Ayer México alcanzó la cifra de 3 mil 181 casos positivos de contagio por coronavirus y 174 personas que perdieron la vida debido a la pandemia.
Aún estamos lejos del peor momento; mientras el mundo cuenta hoy con más de un millón de individuos infectados y 88 mil 405 personas muertas, nosotros permanecemos en los últimos vagones de la tragedia.
España rebasó los 3 mil casos de contagio el jueves 12 de marzo de este año, Italia tres días después, Inglaterra el jueves 19 de marzo y Estados Unidos al día siguiente. Esto querría decir que vamos atrás, entre veinte y treinta días, con respecto a esos países.
Cualquier predicción que no considere distintas variables sería equivocada. Cada gobierno ha tomado decisiones de distancia y confinamiento en el momento que consideró pertinente; cada país tiene una infraestructura hospitalaria distinta; varían también en cada población las enfermedades preexistentes, como la diabetes o la hipertensión; y la pirámide poblacional por edad también debe tomarse en cuenta.
Sin embargo, no deja de ser pertinente observar el comportamiento de los números agregados que, en otros países, exhiben los patrones de evolución, tanto del contagio como de la letalidad.
Mientras en Italia la cifra de contagios dobló en solo ocho días —pasando de 3 mil a 6 mil 500—, en Inglaterra los casos se multiplicaron por cuatro, en España por nueve y en los Estados Unidos por diez, durante el mismo periodo.
Si imitáramos el modelo italiano, la semana próxima estaríamos aproximándonos a los 7 mil contagios, pero si corriésemos la suerte de Estados Unidos, de hoy en ocho rozaríamos los 30 mil casos.
Ayer Inglaterra alcanzó 60 mil 733 casos de contagio, Francia 112 mil 950, Italia 139 mil, España 146 mil y Estados Unidos 435 mil.
Haciendo una matemática similar, si nuestro patrón se pareciera al de la Gran Bretaña en México alcanzaríamos los 60 mil casos dentro de veinte días, pero si nuestro futuro se pareciera al de los Estados Unidos hacia finales de mes podríamos estar rompiendo el techo de los 400 mil casos.
La diferencia entre un escenario y otro radica estrictamente en la disciplina que guardemos respecto a las normas de higiene y de distancia social.
También dependerá de las curvas de crecimiento de la epidemia que se presenten en las zonas más pobladas del país. Si el ritmo de la epidemia en el valle de México se parece al que está experimentando la ciudad de Nueva York, cabría temer lo peor. En cambio, si la ciudad capital reproduce los indicadores de Londres, a final de mes nos encontraremos un escenario benigno.
Mirar estos números obliga a ser realistas: el futuro es muy preocupante.
La tasa de letalidad, respecto a las personas contagiadas, se modifica también a partir de variables propias a cada geografía y a cada sociedad. El promedio ronda una personas muerta por cada 100 contagiadas, pero hay naciones que han mostrado una cifra de 4 por 100 y hasta de 7 por cada 100 infectados.
ZOOM
El coronavirus es inmune a los milagros. Mirando hacia la tragedia que se vive en otras coordenadas del globo debemos maximizar la ciencia, la responsabilidad y la inteligencia sociales disponibles. Con el coronavirus tenemos suficiente como para preocuparnos, habríamos de dejar para otro momento la confrontación y la disputa.