No hay precedente de político alguno que hubiere anunciado públicamente que se fuga del país porque fue citado a declarar sobre ciertos delitos de los que lo acusan, como lo hizo este fin de semana el panista Ricardo Anaya Cortés .

Su principal argumento es que AMLO pretende meterlo a la cárcel a la mala porque no quiere que vuelva a ser candidato presidencial, porque ha sido muy crítico de su gobierno y porque, en consecuencia, se asume como un perseguido político.

Si la intención de Anaya es victimizarse para fortalecer sus aspiraciones políticas, la lógica aconseja que enfrente el proceso, desmonte las acusaciones y si, aun así, es injustamente encarcelado, convertirse en el formidable opositor a López Obrador que hasta ahora no ha surgido y que requiere el país.

Por una persecución política, mañosamente sustentada en el muy menor desacato de un fallo judicial que ordenaba no construir una calle para comunicar a un hospital, AMLO fue desaforado y estuvo a punto de ir a prisión en 2006.

Tan sabían correligionarios panistas de Anaya que encarcelar al hoy Presidente lo habría hecho un mártir, condición que aumentaría exponencialmente el respaldo ciudadano a su candidatura, que pagaron la fianza para evitar su detención el mismo día en que Vicente Fox y su procurador Rafael Macedo de la Concha no tuvieron más remedio que retirar la endeble acusación. Es del librito: ir a la cárcel siendo inocente, fortalece políticamente.

Lo cierto es que aquella acusación contra AMLO, no se compara ni tantito con las que le enderezan ahora al excandidato presidencial del blanquiazul: asociación delictuosa, lavado de dinero y cohecho, según la denuncia del exdirector de Pemex Emilio Lozoya Austin.

Pero aún más: lo que fue la PGR y ahora la FGR traen en la mira desde hace tres años al exdirigente nacional del PAN y expresidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, por denuncias del gobierno priista de Enrique Peña Nieto y de sus propios correligionarios panistas, en el marco de la disputa por el control del partido y por la candidatura presidencial de 2018.

En aquella campaña política, ya investido Anaya como candidato de la coalición Por México al Frente, el aún panista y entonces presidente de la mesa directiva del Senado, Ernesto Cordero Arroyo , lo acusó de operaciones con recursos de procedencia ilícita. De ahí derivaron las investigaciones y posteriores acusaciones de participar en una presunta red de lavado de dinero mediante la compra-venta de una bodega en Querétaro, con el empresario Manuel Barreiro Castañeda .

Tocó llevar a cabo la investigación al entonces encargado del despacho de la PGR, Alberto Elías Beltrán, de lo que se valió Anaya para acusar al gobierno de Peña Nieto de persecución política para descarrilar su candidatura.

Javier Lozano, otro expanista vinculado a Felipe Calderón , pero para entonces ya incorporado a la campaña priista de José Antonio Meade, le preguntaba a Anaya cómo siendo en esa época diputado federal sus ingresos le alcanzaban para tener a su familia viviendo a todo lujo en Atlanta y tener guardaditos para operaciones inmobiliarias.

Todos los personajes que interactuaron en aquel caso sobre el que finalmente la PGR determinó no ejercer la acción penal “por no existir aún suficientes datos de prueba”, y mucho otros más, aparecen en la acusación de Lozoya Austin sobre los sobornos ordenados para la aprobación de la Reforma Energética y que le referí aquí en agosto del año pasado (https://bit.ly/3mv7U6r). Sobre Anaya dice específicamente que el exsecretario de Hacienda Luis Videgaray le ordenó sobornarlo con 6 millones 800 mil pesos que le fueron entregados en el estacionamiento de la Cámara de Diputados .

Luego filtraron el video que documentó el modus operandi de los cohechos (https://bit.ly/3zffc1z) donde aparecen personajes menores cuyas declaraciones hoy tienen en la cárcel al exsenador blanquiazul José Luis Lavalle .

Anaya está en Atlanta, nos aseguran. Su cita judicial del día de mañana será atendida por sus abogados. Y para hoy a las 14:30 horas se espera la comparecencia ante un juez Federal del Altiplano del exdirector de Pemex Carlos Treviño Medina , a quien también se imputará por los supuestos sobornos que recibió de Lozoya Austin para sacar adelante la reforma de marras, lavado de dinero y asociación delictuosa.

Instantáneas:

1. EMBARRADOS. Son muchos los embarrados en las acusaciones de Lozoya, aunque muy pocos los casos que se han podido judicializar. Hoy se sabe, por ejemplo, que el procesado exsenador panista José Luis Lavalle, junto con el también exlegislador panista y exsecretario de la Función Pública, Salvador Vega Casillas, fueron paseados a todo lujo por el senador priista que presidía la Comisión de Energía, David Penchyna Grub, meses ante de la aprobación de la Reforma Energética. Este último —según las acusaciones de Lozoya — fue el encargado de entregar los cohechos a los legisladores. La pregunta es si los agarraron a todos porque en la Cámara de Diputados votaron a favor 209 legisladores del PRI, 107 del PAN, 28 del Verde y 10 de Nueva Alianza. En contra votaron PRD, PT y Movimiento Ciudadano.

2. LAYDA. Hoy en la mañana y hasta terminar, se llevará a cabo el recuento total de votos de la elección de la gubernatura de Campeche ordenada por el TEPJF. Así la ven en el círculo interno de la gobernadora ya electa y con constancia de mayoría Layda Sansores: La resolución del Tribunal fue extraña, por decir lo menos; MC pedía la apertura de 13 distritos y se acabó por ordenar la apertura de todos (21); en siete de cada diez casillas ya se había recontado y en los tres restantes no había problemas; luego entonces, se refrendará el triunfo. El TEPJF tiene la última palabra.

3. EL ENEMIGO EN CASA. Algo extraño parece estar ocurriendo en Naucalpan tras las pasadas elecciones del 6 de junio. En el Palacio de Gobierno del Estado de México han registrado cómo detonan conflictos con más celeridad. Se trata de manifestaciones de personal sindicalizado, policías, comerciantes ambulantes y hasta transportistas. Fuentes del municipio aseguran que es director de Gobierno, Mauricio Aguirre, es el oscuro personaje que está dejando crecer todo tipo de problemas. Explican que su animadversión al secretario de Gobierno del estado, Ernesto Nemer, es públicamente conocida y que, en ese contexto, difundió vía Twitter hace unos días su apoyo a la huelga de hambre que realizó su exjefe, el exalcalde de Toluca Juan Rodolfo Sánchez y acusó a Nemer de “estar en campaña”. Todo indica que la munícipe Patricia Durán tiene al enemigo en casa.

4. SENADO. Malú Micher declinó participar en la elección de la mesa directiva para el primer año de la LXV Legislatura del Senado. Pasado mañana se elegirá a quien la presida entre las senadoras Bertha Caraveo, Imelda Castro, Marybel Villegas y Ana Lilia Rivera.

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