Para tener la lengua larga… “se debe tener la cola corta”, dice un viejo refrán mexicano que hoy aplica para describir el principal valor moral que debiesen tener los políticos.

Un pasado comprometido moral y éticamente convierte a los opositores en seres vulnerables frente a una amenaza gubernamental, como lo es por ejemplo una carpeta de investigación y la posibilidad de una orden de aprehensión por delitos vinculados con corrupción a lo largo de los años.

Es innegable que las peligrosas reformas que se están aprobando en el Congreso se deben a que hemos tenido una oposición débil y vulnerable en la confrontación legislativa, incapaz para frenar las ocurrencias y perversidades de la 4T.

En contraste, un pasado limpio y transparente moralmente se convierte en una fortaleza política, que sin duda poseen muchos legisladores de la oposición, pero desgraciadamente no todos. Para señalar la corrupción y delitos en otros, es necesario tener una trayectoria limpia e incuestionable… o entonces tener el suficiente poder para manipular a la justicia.

Hoy vemos a unos corruptos señalando con el dedo flamígero a sus adversarios políticos, con total cinismo. Ello evidencia hasta dónde se ha denigrado hoy el ejercicio de la política.

Por ello es urgente replantear los perfiles básicos de quienes pretenden ejercer los cargos partidistas, así como las candidaturas a cargos de elección popular, para que en sus campañas tengan fortaleza competitiva.

La calidad moral y una trayectoria limpia e impecable, -así como una vocación política comprometida con el beneficio social-, son requisitos fundamentales para militar en la oposición.

Además, debemos tener la certeza de que quienes nos representan posean valores morales sólidos, que impidan que ya en el ejercicio del cargo público, -frente a las oportunidades-, cedan ante las tentaciones monetarias y las canonjías.

No sería descabellado exigir a los partidos de oposición que instituyan entre los requisitos para las candidaturas, estudios sociológicos sobre el estilo de vida y antecedentes de los candidatos, así como estudios psicológicos que pongan al descubierto la fortaleza de sus valores morales.

Además, cuando los líderes partidistas buscan con un cargo legislativo protección y blindaje, la oposición se vuelve aún más débil y vulnerable.

Si no logramos tener una oposición fuerte y confiable nos esperan tiempos antidemocráticos y autoritarios.

Por regla general los corruptos y oportunistas siempre emigran hacia donde está el partido en el poder, porque es donde hay dinero y privilegios.

A partir de que el PAN se volvió gobierno, este partido se contaminó con la llegada de mucha gente oportunista que le hizo perder su vocación democrática. Por eso se dice que gobernar desgasta.

Hoy que viene la renovación de dirigencia del PAN, se vuelve fundamental exigir un regreso a los valores originales.

A su vez MC, -que por no haber gobernado aún este país, no se ha desgastado-, debe poner candados a sus requisitos para ofrecer candidaturas, buscando calidad moral en su oferta política.

Un ejemplo para MC es el desgaste que trae en Nuevo León, -a partir de las acusaciones locales en contra de su gobernador, -publicadas en la prensa-, las cuales le impidieron ser candidato presidencial.

Es importante para la oposición dejar de tomar decisiones políticas a partir de condiciones emocionales como amistad, carisma y empatía.

Todos los gobernantes en México se han desgastado por aferrarse a defender a sus colaboradores cuando son acusados de corrupción o delitos, en lugar de investigar en busca de la verdad. Esto genera impunidad que en el futuro generalmente termina pasando la factura en contra del poderoso protector.

Se vuelve fundamental abrir espacios a las nuevas generaciones de líderes políticos, cuando aún no tienen un pasado que les comprometa. Sin embargo, también es fundamental evaluar y medir la fortaleza de los valores morales de los prospectos, para garantizar que éste no se corrompa cuando lleguen las oportunidades de enriquecimiento y deba mantenerse firme e incorruptible.

México necesita una oposición sólida y competitiva para combatir el populismo. Sin embargo, para ello se requiere de actores políticos honorables y con una trayectoria limpia, para evitar que puedan ser extorsionados con carpetas de investigación que señalen delitos cometidos en el pasado.

Hoy que la 4T se ha apropiado del Poder Judicial, -que siempre se constituyó en un blindaje jurídico-, es fundamental estar limpio de cuestionamientos que generen vulnerabilidad frente a la extorsión, que es la herramienta preferida de esta nueva cultura política.

¡QUÉ NECESIDAD!

La presidenta Sheinbaum dio otro testimonio de lealtad al presidente López Obrador, asumiendo como suyas sus ideas y fobias históricas.

