El presidente estaba furioso. Ahora está exultante. Feliz, feliz, feliz. Resulta que le obsequiaron un tanque gigantesco de oxígeno, para seguir con su campaña iniciada en el 2000 y que continúa hacia el 2024.
Mejor imposible en el acto del absurdo total: 17 senadores del PAN y dos diputados del PRI tuvieron a mal acompañar a Santiago Abascal, líder del partido Vox de España, para firmar la “Carta de Madrid” en plena Ciudad de Méjico —con “J”— que es remembranza de la sumisión tan añorada por los extremistas de la derecha, de aquí y de allá. Baste decir que en la misma España, Vox es un partido estigmatizado como ultraderechista, xenófobo, profranquista, y fascista. Así que, por lo pronto, el PAN le ha servido generosamente al presidente un banquete de argumentos que él irá paladeando poco a poco como suele hacer cada vez que aparece comiendo manjares autóctonos y otros no tanto.
El encuentro PAN-Vox no es pues una anécdota. Porque el abstracto de Andrés Manuel López Obrador de sus neoliberales y conservadores ahora tiene nombres y rostros. Se llama como el convocante Julen Rementería, coordinador de los senadores panistas, y como todos los otros que firmaron estúpidamente el mamotreto inquisitorial, aunque ahora imploran arrepentimiento. Sobre todos ellos, AMLO expresó: “son ultraconservadores, fascistas, clasistas, racistas y corruptos”. A lo que un Abascal, arropado por sus nuevos amigos del PAN tuiteó encastado: “Ninguna declaración de quienes se abrazan a tiranos y protegen a narcos va a impedir nuestra causa a favor de la libertad, los derechos y la prosperidad de las naciones. Mi agradecimiento a todos los mejicanos, que nos han hecho sentir como en nuestra casa. ¡Viva Méjico!”. Y todavía antier, el presidente aprovechó para asumirse como liberal: “No vamos a aplicar el 33 (el artículo para expulsar a visitantes indeseables)…y si el señor de Vox, Abascal, quiere venir de nuevo lo puede hacer… y por eso son bienvenidos los extranjeros aquí a México todo el tiempo que quieran, que vengan a encontrarse con los que están abiertamente definidos; pero nada de que se actúe como El Yunque, como una asociación secreta; fuera máscaras, salgan del closet, o sea (digan) ‘yo soy fascista y qué’”.
Pero a ver: más allá de los dimes y los diretes, el daño ya está hecho. Si el PAN buscaba ser o presentar una opción de gobierno se ha suicidado intelectual e ideológicamente. Incluso ha manchado de paso a la coalición Va por México, con PRI y PRD, además de evidenciar su miopía actual y su falta de posicionamiento y rumbo, respecto a los grandes problemas del país. Vaya, ni siquiera en el control de daños han sido eficaces al responsabilizar de su irracional invitación a un chivo expiatorio menor. Y es que no le será fácil de aquí en adelante lavarse la cara para poder mirar presente y futuro. Valdría tal vez que sus dirigentes revisaran los textos de sus grandes ideólogos contemporáneos como el unánimemente respetado Carlos Castillo Peraza.
Por lo pronto, el habitante de Palacio Nacional agradece muy atentamente al PANJICO su generosa aportación de torpedos para apuntarlos directo a la línea de flotación de cualquiera de las embarcaciones que intenten disputar su proyecto transexenal. ¡Hasta Colón ya fue eliminado!
Periodista.
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