La aparición de una nueva cepa de coronavirus (COVID-19) tiene en alerta a la población mundial. En México ya se confirmaron los primeros cuatro casos. La aparición de este virus no debe ser motivo de pánico, pues si bien durante la mayor parte de la historia de la humanidad la causa primordial de muerte fueron las enfermedades infecciosas, en los tiempos recientes esta situación ha cambiado drásticamente.

En 1629, la plaga italiana casi aniquiló a las poblaciones de ciudades como Milán y Florencia. A principios del siglo XX, la fiebre española causó la muerte de más de 20 millones de personas. Otras enfermedades, como la neumonía, la tuberculosis, la poliomielitis y la viruela, disminuyeron el número de habitantes a nivel mundial de manera notoria.

Afortunadamente, los descubrimientos científicos de los últimos dos siglos disminuyeron las tasas de mortalidad de las epidemias. Los recientes avances tecnológicos permitieron desarrollar mejores y más precisos medicamentos, vacunas y métodos de monitoreo. Del año 2000 a la fecha, los efectos de las epidemias que han surgido en el mundo se encuentran lejos de las que aparecieron en el pasado.

Gracias a las enseñanzas históricas y a los avances científicos, en tan solo unos pocos días se supo que el coronavirus se originó en la ciudad china de Wuhan . Y aunque lamentablemente no se logró impedir que se expandiera, causando la muerte de 2,835 personas hasta el momento y la aparición de 85,000 casos en 59 diferentes países (concentrando el 95 por ciento en China ), se debe reconocer que las reacciones de las autoridades han sido las adecuadas.

Equipos de todo el mundo han ido definiendo con gran velocidad los síntomas de la enfermedad, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha realizado esfuerzos de coordinación y prevención de la enfermedad, anunciando que más de 20 vacunas se encuentran en fase de desarrollo. Una buena noticia es que, desde el 4 de febrero, el número de infecciones reportadas en China ha ido a la baja.

En México se han aplicado las recomendaciones de la OMS y se están ejecutando las medidas preventivas necesarias.

Asimismo, el correcto monitoreo de la situación permite saber que los cuatro casos de coronavirus en nuestro país corresponden a una mujer en Coahuila y tres varones: dos en la Ciudad de México y uno en Sinaloa, que fueron contagiados en Italia. Cada uno de los casos se encuentran en constante observación y se están tomando las medidas necesarias para analizar posibles contagios.

El hecho de que la situación en nuestro país se encuentre controlada no excluye a las autoridades y a la sociedad de actuar con responsabilidad para evitar mayores complicaciones. Es muy importante no difundir ni dejarse llevar por noticias falsas que llegan a circular en las redes sociales. El gobierno seguirá informando de primera mano, con total transparencia, sobre el desarrollo de la situación. En este tipo de coyuntura, contar con información veraz y oportuna es uno de los elementos fundamentales para actuar con eficiencia y sensatez sin caer en pánico.

Además, resulta esencial que se atiendan las recomendaciones emitidas por el gobierno y por la OMS: lavarse las manos constantemente; evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca; al toser o estornudar, cubrir boca y nariz con el codo flexionado o con un pañuelo (tirándolo inmediatamente y lavándose las manos con desinfectante a base de alcohol, o con agua y jabón); no consumir alimentos de origen animal que estén poco cocinados o crudos y, sobre todo, no hacer compras de pánico, pues ello generaría complicaciones adicionales a las médicas.

Históricamente, la sociedad mexicana ha enfrentado los momentos críticos con unidad, y éste no puede ser la excepción. Sin embargo, habrá quienes intenten desacreditar y tergiversar las acciones que el gobierno está tomando, para seguir controlando la situación.

Un ejemplo de esto es lo sucedido con un crucero comercial proveniente de Miami, al que se le permitió atracar en Cozumel, y entre cuyos pasajeros y tripulación se creyó que había un caso de coronavirus. Muchos criticaron la actuación de las autoridades, pero en realidad se habían seguido los protocolos epidemiológicos correctos que permitieron descartar la presencia del COVID-19 en la embarcación. Ante tales embates, la unidad, la cooperación y la coordinación nacional, así como la responsabilidad social serán los elementos que permitirán superar cualquier situación riesgosa.

Existen muchas diferencias entre las epidemias de los siglos pasados y las que han aparecido en las últimas décadas. Sin embargo, una de sus similitudes es que las personas más vulnerables se han visto más afectadas; quienes diariamente tienen que realizar labores que los exponen al contagio para poder subsistir; quienes no tienen acceso a información necesaria, y quienes no cuentan con los recursos para adquirir los insumos indispensables. Como sociedad, en estos momentos es preciso enfocar esfuerzos en las poblaciones que históricamente han requerido de más apoyo. Juntos superaremos este reto, como lo hemos hecho con otros en el pasado.

ricardomonreala@yahoo.com.mx
Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA

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