#LaVozDeLosExpertos
Superman y Superman II se empezaron a grabar al mismo tiempo en 1977, ambas tuvieron como director a Richard Donner. Sin embargo, la secuela tuvo que ser rodada de nuevo casi en su totalidad cuando se eligió como director a Richard Lester.
En Superman II aparece el General Zod, quien junto con Ursa y Non, habían sido enviados, en lo que parecían bloques de cristal a la “zona fantasma” del universo de DC.
Más tarde, en 2013, el general reaparecería en “Hombre de Acero”, la película de dirigida por Zack Snyder en la que hablan de un Códex.
El Códex es una base de datos que contiene toda la información genética de todas las líneas de sangre de Krypton. Es decir, el ADN original inalterado de los antiguos kryptonianos impreso en un cráneo. El cráneo era simplemente el medio en el que se almacenaba la base de datos y se suponía que pertenecía a un antepasado de la raza kriptoniana.
El Códex se usó para analizar ciertas piezas de código genético y para que los recién nacidos tuvieran un papel social predeterminado.
El general Zod quería hacerse con este códice para erradicar las líneas de sangre “inferiores” y “débiles” al debilitarlas de la base de datos. Jor-El, por lo tanto, roba el cráneo y almacena todos los datos en el bebé Kal-El, para que cuando sea el momento adecuado, pueda usar eso
para salvar a los dos pueblos.
Lo interesante es la capacidad de almacenar esa información en un material que no pueda desgastarse con el tiempo ni las inclemencias del ambiente (agua, desmagnetización, ondas de microondas, etc.).
Esta semana, después de años de investigación y gracias a los avances de láser ópticos súper rápidos y a la inteligencia artificial, Microsoft dio a conocer que sus investigadores lograron producir una pieza de vidrio de solo 7.5 centímetros de largo por dos milímetros de espesor en donde almacenaron la primera película de Superman de 1928.
La información fue grabada en el resistente cristal de cuarzo y puede leerse por algoritmos de machine learning (aprendizaje de máquina) entrenados para descifrar patrones cuando la luz se refleja en el vidrio.
Estos avances en almacenamiento reducen el costo de manutención pues se trata de un material que puede durar por cientos de años con poca inversión en infraestructura y capaz de resistir el clima y ambiente. Lo cual será significativo, especialmente para los centros de datos.
Aunque a nivel personal no importa tanto porque tenemos cada vez más opciones de streaming de video, el #ruidoblanco sigue existiendo en el almacenamiento de los materiales (datos) que ya hemos generado.
Ahora que la información genética de los seres humanos se consigue con solo escupir en una pipeta (e.g. 23 and me) tal vez estemos listos para tener cráneos de cristal y que Superman e
Indiana Jones puedan tener otras
secuelas.
Nota: La opinión de Ricardo Blanco es personal y no refleja la del medio ni la de la empresa para la que trabaja.