“We are stuck in technology when what we really want is just stuff that works.” -Douglas Adams

Cuando hablamos del futuro, tomamos elementos del presente y los llevamos a posibles usos que vemos desde nuestra subjetividad. Algunas versiones de eso que pensamos serán reales, otras serán adaptaciones y otras no existirán. Ante esos posibles escenarios, hay que habilitar a las futuras generaciones con conocimiento y herramientas.

La manera como interactuamos con la tecnología será diferente. Somos una generación de transformaciones aceleradas gracias al desarrollo exponencial del poder de la computación y la capacidad técnica para reducir significativamente el tamaño de varios electrónicos.

En una charla, el astronauta Bill McArthur resaltó la importancia de la miniaturización como un elemento clave para el desarrollo de los programas espaciales, desde la era Apolo a nuestros días, con cohetes reutilizables.

En un principio suena obvio, pero el trabajo detrás del desarrollo de los programas espaciales se puede medir viendo el tamaño de los celulares. Obviamente, llegamos a la Luna con computadoras infinitamente menos potentes que los procesadores y memoria que hoy cargamos en nuestra mano. También es muy importante entender que esto deja en claro la oportunidad que estábamos desperdiciando para agilizar nuestro entendimiento del espacio y de nuestro planeta.

El astronauta William A. Anders lo expuso de la siguiente manera: “recorrimos todo este camino para explorar la Luna y lo más importante es que descubrimos la Tierra”. Ese es un enorme paso: el alejarnos para ver el todo y de ahí comprender el impacto de lo que hacemos. En esta lectura de perspectivas, es importante volvernos a preguntar cómo interactuamos con la tecnología y qué es lo lógico que pase. De ahí debemos tomar nuestra distancia y preguntarnos ¿qué tenemos que aprender para utilizar eso de manera segura y responsable?

Douglas Adams predijo la World Wide Web en su documental “Hyperland” (1990) y, gran parte de la tecnología que resalta en su famoso libro The Hitchhiker's Guide to the Galaxy, la podemos ver en muchas de las cosas que utilizamos hoy en día: libros electrónicos, pantallas táctiles, controles gesticulares, comandos de voz y hasta Wikipedia, traducción instantánea y navegadores web...

Otro profeta de la ciencia ficción fue el autor de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Philip K. Dick. Este libro da origen a la película “Blade Runner”. Este caballero murió en 1982, antes de que varias de sus visiones se hicieran realidad: escaneo de cuerpo completo en aeropuertos, reconocimiento biométrico del iris del ojo, controles gesticulares, publicidad segmentada, inteligencia artificial avanzada (obviamente), uso masivo del GPS para localización, y la capacidad de empresas privadas para viajar al espacio.

Philip K. Dick dijo de manera muy acertada que “la realidad es aquella que, cuando dejas de creer en ella, no desaparece”. La ciencia ficción viene de la lectura y la curiosidad. Sin tanto #ruidoblanco en la cabeza, hay tiempo para imaginar. Pero, es momento de pensar en las herramientas que damos a nuestro futuro: controlar las distracciones, fortalecer la curiosidad, reforzar la empatía y reconocer que tenemos la capacidad de alcanzar nuevos horizontes sociales, tecnológicos y económicos.

Veo a nuestro planeta desde la distancia (a través de una foto digitalizada emanando de la pantalla), como recordatorio de que, ante cualquier guerra, incluso una de ficción con extraterrestres, nadie gana.

La opinión de Ricardo Blanco es personal y no refleja la del medio ni la de la empresa para la que trabaja.

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