la presidencia en San Lázaro al menos un año más. Ella presionó para que su propuesta fuera dictaminada y votada en formato exprés las primeras horas del nuevo periodo, lo que resultaba estrafalario. El actual titular del cargo, Porfirio Muñoz Ledo, no se dejó seducir por esa tentación, y cuando los periodistas le preguntaron si le gustaría mantenerse en el puesto, sólo replicó: “Eso de los gustos yo lo dejo para los helados…”.

Más allá de la anécdota, la madurez de los actores de San Lázaro, notablemente Muñoz Ledo y Mario Delgado, que encabeza la Junta de Coordinación Política, impidieron que se protagonizaran desaguisados como los vividos en su colegisladora.

En el Senado todo parece consumado luego de la campaña lanzada por Martí Batres, presidente saliente, contra Ricardo Monreal, coordinador del grupo parlamentario de Morena, quien en días pasados operó una apretada votación que impidió a Batres conservarse al frente de la Cámara Alta.

Durante todo este proceso múltiples actores aguardaron una directriz desde Palacio Nacional sobre la forma en que se tenía que dirimir este diferendo entre las dos principales figuras de Morena en el Senado. La espera no fue recompensada, lo que atrajo un desgaste que muchos consideraron innecesario. Lo que sin duda se registra ya es que una parte significativa del primer círculo de López Obrador se siente cómoda con el nuevo estado de la cuestión. E incluso se han enfriado las señales de que Batres sería llamado pronto a una posición importante dentro del gobierno del tabasqueño.

La que sí parece preparar maletas en espera de un cargo público es la actual dirigente de Morena, Yeidckol Polevnsky, una vez que parecen amarradas las condiciones para resolver su relevo, lo que permitió hace algunos días una armoniosa reunión de la dirigencia nacional de ese partido.

Solo resta definir la fecha en la que Bertha Luján y Mario Delgado se someterán a una elección interna a partir del padrón de militantes de Morena. Ello deberá incluir una auditoría sobre ese padrón, que fue desarrollado y confeccionado por Gabriel García, coordinador de los superdelegados en el gobierno López Obrador, uno de los personajes más cercanos al presidente y, a ojos vistas, el principal promotor de Luján en su búsqueda del liderazgo morenista.

Apuntes: Crece el número de periodistas asesinados durante la gestión López Obrador. Pero resulta insostenible que los gobiernos estatales volteen hacia otro lado cuando un informador es victimado, en especial si saltan sospechas sobre funcionarios públicos. Así ocurre con Jorge Celestino Ruiz, en cuya muerte se menciona la posible imputación sobre el alcalde de Actopan, Veracruz. Y apenas este fin de semana, con Nevith Cortés Jaramillo, al que el alcalde de Tejupilco, en el Estado de México, había amenazado.

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