Amartya Sen, Premio Nobel de Economía 1998, revolucionó el pensamiento, al proponer el enfoque de capacidades. Su teoría redefine el desarrollo más allá del crecimiento económico, anteponiendo la importancia de ampliar las libertades reales que las personas necesitan para vivir la vida que valoran.
De acuerdo con Sen, un desarrollo auténtico no consiste únicamente en incrementar el ingreso per cápita o en construir infraestructura, sino en garantizar que la gente tenga un acceso efectivo a derechos como educación, salud y seguridad, así como oportunidades que les permitan desplegar su potencial en todos los ámbitos.
Dicho enfoque ilustra bien los ideales de la Cuarta Transformación y del proyecto encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien, desde el primer día de su mandato, ha priorizado las políticas públicas y programas sociales que buscan alcanzar el estado de bienestar mediante el modelo del Humanismo Mexicano.
Precisamente, el Paquete Económico 2025, enviado por la titular del Ejecutivo a la Cámara de Diputados, se alinea con esta perspectiva, no sólo como un instrumento financiero, sino como una hoja de ruta para seguir construyendo un México más justo y equitativo.
Hablamos de la principal herramienta con la que el Estado cumple los fines que nuestra Constitución y las leyes reglamentarias le encomiendan. Dicho instrumento incluye la Ley de Ingresos, la Miscelánea Fiscal y el Presupuesto de Egresos, cuyo objeto es garantizar que los recursos se asignen eficiente y estratégicamente a la construcción de paz, educación, salud, infraestructura, campo y fortalecimiento de los programas sociales.
En los próximos días, las y los diputados estaremos deliberando, analizando y, en su caso, aprobando este paquete. Nuestro deber como representantes del pueblo es garantizar que los recursos se distribuyan adecuadamente, pero también generar certidumbre en los mercados nacionales e internacionales. En un mundo globalizado, las decisiones que tomemos en el Poder Legislativo repercuten más allá de nuestras fronteras.
La propuesta de presupuesto que recibimos es sensata y equilibrada. Proyecta un crecimiento para el próximo año de entre un 2 y un 3 por ciento, sustentado en la solidez del empleo y el vigor del mercado interno, con el consumo y la inversión como principales impulsores; de esta manera, el primer paquete económico de la presente administración federal refleja una visión conjunta de desarrollo económico con equidad social.
Desde 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador ganó la Presidencia de la República, la política social ha transformado millones de vidas en todo el país. Hoy, en el contexto de la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación, los programas del Bienestar se mantienen, y además se amplían y perfeccionan.
Las pensiones para personas adultas mayores, las becas para estudiantes, los apoyos al campo y las iniciativas para mujeres representan un cambio paradigmático en la manera como el Estado mexicano sigue asumiendo su responsabilidad de atender a las y los más vulnerables.
La aprobación del Paquete Económico 2025 (que prevemos sea antes del 15 de diciembre) es tanto una obligación legal como una oportunidad para demostrar el compromiso del Congreso de la Unión con el bienestar del pueblo de México. Serán días de intenso trabajo, de debate y reflexión, pero estoy seguro de que en todo momento prevalecerán la responsabilidad y la seriedad que este ejercicio requiere.
Sabemos que el proceso no está exento de desafíos, pues en cada ejercicio presupuestal surgen actores que, en forma deshonesta, buscan aprovecharse, haciéndose pasar por gestores o asesores con la promesa de incorporar proyectos a favor de municipios o estados.
Es fundamental recordar que sólo la Comisión de Presupuesto tiene la facultad de analizar y aprobar las asignaciones presupuestales; de ahí la importancia de que las y los servidores públicos no se dejen engañar y denuncien a quienes pretendan lucrar con la buena fe de las personas.
Como legislador, soy consciente de que el presupuesto no es tan sólo una cifra en un papel, sino un acto de justicia social. Cada peso asignado refleja una decisión política que impacta directamente la vida de millones de personas. Por eso, mantengo mi compromiso de garantizar que el recurso público se utilice con austeridad, de manera transparente y eficiente, y que llegue a quienes más lo necesitan.
El Paquete Económico 2025 representa un paso firme hacia la paz duradera y la prosperidad compartida. El pueblo mexicano puede tener plena confianza en que estaremos trabajando desde la Cámara de Diputados para hacer realidad este proyecto, con convicción, con voluntad y, sobre todo, con una visión de futuro para la nación.
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