Las barreras de entrada (o pensándolo bien, para lograr la salida) hacia el
espacio exterior son múltiples. La principal, ha quedado clara: tener el
dinero para invertir en reducir las demás. Durante estos últimos días varias personas se pronunciaban en
redes sociales sobre qué líder felicitaba o reconocía el logro de otro.
Tenemos a tres personas que han generado
valor económico de diferentes maneras: reinvirtiendo sus utilidades pagando
ingenieros; haciendo concursos abiertos; y fundando un espacio personal para trabajar en ello. En lo que muchos han definido como
peleas de
egos, tenemos la inversión de dinero, tiempo, interés y conocimiento técnico. Si
Elon y
Richard se llevan, tal vez el introvertido
Jeff no, no tanto.
La empresa fondeada por el dinero del hombre más rico del mundo,
Blue Origin, tenía el flujo de capital para contratar recursos humanos y materiales para alcanzar su objetivo de forma individualista.
Virgin Galactic, fundada por
Richard Branson quien hoy mantiene un 24% de control, ha pasado cerca de 20 años de aventuras tras dedicarse a romper récords de vuelo en jets y globos. Finalmente,
Elon Musk utilizó parte de su dinero al salir de
PayPal, sus estudios universitarios en física y pasión por la ciencia ficción (Sci Fi) para fundar SpaceX y lograr un negocio viable alrededor de la exploración espacial.
Es así que tenemos al que puede pagar por hacer sus deseos realidad, al que puede pagar por hacer sus aventuras realidad y el que puede pagar (con dinero, tiempo y manejando frustraciones personales regulares) por hacer sus retos realidad. En vez de llevar esto alrededor de peleas de egos, prefiero centrarme en tres factores:
competencia entre privados, acceso a conocimiento que era privativo de la sociedad civil y seguridad nacional/internacional.
La competencia beneficia a los
sectores económicos. Si tienes competidores, tienes una mayor diversidad de proveedores
aeroespaciales, abriendo más la reducción de costos y la creación de mejores componentes. El acceso que antes era exclusivo de gobiernos se abre con la academia y más especialistas afuera que requieren puestos de trabajo; la biografía de Elon habla de cómo aprendió ruso y conceptos técnicos de cohetes rusos cuando no le permitieron comprar
cohetes de dicho país. Respecto a seguridad, recordemos que si puedes mandar algo muy arriba eso puede viajar muy lejos y bajar muy rápido con personas, ladrillos u ojivas nucleares.
No creo que sea posible pensar en algo tan ridículo como que esto se trata de qué multimillonario reconoció a otro o dejó de reconocerlo, o ir a desayunar juntos antes de un lanzamiento. Estamos en un momento épico en el que las empresas aeroespaciales están logrando reutilizar sus vehículos para acercarnos o escaparnos de la línea Kármán (o von Karman); nuestra barrera autoimpuesta para definir dónde termina la atmósfera terrestre e inicia el espacio exterior (por suerte está en km y no en millas, que es de 100km de la superficie terrestre; nosotros y los números redondos :P).
Más allá de ver quiénes se congratulan, veamos esto como oportunidades que se abran para seguir desarrollando conocimiento y oportunidades para volvernos una
especie (variantes)
interplanetaria. Todos están logrando cosas maravillosas a su manera. Pero, ¿podemos considerar los beneficios a largo plazo de qué pueden traer estos proyectos y sus descubrimientos de la mano de la
sociedad civil?
Lo que debemos de
exigirles es que
compartan y colaboren entre ellos, además de con el resto de la
humanidad. En vez de ver quiénes se mandan mensajitos de 140 caracteres o videos por internet, puro #ruidoblanco, pensemos en algo más útil. En la película de
Hitchhiker's Guide to the Galaxy (no en la novela) la computadora
Deep Thought crea la pistola “Punto de Vista” diseñada por la supercomputadora para que la víctima del disparo vea las cosas desde el punto de vista de quien le disparó.
Podríamos pedirles más adelante que alguna de sus
empresas desarrolle esta
tecnología, tan necesitada en tantos entornos desde el personal hasta el
universal.
Nota: La opinión de Ricardo Blanco es personal y no refleja la del medio ni la de la empresa para la que trabaja.
ricardo [at] mrwhite.world