En su obra El Príncipe, Nicolás Maquiavelo analiza cómo a lo largo de la historia las intrigas han sido utilizadas como herramientas para desestabilizar gobiernos y atacar a líderes políticos. Para el escritor florentino, son un reflejo de la naturaleza humana y de las luchas de poder inherentes a la política. Se trata de acciones que no solo buscan debilitar al adversario, sino también manipular la percepción pública, para inclinar la balanza a favor de ciertos intereses.
En otra de sus obras, Discursos sobre la primera década de Tito Livio, Maquiavelo profundiza en la idea de que las intrigas, aunque riesgosas, pueden ser efectivas para alterar el equilibrio de poder. No obstante, advierte que, al carecer de una base sólida, esas tácticas se apoyan más en especulaciones que en hechos concretos, lo que puede resultar en el debilitamiento del tejido político y social y en una erosión de la confianza pública.
Con este trasfondo de intrigas políticas, la sorpresiva y reciente detención de Ismael “Mayo” Zambada García, cofundador y presunto líder del Cártel de Sinaloa, y de Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, en El Paso, Texas, volvió a captar la atención pública sobre la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, también reavivó especulaciones e intrigas por parte de opinólogos y grupos conservadores en torno a la gestión del actual Gobierno de México.
La detención, confirmada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos (EU), está siendo utilizada por ciertos sectores como herramienta para atacar los avances de la Cuarta Transformación. Estas teorías sin fundamento buscan socavar la confianza y el respaldo del pueblo de México al presidente López Obrador y a la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, como quedó demostrado en la reciente elección presidencial.
Aunque las especulaciones abundan, es crucial recordar que la detención de estas figuras del narcotráfico debe ser vista como un paso importante en la lucha contra el crimen organizado. El Gobierno de México ha estado trabajando en esta tarea durante seis años, abordando no solo la contención del delito, sino también —a través de diversos programas sociales— las causas que originan la violencia.
No obstante, algunas voces utilizan este momento para reactivar, con dolo y mala fe, viejos rumores sobre supuestas investigaciones de la agencia estadounidense para el control de las drogas (la DEA). Este patrón de desinformación, que vimos durante y después de la reciente campaña presidencial en México, busca desprestigiar a las cabezas visibles de nuestro movimiento de transformación.
Es relevante mencionar que la detención ocurre en un contexto de creciente tensión en la carrera presidencial de EU. Este tipo de eventos a menudo contribuyen a construir narrativas que favorecen a ciertos intereses o partidos, tal y como ocurrió con el intento de asesinato del candidato republicano Donald Trump y la decisión del presidente Joe Biden de retirarse de la contienda electoral.
Una anécdota relevante para ilustrar lo anterior ocurrió en la década de los 80 del siglo pasado, durante el mandato del presidente Ronald Reagan, en un momento en que las encuestas mostraban que bajaba su popularidad. Ante ello, algunos asesores le sugirieron iniciar un conflicto o acometer una acción militar, para desviar la atención de los problemas internos y mejorar sus índices de aprobación. Sin embargo, Reagan, quien en marzo de 1981 logró salvar la vida luego de un atentado en su contra, respondió que no comenzaría una guerra para salvar su reputación, pero eligió, en cambio, potenciar el hecho de haber sobrevivido al intento de magnicidio.
Por otra parte, la posibilidad de que los capos del narcotráfico colaboren con las autoridades estadounidenses para obtener beneficios legales es una táctica ampliamente conocida, que también suele ser utilizada con tintes electorales en un país donde, cabe recalcar, debería ponerse el acento y mayor atención en la prevención y disminución en el consumo de drogas.
A medida que se desarrollen los eventos y la contienda electoral en EU, conoceremos más detalles sobre la detención de Zambada García y Guzmán López. Por lo pronto, se informó que el Mayo enfrenta diversas órdenes de aprehensión en nuestro país, por delincuencia organizada, delitos contra la salud y en materia de armas, y que el Gobierno de México continuará colaborando en la lucha contra el crimen organizado, además de que se mantendrá informado al público sobre los avances en las investigaciones.
El verdadero desafío para México consiste en seguir construyendo una sociedad con instituciones robustas, capaces de resistir presiones internas y externas. Al final, como Maquiavelo también señaló, las intrigas y acusaciones infundadas pueden ser desmanteladas a través de la transparencia, la fortaleza institucional y, sobre todo, la calidad moral.
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