"The lesson here is that it is very dangerous to bet against the future." —Michio Kaku

En un país donde los titulares suelen oscilar entre la tragedia y la farsa política, la próxima visita del físico teórico Michio Kaku al WIRED Summit 2024 en la Ciudad de México se presenta como un raro oasis de reflexión sobre nuestro futuro. El 18 de septiembre, el World Trade Center de la capital se convertirá en el epicentro de un debate que, paradójicamente, parece ajeno a nuestra realidad cotidiana y, sin embargo, es más relevante que nunca.

Kaku, conocido por su habilidad para traducir las complejidades del universo al lenguaje común, viene a hablarnos de la Cuarta Revolución Industrial y las Tecnologías Cuánticas. Temas que, en un primer vistazo, podrían parecer tan distantes de nuestras preocupaciones diarias como lo está Andrómeda de la Alameda Central. Sin embargo, en un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados mientras nosotros seguimos tropezando con los mismos baches de siempre, quizás sea hora de levantar la mirada.

La ironía no escapa a nadie: mientras discutimos sobre cómo la inteligencia artificial podría cambiar el panorama laboral, miles de mexicanos siguen buscando empleo en un mercado que parece anclado en el siglo pasado. Mientras Kaku nos hablará de computación cuántica, muchos todavía parecen tener problemas para manejar una hoja de cálculo básica.

Y, sin embargo, ¿no es precisamente esta disparidad la que hace que eventos como el WIRED Summit sean tan necesarios? En un México donde la brecha digital sigue siendo un abismo, donde la educación científica es más bien una aspiración que una realidad, la presencia de Kaku podría ser ese chispazo que necesitamos para encender una conversación largamente postergada.

Porque, seamos honestos, mientras nos enfrascamos en debates estériles sobre si la quesadilla lleva o no queso, el mundo y su #ruidoblanco sigue avanzando. Y en ese avance, corremos el riesgo de quedarnos no un paso atrás, sino kilómetros.

La visita de Kaku no es cosa solo para los cuatro gatos perdidos que puedan costearse la entrada al WTC. Va más allá: es como una cachetada con guante blanco ;), un "¡Ey, despierten!", a grito pelado. Porque, seamos francos, el futuro no es ese amigo que llega de sorpresa con unas chelas. No, el futuro es más bien esa casa que hay que construir ladrillo por ladrillo. Pero en este país, como ya es costumbre, mientras algunos preparan la mezcla, varios más se quedan ahí, con cara de "¿qué pasó?", sorprendidos viendo cómo otros cambian el mundo.

El WIRED Summit 2024 podría ser ese momento en el que, como sociedad, decidamos si queremos ser espectadores o protagonistas de la revolución tecnológica que se avecina. Podría ser el inicio de una conversación nacional sobre cómo prepararnos para un futuro que, nos guste o no, ya está aquí.

O podría ser, como tantas otras cosas en este país, una nota al pie en la crónica de oportunidades perdidas. Un evento más que pasa sin pena ni gloria mientras nos distraemos con el escándalo político de turno o el último meme viral.

La elección, como siempre, es nuestra. Podemos seguir debatiendo sobre si el futuro nos alcanzará o no, o podemos empezar a construirlo. La presencia de Kaku en el WIRED Summit nos ofrece una brújula. Depende de nosotros decidir si la usamos para navegar hacia delante o si la guardaremos en un cajón, junto con tantos otros sueños.

Porque al final del día, cuando el polvo se asiente y Kaku regrese a sus ecuaciones y teorías, quedaremos estoicos. Con nuestros problemas, nuestras contradicciones y, esperemos, con una nueva perspectiva sobre el papel que queremos jugar en el escenario global del siglo XXI.

El 18 de septiembre, el WTC de la Ciudad de México se convertirá en una ventana al futuro. La pregunta es: ¿tendremos el valor de asomarnos?

Foto: Especial
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