Quien lea las líneas siguientes puede tener la tentación de escribirle a este magistrado un mensaje a través de su cuenta en Twitter.
Se trata de José Francisco Huber Olea Contró, también conocido como #HuberLordFerrari, o el juzgador que propuso una fianza por 450 mil pesos en contra del profesor Sergio Aguayo, por haber dicho que el exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira, hedía a corrupción.
Es uno de esos personajes que suelen esconderse detrás de una pesada cortina de impunidad, porque cree, como la mayoría de los jueces en nuestro país, que nadie los ve cuando obran mal.
Pues ahora se justifica con urgencia echar una mirada sobre este magistrado de la sexta sala civil del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX.
Para comenzar hay que decir que le gusta el arte y tiene una buena colección de escultura y pintura que no se cansa de presumir.
En su oficina del Tribunal, (nada republicana ¿y qué?) como en museo puede uno envidiar los cuadros de Alberto Gironella, Rafael Coronel, Jorge Marín o Leonardo Nierman.
Suele comentar con sus admiradores que los cuelga ahí porque en su casa de plano ya no caben.
Vale preguntarse si su sueldo como funcionario público ha permitido la acumulación de esa fortuna en obras de arte.
Luego viene el gusto que, al parecer, tiene por los autos. Al magistrado Huber Olea Contró lo han visto llegar al Tribunal montado en automóviles de la marca Ferrari y, entre los trabajadores de la Cooperativa Cruz Azul, se dice que esos son los regalos que, presuntamente, le habría hecho su presidente, Guillermo Álvarez, para obtener un trato favorable en los asuntos que este juzgador tiene en su portafolios; expedientes cuyo valor rebasaría cualquier cifra imaginable.
Supuestamente por sorteo, a este magistrado le cayeron los 18 juicios que la Cooperativa Cruz Azul tiene contra Álvarez. Acaso lo del Ferrari pudiera ser chisme, acaso no, pero los afectados acusan un sesgo que, en esta coyuntura, no debería pasar desapercibido.
Un abogado que ha pedido a este periodista no revelar su nombre me asegura que el magistrado Huber Olea Contró le pidió una cantidad elevada para obsequiarle una sentencia favorable en un litigio con un banco. Nuevamente, acaso pudiera ser chisme, acaso no, pero la pila de acusaciones se sigue abultando.
Sería interesante preguntar al licenciado José Salas Coquet, abogado de Moreira, si no sucedió algo parecido con él.
Tal como cuenta el chiste, podría no ser bombero, el señor, pero habla como bombero, se comporta como tal, trae manguera y también casco de bombero.
Ostenta una riqueza que no se explica, se transporta en un auto deportivo que no es común entre funcionarios públicos, hay quejas administrativas presentadas en contra suya, que relatan un comportamiento contrario a su responsabilidad y, para regresar al tema que nos ocupa, obsequió una resolución incomprensible a favor del exgobernador Humberto Moreira y en contra del reputado investigador Sergio Aguayo.
Lo más extraño de esa resolución, y de la fianza exigida al demandado, estriba en que la sala sexta civil del Tribunal, presidida por Huber Olea Contró, utilizó en su argumentación artículos derogados de la legislación y contravino tesis tanto de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) como de instancias internacionales, a propósito de las libertades de información, expresión y prensa.
Hay sin embargo esperanza: el día de ayer la Primera Sala de la SCJN anunció que va a ejercer la facultad de atracción que le otorga la Constitución para revisar este sospechoso asunto. No será fácil que @MagistradoHuber salga bien librado cuando se halle bajo la lente de esa lupa.
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“Si quieres saber quién te controla, mira a quiénes no debes criticar.” Voltaire.
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