En esta ocasión intencionalmente omitió invitar al rey Felipe VI de España a la ceremonia de toma de posesión del cargo y argumentó públicamente que esto se debe a la falta de respuesta del monarca español a la carta enviada por el presidente López Obrador, -en marzo del 2019-, donde se exigían disculpas públicas por los excesos cometidos “por los españoles” durante la denominada “conquista” de nuestro territorio.

Este conflicto detonado desde el Gobierno de México parece ignorar el impacto que estas decisiones tan subjetivas y emocionales pueden tener en la economía mexicana, frenando futuras inversiones.

España es el segundo país con más intercambio comercial con el nuestro, sólo debajo de Estados Unidos.

En nuestro territorio hay 7,000 empresas españolas y en España son 2,000 las mexicanas afincadas en su territorio.

Ahora, -si nos vamos la interpretación histórica-, encontramos que en esa época, -siglo XVI-, España no existía como país y el nuestro tampoco. Nuestro territorio entonces era el hábitat de diferentes pueblos, con variadas raíces étnicas, culturales, e incluso lenguaje. Pueblos confrontados entre sí muchos de ellos y la gran mayoría bajo el dominio y abuso del imperio mexica.

A lo anterior podemos añadir que fue imposible que 850 soldados españoles, -con 15 caballos y 16 cañones-, hubiesen podido derrotar a casi 150,000 bravos guerreros mexicas que custodiaban a la gran Tenochtitlán.

Según las “Cartas de Relación” de Hernán Cortés, -que son documentos que éste envió al rey Carlos I de España-, reconoce que fueron los 136,000 guerreros tlaxcaltecas, cholultecas, totonacas y de otras etnias, que eran, o enemigos de los aztecas o vasallos de ellos, y que con su apoyo encontraron el modo de liberarse de su opresor o enemigo y por eso se convirtieron en sus aliados.

Por tanto… ¿Realmente hubo una invasión extranjera que derrotó al mundo indígena? ¿No fue más bien una sublevación indígena en contra del pueblo dominante, para liberarse de sus abusos?

Tenemos una historia mal contada y manipulada para hacernos sentir víctimas de un pueblo extranjero, poderoso y cruel.

No es lógico crear un desencuentro con un país hermano a partir de agravios no sustentados históricamente.

Mas bien los descendientes de los mexicas debiesen ofrecer disculpas a todos los herederos de los pueblos sojuzgados, -en el territorio que hoy es México-, que durante muchos años recibieron tratos crueles e inhumanos. Los miles y miles de vasallos y prisioneros de guerra sacrificados en rituales religiosos lo evidencian y los vestigios de sus masacres dan testimonio de ello.

Debemos considerar que tan mexicanos son los descendientes de los mexicas, como los de los pueblos sojuzgados que con el apoyo de Hernán Cortés se sublevaron y aniquilaron al imperio mexica y destruyeron a su capital: la Gran Tenochtitlán.

Es riesgoso sustentar un diferendo diplomático con un país hermano a partir de una narración histórica tan cuestionable.

Además, juzgar la historia con los valores de hoy día y sin considerar el contexto de hace 500 años, es injusto.

Hoy debiésemos buscar reconciliación y no conflicto, que puede generar desconfianza y traer consecuencias económicas para México hoy y quizá en el futuro.

Es necesario rescatar el espíritu conciliador de la política exterior mexicana, que durante décadas dio prestigio, respeto y reconocimiento para nuestro país.

ALZHAIMER

Da risa el descaro, el cinismo y la incongruencia de los morenistas convertidos hoy en promotores de la militarización, cuando vemos fotos y videos de ellos mismos en el pasado, -cuando eran oposición-, haciendo marchas y plantones y ni qué decir de la florida verborrea en contra de la inclusión de los militares en las labores de seguridad.

Hoy no sólo son los defensores de la transmisión de la Guardia Nacional a la SEDENA, sino que han convertido a esta importante y honorable institución en el eje de la obra pública, y en constructores y administradores de grandes proyectos, en contra de lo señalado por el artículo 129 de nuestra Constitución, que define: “En tiempos de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar”.

Hoy que pueden cambiar leyes a su antojo, -convertidos en constituyente-, no será extraño que esta legislatura con mayoría calificada pretenda modificar este artículo de la Constitución para eliminar las restricciones que hoy tienen las Fuerzas Armadas.

LA CRISIS EDUCATIVA

Basado en argumentos ideológicos el director general de materiales educativos de la Secretaría de Educación Pública, -Marx Arriaga-, solicitó a los maestros de México no realizar la evaluación diagnóstica que señala la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), pues argumenta que fue una herramienta creada en la época neoliberal.

La educación que puede ayudar a nuestros niños a alcanzar una calidad de vida digna, no debe terminar en manos de ideólogos, manipuladores e irresponsables.

¿A usted que le parece?

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Fotografía del perfil de R. Homs: es de David Ross

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