No se vale atizar el pánico luego de que la OMS declarara ayer emergencia sanitaria internacional por la propagación del coronavirus chino, pero tampoco subestimar el tamaño del riesgo de la pandemia que, más temprano que tarde, de acuerdo con todos los epidemiólogos y virólogos consultados al respecto, llegará a México en una coyuntura de cambios e insuficiencias graves en nuestro sistema de salud.
El coronavirus chino provoca la ahora llamada neumonía de Wuhan, porque fue en esa localidad donde inició el contagio desde diciembre pasado, al parecer en un mercado de pescados y mariscos, por lo que se afirma que su fuente fue animal, pero que ya puede transmitirse entre humanos con el simple contacto, elemento este que, junto con la globalización, hace inminente su presencia en cualquier parte del mundo.
La enfermedad, según las más recientes cifras de la OMS, ha cobrado en China la vida de 212 personas y contagiado a unas ocho mil 900. Al cabo de un mes, se expandió, aún sin consecuencias fatales, a 21 países de Asia, Oceanía, Europa y América, con 110 casos confirmados.
Los coronavirus son una extensa familia de virus que causan enfermedades respiratorias que van desde el resfriado común hasta otras letales, que ya han sido pandémicas en el pasado, como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS). Deben su nombre a la forma de corona que muestran bajo el microscopio.
El coronavirus chino, denominado como 2019-nCoV, fue identificado como nuevo el pasado 7 de enero, ya que su genoma es diferente al de los otros. Sus síntomas más comunes son congestión nasal, jaqueca, tos, fiebre, dolor corporal y dificultad respiratoria, pero en los casos más graves puede causar neumonía, fallas en riñones e incluso la muerte.
Un dato relevante a considerar es que 75% de los casos confirmados se tratan desde el primer nivel de atención médica, pero 25% ameritan atención de urgencia y hospitalización. Hasta ahora no hay vacuna y, aunque se trabaja en ella, no estaría lista antes de por lo menos cuatro meses.
¿Qué se ha hecho en México ante la eventualidad de un contagio?
La Secretaría de Salud asegura que todos los hospitales, centros de salud y clínicas del país están en alerta implementando sus protocolos de atención que incluyen, desde ya, que si un paciente presenta signos de enfermedad respiratoria, aunque no se haya confirmado que tiene el coronavirus chino, se solicitará su aislamiento. Además, los módulos de Sanidad han intensificado sus revisiones en aeropuertos y puertos de todo el país. Por su parte, el Instituto Nacional de Migración (INM) informa que aplica filtros sanitarios en 194 puntos específicos de internación nacional (62 terrestres, 67 marítimos y 65 aéreos). No hay, hasta ahora, impedimento de acceso a personas y mercancías procedentes de Asia.
¿Y qué ha decidido hacer una vez declarada la emergencia sanitaria internacional?
El director de Epidemiología, José Luis Alomía, dijo ayer que se preparan los componentes necesarios para tener todo “articulado y listo” cuando llegue la enfermedad a México. Y ayer mismo, un grupo de 90 virólogos y especialistas convocados por México en el marco de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) inició una reunión que se prolongará hasta el próximo 13 de febrero, para articular medidas conjuntas para enfrentar regionalmente esta emergencia sanitaria.
¿Qué hacer mientras tanto? Nada mejor que estas sencillas medidas de prevención: lavarse las manos constantemente; no tocarse los ojos, nariz y boca con las manos sin lavar; no saludar de mano ni de beso; evitar contacto con personas con enfermedad respiratoria; permanecer en casa si se está enfermo y cubrir tos y estornudos con la parte interior del codo.
La información de la autoridad sanitaria deberá ser abundante y permanente, sin atizar el miedo, pero sin subestimar el riesgo. Si no, que el coronavirus nos agarre confesados.
Instantánea:
EXPERIENCIAS. La alcaldesa de Escobedo, Nuevo León, Clara Luz Flores Carrales participará hoy en la MX Conference 2020 que organiza la Asociación Mexicana de Estudiantes de la Universidad de Harvard. Compartirá sus experiencias en la aplicación de programas contra la delincuencia y la corrupción que, por sus buenos resultados, se replican en otros municipios del país. Por ahí estarán especialistas en el tema como el columnista Alejandro Hope; María Amparo Casar, directora de Mexicanos contra la Corrupción; y el exsecretario de Gobernación, Alejandro Poiré, del Tec de Monterrey.
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