La versión oficial fue que el gobierno se vio obligado a liberar a Ovidio Guzmán López para evitar un escalamiento incalculable de violencia. Sin embargo, podría haber evidencia de que fueron dos los hijos de Joaquín Guzmán Loera quienes lograron escapar el jueves de la semana pasada en Culiacán.
Además de Ovidio, también Iván Archivaldo Guzmán Salazar podría haber eludido la acción de la justicia.
Refieren este hecho una serie de grabaciones presuntamente relacionadas con la comunicación de los integrantes del Cártel de Sinaloa durante las horas en que la ciudad de Culiacán atravesaba por sus peores horas.
Obviamente no es posible confirmar su veracidad, pero la información contenida en ellas no debe tampoco ser desechada ya que coincide con datos y con hechos que sí han sido confirmados, como por ejemplo la liberación de Ovidio Guzmán.
Cabría incluso suponer que estas grabaciones hayan sido dadas a conocer por esa empresa criminal, con el propósito explícito de informar a los suyos sobre el paradero de Iván Archivaldo.
En una de las grabaciones un sujeto advierte que las cosas se van a poner muy feas ya que agarraron a “los chapitos, a los chilos.”
El plural pudo en un principio derivarse de una confusión, pero otras comunicaciones refieren “al jefe” y Ovidio no es la cabeza de ese cartel.
En una tercera comunicación un individuo dice abiertamente que “está detenido el Iván” y otra voz le responde “no mi compa, todo tranquilo, tenemos el apoyo de El Mayo y ya recuperamos al Iván.” Y esa misma persona remata: “solo falta el Ovidio.”
Si estas grabaciones corresponden a la realidad, para rescatar a los descendientes de Joaquín Guzmán Loera —tal como ha reportado la prensa sinaloense— el operativo criminal secuestró a familiares de militares: “Vamos sobre las familias de los guachos y vamos a matar a uno por uno hasta que entreguen al jefe en caliente.”
Otra grabación da cuenta de una movilización de cien camionetas que, por instrucciones de Ismael Zambada, habrían emprendido camino desde la sierra hacia Culiacán, para apoyar en el ataque contra el gobierno.
De ser cierta esta versión, no se trataría de la primera vez que al gobierno mexicano se le escapa Iván Archivaldo Guzmán.
Quien hoy encabeza el Cártel de Sinaloa fue detenido en el año de 2005, pero obtuvo la libertad en enero de 2008, cuando Felipe Calderón era presidente, porque milagrosamente los jueces no encontraron causa ni elementos para procesarlo.
Con aquella liberación, por cierto, comenzó una guerra muy cruel entre los hermanos Beltrán Leyva y Guzmán Loera, ya que los primeros supusieron que el gobierno había negociado con El Chapo un intercambio que se materializó con la captura de Alfredo Beltrán, alias El Mochomo.
Semanas después de esa detención los agraviados asesinaron con un arma lanzagranadas al joven Edgar Guzmán, hermano de Ovidio, en un evento digno de una muy mala película de narcotraficantes.
Durante el pasado fin de semana corrieron versiones periodísticas a propósito de la presunta muerte de Iván Archivaldo, durante el operativo del jueves. Esa información habrá despertado preguntas dentro y fuera de la organización criminal que él encabeza. Acaso por esta razón fue que esas grabaciones han sido divulgadas. El objetivo habría sido precisar la situación real del criminal y, de paso, exhibir al gobierno sobre la evasión lograda del principal líder del Cartel de Sinaloa.