Si algunos creen que la lucha al interior de Morena por la candidatura a la presidencia para el 2024 representa una victoria automática, déjenme decirles que están muy equivocados. Todavía hay un caudal de revelaciones en pecados mortales y capitales que serán revelados y que, si no descarrilan la máquina feroz y populista de la 4T, sí pueden contener su marcha.

Comienzo con el espléndido trabajo de ese gran periodista de investigación que es Raúl Olmos, quien ha traducido a un libro ese reportaje que estremeció y sigue inquietando al país: La Casa Gris. Al que ahora se añade –a la génesis emocionante del reportaje primigenio- una serie de revelaciones que le dan contexto a la vez que escandalizan y complementan el relato original.

Y es que el trabajo de Olmos, corresponde a su subtítulo: “Todo lo que revela el mayor escándalo obradorista”. Es decir, jala la hebra de una madeja pestilente que destila corrupción, conflictos de interés, nepotismo, opacidad y un ofensivo uso político de las instituciones. Como, por ejemplo, los negocios de la habitante de la Casa Gris junto a José Ramón López Beltrán, el hijo del presidente López Obrador: Carolyn Adams, de la que su suegro dijo: “al parecer la señora tiene dinero”, como si no tuviera ni la más remota idea de quién es la esposa de su hijo y madre de su nieto. Lo que ahora no puede negar es que “la señora” recibió la Casa Gris de su dueño, con quien ella ha hecho grandes negocios con Petróleos Mexicanos, al igual que con otras poderosas empresas petroleras. En el mismo pútrido terreno se mueve la hija del señor Esquer, el secretario particular del presidente, quien pasó de empleada de mensajería a representante de Pemex en Texas y a cargo de la recién comprada refinería de Deer Park.

Así que el libro de Olmos revela ciertamente el entramado —con fotos incluidas— de esa Casa Gris, que es una ofensa para todos los mexicanos. Pero, sobre todo, desnuda el ocultamiento, la supuesta transparencia, la pregonada pulcritud y exhibe la hipocresía de un gobierno mentiroso.

En esa línea valiente de periodismo de investigación se inscribe una publicación paralela de otro gran periodista que es J. Jesús Lemus: “El Fiscal Imperial…el eslabón más oscuro de la 4T”, quien documenta todas las trapacerías que por décadas ha perpetrado Alejandro Gertz Manero en el abuso de sus cargos públicos en turno, y en perjuicio de mexicanos de buena fe y para satisfacción de sus intereses económicos y sus apetitos personales.

Por razones de espacio les comento brevemente los hechos que todavía no han sido compilados pero que ya dan para un libro, sobre la nauseabunda manera de entender la justicia de Claudia Sheinbaum.

Fugada de aquella responsabilidad terrible de los niños y adultos muertos en el Rébsamen, la Jefa de Gobierno ahora se exonera y exonera a Florencia Serranía, que se hizo de triste fama pública cuando al reclamo de falta de mantenimiento respondió: “si yo solo soy la Directora el Metro”. Ahora, a pesar de la orden de un juez, la Fiscal sirviente de Claudia evitó la comparecencia de Serranía porque “podrían violarse sus derechos humanos”. Así que la pregunta obligada para tamaño cinismo es: ¿qué secreto terrible habrá entre ellas?

Periodista. ddn_rocha@hotmail.com