Hay momentos en que las decisiones pequeñas desencadenan transformaciones monumentales. Así lo describe Stefan Zweig en Momentos estelares de la humanidad, donde, teniendo a Vasco Núñez de Balboa como protagonista del relato “Huida hacia la inmortalidad: El descubrimiento del océano Pacífico”, narra cómo su decisión de colarse en una expedición cambió el curso de la historia.

De ahí que el concepto de “puertas chicas” que abren “puertas grandes” sea una metáfora que aplica perfectamente a México y a su travesía hacia la transformación, en la que los actos individuales desencadenan grandes transformaciones.

La figura de Andrés Manuel López Obrador es un claro ejemplo. Hace más de veinte años, desde la resistencia y la lucha social, en medio de obstáculos como el fraude electoral de 2006, el expresidente abrió una puerta chica que se convirtió en la gran puerta de lo que hoy es la Cuarta Transformación (4T).

Este movimiento marca un antes y un después en la forma de gobernar, de tal suerte que hoy, pese a las múltiples voces en contra, el modelo del Humanismo Mexicano sigue demostrando que sí es posible generar bienestar poniendo primero a las personas en situación de pobreza.

Al cierre de 2024, es momento de hacer un balance de lo que este año significó para nuestro país, pues hubo acontecimientos importantes. El primero ocurrió el 2 de junio, cuando el pueblo de México eligió, por primera vez en dos siglos de vida independiente, a una presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, con más de 35.9 millones de votos.

Lo anterior no sólo rompió un techo de cristal, sino que denotó un gran avance en igualdad sustantiva y consolidó la continuidad de la 4T. De igual manera, la transición del poder fue tersa, un verdadero ejemplo de estabilidad y madurez democrática: la llegada de la presidenta representó un relevo, pero también el compromiso de mantener vigente un legado.

Asimismo, Morena fortaleció su presencia en el Congreso de la Unión y en las legislaturas estatales, reafirmando así el respaldo popular a nuestro movimiento. Esto hizo posible que 2024 también fuera un año de profundas reformas constitucionales, que sentaron las bases para un México más justo y equitativo.

Una de las más trascendentales fue la reforma al Poder Judicial, que contempla la elección popular de las y los jueces, magistrados y ministros; así como la de la Ley de Amparo y la relativa a la inimpugnabilidad de las reformas constitucionales, que fortalecieron la soberanía legislativa.

También se aprobó la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar. En el ámbito laboral, las reformas a la Ley Federal del Trabajo y al Infonavit fueron un avance crucial; mientras que la prohibición de cigarrillos electrónicos y vapeadores, mediante modificaciones a los artículos 4.º y 5.º de la Constitución, muestra el compromiso con la salud pública.

La protección de las mujeres y los pueblos originarios también ocupó un lugar central en la agenda legislativa. Se reformó el artículo 2.º constitucional, para reconocer a comunidades indígenas y afromexicanas como sujetos de derecho público, y se aprobaron leyes secundarias para fortalecer los derechos de las mujeres.

Además, la creación de las secretarías de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación; de las Mujeres, y Anticorrupción y Buen Gobierno demuestran el compromiso del Gobierno de México con el desarrollo tecnológico, la igualdad y la transparencia.

Aunque la construcción de la paz en nuestro país sigue siendo uno de los mayores desafíos, las acciones coordinadas continúan dando resultados. La Estrategia Nacional de Seguridad, reforzada con la reforma al artículo 21 constitucional y la integración de la Guardia Nacional a la Sedena, permitió reducir índices delictivos en regiones clave, devolviendo la tranquilidad a las comunidades más afectadas.

Otro hecho destacable en el ámbito económico es que, al cierre de 2024, las reservas internacionales del Banco de México alcanzaron un récord histórico de 225 mil 427 millones de dólares, como muestra de la solidez financiera alcanzada.

El balance de este año nos revela un México que no se detiene ante las adversidades. Mirando al futuro, tenemos varias razones para ser optimistas. La continuidad de la 4T abre una nueva etapa de justicia social, de consolidación de la paz duradera y la prosperidad compartida.

Mientras despedimos al 2024, recordemos que los grandes cambios comienzan con pequeñas acciones y que cada acción cuenta. La llegada de 2025 significa la oportunidad de fortalecer lo logrado y enfrentar con unidad y esperanza los retos pendientes.

A todas y todos los lectores, les deseo un año nuevo lleno de salud, paz y bienestar. Sigamos escribiendo juntos los momentos estelares del México que soñamos.

X y Facebook: @RicardoMonrealA

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