AMLO no lo precisó en la mañanera de ayer. Solo usó esos calificativos para referirse al pleito entre Ricardo Monreal y Martí Batres luego que éste último no pudo reelegirse como presidente de la mesa directiva del Senado y acusó a aquel de ensuciar la elección de la bancada morenista. Nadie repreguntó ¿quién de los dos es? o ¿son los dos?

Para tratar de dilucidarlo no soslayemos el contexto en que AMLO usó esos duros calificativos: Quienes buscan sacar provecho personal de la política no tienen futuro porque “el pueblo sabe quién se preocupa por ayudar y quien es un trepador, oportunista y politiquero”.

¿Quién es así, Monreal o Batres? Hagan sus apuestas.

Me consta que cuando Emilio Gamboa presidía la Junta de Coordinación Política del Senado en la legislatura anterior, consultó y recibió el aval de Peña Nieto para que el entonces perredista Luis Miguel Barbosa presidiera la mesa directiva.

¿Se fue Monreal por la libre, es decir, sin el visto bueno de AMLO, para que en lugar de Batres quedara en esa posición la senadora tabasqueña por Morena, Mónica Fernández Balboa, pareja por cierto del cerebro social del salinismo Carlos Rojas Gutiérrez?

Francamente no lo creo. La decisión, a no dudarlo, lleva el aval del presidente. En política siempre ha sido así, así es y así será, aquí y en China. Los calificativos, por lo tanto, estarían dirigidos a Batres.

De éste, el principal argumento contra la votación por 33 sufragios contra 29 que impidió su reelección, es que se permitió el voto de cinco senadoras del PES. Monreal explicó que ellas siempre han participado, con voz y voto, en las plenarias de Morena y que su coordinadora, Sasil de León solicitó la anuencia de Batres quien le dijo no tener inconveniente.

En el fondo está la lucha por el liderazgo de Morena, lo que explica que, hasta el final del proceso en el Senado, personajes como las secretarias Olga Sánchez Cordero y Rocío Nahle, la diputada Tatiana Clouthier y la dirigente nacional del partido, Yeidckol Polevnsky emprendieran una campaña contra Monreal e impulsaran la reelección de Batres.

Esa lucha será también telón de fondo en la elección del presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, con la diferencia de que en ésta, el proceso involucra otras reglas y a otras fracciones parlamentarias.

En el Senado, el proceso se dirimió al interior del grupo mayoritario y sin obligaciones reglamentarias de rotación en el cargo. En la cámara baja, aplica el artículo 17, numeral 7, de la Ley Orgánica del Congreso que establece que la presidencia de la mesa directiva recaerá durante el segundo y tercer año de ejercicio, en un integrante de los dos grupos parlamentarios con mayor número de diputados en orden decreciente. Esta norma, cuyo respeto también fue comprometido de palabra al inicio de la legislatura por el morenista Mario Delgado, quien preside la Jucopo y que también busca la dirigencia nacional de Morena, obliga a que sea el grupo del PAN el que presida el segundo año la Cámara de Diputados.

Pero su actual presidente, Porfirio Muñoz Ledo —quien a los 86 años parece más girito que nunca tras su operación de vesícula—, ya dijo que quiere reelegirse. No lo explicita, pero es probable que haya en ello un cálculo político de la 4T si nos atenemos a lo que viene: el Presupuesto (primero que por sí solo hará el gobierno de AMLO), la revocación de mandato y la ley reglamentaria de la reforma educativa, solo por citar algunos pendientes.

Pero el PAN (con el apoyo del PRI, PRD y MC) no parece dispuesto a permitir que lo despojen de ese derecho. Y aunque Marco Adame, actual vicepresidente de la mesa, ya se bajó de la contienda, el grupo que comanda Juan Carlos Romero Hicks ya baraja varios nombres para ocupar la posición en dos períodos de seis meses: la mexiquense Laura Rojas, la tlaxcalteca Adriana Dávila (cercana a Felipe Calderón y Margarita Zavala), el colimense Jorge Luis Preciado (apoyado por varios gobernadores blanquiazules), y el michoacano Xavier Azuara (hechura del líder nacional panista Marko Cortés).

Los próximos 26 y 27 de agosto, la fracción panista decidirá en su plenaria a quiénes apoya. Y el pleno, en la sesión preparatoria de la instalación del segundo año de la 54 Legislatura, habrá de determinar quién la preside. Se ven venir jaloneos.

@RaulRodriguezC

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