Cuesta trabajo creer que el actual gobierno y el propio presidente López Obrador apoyen tan descaradamente y califiquen de “honesta” a una figura pública como Delfina Gómez, ahora candidata al gobierno del Estado de México. Una entidad clave para la nación, no solo por su densidad demográfica, que aporta el 14 por ciento de los votos del país, sino por su potencial económico en el presupuesto nacional. No obstante todo ello, el gobierno de la 4T ha decidido hacerla su candidata a pesar de sus tres grandes pecados:
-Desde hace más de un año el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmó por unanimidad una sanción por 4 millones 529 mil pesos al partido Morena por “apoyar” sus actividades mediante la retención de un porcentaje no solo del salario de los trabajadores del municipio de Texcoco, sino también del DIF por un monto acreditado de al menos 2 millones 264 mil pesos entre los meses de febrero de 2013 y julio de 2015. La maestra Delfina era entonces la Presidenta Municipal. Y todo apuntó que esos recursos y tal vez algunos más fueron usados para su campaña a diputada federal en el proceso 2014-2015 y muy probablemente para su fallida primera candidatura a la gubernatura del Edomex en el 2017. Cuando al perder, fue compensada por el gobierno de la 4T con la Secretaría de Educación Pública.
Es en ese cargo que ocuparon gigantes como Justo Sierra, José Vasconcelos, Agustín Yáñez, Jaime Torres Bodet, Jesús Reyes Heroles y Miguel González Avelar, cuando la maestra comete su crimen mayor al aceptar la orden superior de reducir a la mitad el presupuesto del Programa de Escuelas de Tiempo Completo de 10,100 millones a cinco mil. Lo que representó volver a achicar el horario que se había extendido para que tres millones de niños pudieran recuperar algo del tiempo perdido en la pandemia. Pero lo más grave es que la nefasta SEP de Delfina le quitó el pan de la boca a un millón y medio de niños a los que se alimentaba en sus centros escolares. El pretexto fue darles mantenimiento. Pero como han opinado algunos expertos: de qué sirve una escuela pintada si los niños se duermen por hambre. Por supuesto pervive la sospecha de que esos miles de millones se los devolvió la maestra al gobierno para sus obras faraónicas como el Tren Maya, el AIFA y la Refinería de Dos Bocas.
Pero el colmo se produjo hace unos días cuando la Auditoría Superior de la Federación reveló “irregularidades” en la SEP por un escandaloso monto de 830 millones de pesos, cuando —¿qué creen?— Delfina Gómez era secretaria. Y aunque la Auditoría ha anticipado que hay un plazo para aclaraciones, estas no se han producido. Todo indica que el gobierno, como en otros casos, apostará al olvido. Por lo pronto ella sigue tan oronda buscando la gubernatura con todo el aparato federal respaldando incondicionalmente su intento y asegurando su triunfo. Aunque no la tendrá tan fácil. Ya el domingo en los cierres de precampaña la candidata de Va por México, Alejandra del Moral, de sólida trayectoria, le ganó el desafío multitudinario en Texcoco mismo. Y las encuestas anticipan que pueda darse una derrota histórica no solo para Morena y la maestra sino para el lopezobradorismo. Aunque el propio presidente haya anticipado que la maestra Delfina “es una persona honesta e incapaz de robarse un solo peso”. Y tal vez tenga razón: un solo peso no.