El de la 4T es un gobierno genocida. Y si alguien cree que exagero, baste argumentar que en cualquier país civilizado la muerte de más de dos mil niños por negligencia gubernamental , sería calificada de genocidio.
Un crimen colectivo para el que no ha habido hasta ahora una sola explicación racional. A ver: el costo de los oncológicos infantiles representa una cifra que es la infinitésima parte del presupuesto nacional. Y sin embargo y en medio de la vorágine de la pandemia, el gobierno actual ha venido dando tumbos, pero jamás una explicación coherente, sensata o convincente. Los pretextos hasta ahora van desde la carestía, a la escasez en el mercado internacional .
Pero lo que nunca nos ha dado el gobierno amloista es siquiera la impresión de que está haciendo todo lo humanamente posible por salvar las vidas de estos pequeños. Por el contrario, ha sido el gobierno más indolente y soberbio que hemos tenido en México: lo primero, porque nadie hemos escuchado de voz del presidente una sola frase de cariño o al menos de solidaridad hacia estos niños; lo segundo, porque el mandatario que juró que estaría siempre del lado de los más necesitados, jamás ha querido recibir a sus padres cuando le han ido a tocar la puerta de su Palacio Nacional . Más todavía, su miserable vocero López-Gatell ha dicho que las justas demandas de los papás son parte de una campaña internacional golpista. Mientras tanto, las incumplidas promesas semanales desde el púlpito del poder siguen cobrando vidas de los más frágiles. Por ello, resulta todavía más admirable la lucha de estos padres y la valerosa demanda por el delito de genocidio contra el Dr. Muerte y ampliada al inexistente Secretario de Salud Jorge Alcocer por el delito de genocidio, luego de que hace apenas siete días en su comparecencia en la Cámara de Diputados tuvo que reconocer que, efectivamente, hay desabasto de medicamentos oncológicos en todo el país. A propósito, a través de los bots de la vocería presidencial, han lanzado una campaña contra la abogada de los padres de niños con cáncer, Andrea Rocha (que por cierto no es mi familiar, aunque me enaltecería) acusándola de protagonismo, cuando ni siquiera cobra por su asesoría.
Mientras tanto sigue creciendo el número de muertos por Covid 19, cuya cifra oficial es de 290 mil; aunque con datos ciertos del propio Inegi, considerando cifras totales de decesos, ya estaríamos hasta rebasando los 700 mil en este 2021. Lo grave es la contribución a este número de fallecidos por parte del gobierno: el reconocimiento tardío de la pandemia, la prohibición criminal de que los laboratorios privados hicieran pruebas en los primeros meses, los exhortos del presidente: “salgan, pásenla bien… pues si no es la peste”; y la que hasta ahora es una necedad asesina, el no uso del cubrebocas.
Añádase que, también en este gobierno ya rebasamos las 100 mil muertes violentas y 2,812 feminicidios en su mayoría ligados a la actividad del crimen organizado al que el gobierno de la 4T le ha ofrecido abrazos y no balazos. Así que como hablamos de “los muertos de Calderón”, dentro de poco hablaremos de “el millón de muertos de López Obrador”. Otro dato que nos aleja de la civilización y nos instala en la barbarie. Qué pena con México.
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