La designación formal de las primeras seis personas que conformarán su manda varios mensajes que no estaría de más enumerar.

1. Prudencia y eficiencia. A ninguna de ellas y a ninguno de ellos puede escatimárseles su experiencia política ni sus reconocidas credenciales profesionales y de formación académico. Por las tareas desempeñadas sin estridencia en el y los currículums de cada una de ellas y ellos, son plausibles los nombramientos de Marcelo Ebrard en Economía, Rosaura Ruiz en la secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación que creará el próximo gobierno, Juan Ramón de la Fuente en Relaciones Exteriores, en Medio Ambiente y Recursos Naturales, Julio Berdegué Sacristán en Agricultura y en la Consejería Jurídica de la Presidencia.

2. Atención a la coyuntura. Es el caso de Juan Ramón de la Fuente en la cancillería y de Marcelo Ebrard en Economía. Tocará a ambos lidiar con un nuevo gobierno de Estados Unidos, muy probablemente con Trump, con quien uno y otro ya lidiaron desde Relaciones Exteriores y desde la representación de México en Naciones Unidas; la conflictiva, incluso violenta, que podría desatarse tras las polarizadas elecciones en el vecino del norte; la revisión en 2027 de T-MEC y el giro ideológico hacia la ultraderecha que se registra en Europa.

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3. Libertad de decisión. No se ve, por la trayectoria y perfil de los personajes, que sean imposiciones de AMLO. Sheinbaum, por lo visto, ha operado con toda libertad al menos estos seis nombramientos. Todos los personajes, eso sí, en línea con la segunda parte de una 4T iniciada por López Obrador y que la virtual presidenta electa ha dicho abiertamente que continuará.

4. Definición de prioridades. Es el caso de la decisión de Sheinbaum de darle mayor peso a la Ciencia y la innovación tecnológica con la creación de una nueva secretaría, y la de encargar el crucial tema del Medio Ambiente a Alicia Bárcena, una especialista en la materia que a su paso por organismos internacionales y la cancillería mexicana ha logrado una gran interlocución mundial, factor primordial para atender temas globales como el del cambio climático.

5. Unidad partidista, claramente reflejada en el nombramiento de , quien le disputara la candidatura presidencial e incluso la cuestionara, aspereza que Sheinbaum bien supo limar para aprovechar en favor de su proyecto un activo de primera como lo es el excanciller.

Ya está además la designación de Rogelio Ramírez de la O, pero ya conoceremos más nombramientos el próximo jueves, muchos de ellos cruciales: Gobernación, Seguridad Pública, Defensa y Marina, entre otros.

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