El emblemático escritorio del secretario de Educación Pública en el Centro Histórico, ha sido ocupado por grandes personajes que marcaron el rumbo del país: Justo Sierra, proclamado Maestro de América; José Vasconcelos, también rector de la Universidad y creador de su lema: “Por mi raza hablará el espíritu” y autor de obras fundamentales como “Ulises Criollo”; Jaime Torres Bodet, quien llegó a ser Director General de la UNESCO; Agustín Yáñez, que erradicó el analfabetismo y escribió obras clásicas como “Al filo del agua”; y Jesús Reyes Heroles, eminentísimo jurista y legislador, quien emprendió la Revolución Educativa e impulsó la Reforma Política que dio voz y presencia a partidos minoritarios.

Ahora, ese escritorio es ocupado por una mujer acusada y multada por el Tribunal Electoral de haber defraudado y retenido el 10 por ciento del sueldo de cientos de trabajadores, cuando fue presidenta municipal de Texcoco entre 2013 y 2015 para financiar la formación de Morena. Se llama Delfina Gómez, una maestra incondicional de obediencia ciega al presidente López Obrador. Tal vez estos datos ilustren la ínfima prioridad ética y académica que el actual gobierno asigna a la educación.

A ver: el golpeteo contra nuestra UNAM con la ridícula acusación de que se ha derechizado y en general contra todas las universidades públicas con recortes descomunales para favorecer, en cambio, un gigantesco y absurdo gasto en la creación de las universidades Benito Juárez que son cascarones vacíos; la cancelación de los fideicomisos relacionados con la academia vía el Conacyt, que también ha encabezado el embate vergonzoso contra el CIDE y la estigmatización de investigadores —a quienes ha intentado meter a la cárcel— y becarios, de quienes el propio AMLO asegura tienen una vida de privilegios.

Ya circula un libro de título contundente “La regresión educativa” y subtítulo terrible: “La hostilidad de la 4T contra la ilustración”. Es una compilación de artículos de verdaderos maestros coordinados por Gilberto Guevara Niebla, un líder histórico del 68 y prestigiosísimo especialista y apasionado de su materia. De la obra y una larga conversación con él, seleccioné algunos fragmentos realmente estremecedores:

-“…desde mi posición como subsecretario de Educación Básica en 2018-2019, fui testigo del impacto brutal de la política de austeridad. También comprobé el estilo autoritario de López Obrador”.

-“El gobierno federal actual eliminó la reforma educativa de 2013, pero no produjo un nuevo proyecto. El presidente volvió la espalda a la educación, persiguiendo un objetivo político con un sentido populista y mezquino”.

-“Hay una abierta hostilidad contra la ilustración, las letras, las ciencias, las artes, los intelectuales”.

-“Los libros de texto son ahora armas contra ricos, empresarios y hasta clases medias”.

Y sí. El hecho de prohibir palabras como desarrollo, productividad y aspiraciones, por considerarlas neoliberales y conservadoras, cancela la tesis infinitamente probada de que solo la educación nos permite ser mejores seres humanos.

Coincido: urge una reacción conjunta y enérgica de maestros, padres de familia, estudiantes, pero también de legisladores y partidos para detener la regresión educativa, destructiva y criminal que la 4T está perpetrando impunemente en México contra el conocimiento.

Periodista.
ddn_rocha@hotmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS