Un temblor de 7.5, lo que nos faltaba en este inclemente 2020 que apenas va a la mitad.
Claro que el reacomodo del subsuelo es tan inevitable y frecuente, como la aparición y propagación, aquí y en todas partes, de virus causantes de pandemias y muertes, como el malhadado SARS-CoV-2 y su COVID-19 , la infeliz enfermedad que nos mantiene —aún sin medicina que la cure o vacuna que la evite— en una emergencia sanitaria, económica y social.
Pero lo que sí puede y debe evitarse es el horror de la criminalidad y la violencia que no deja de desangrarnos y que abona al desánimo en estos días tristísimos. Su propagación ya es tan inaceptable, como intolerable es la saña con que asesina a casi cien mexicanos cada día, en la cruenta disputa por el control de territorios que sostienen grupos criminales, intensificada durante los últimos días a cuenta de la crisis sanitaria.
Apenas el lunes pasado, un enfrentamiento en Huazantlán del Río , comunidad oaxaqueña del Istmo de Tehuantepec , dejó al menos quince muertos, todos ellos torturados y quemados vivos. Ocurrió en un filtro sanitario instalado por las autoridades de esa agencia municipal, en el que se marcó un alto que no respetaron los pobladores de otra, San Mateo del Mar.
El alcalde de esta última, Bernardino Ponce de León denunció que la agresión fue ordenada por el munícipe de Huazantlán y ejecutada por Gualterio Escandón alias “Gual Perol”, jefe de plaza de la delincuencia organizada. Lío de narcos, pues, en la pugna por el control de un territorio estratégico para el robo de combustibles y el tráfico de personas, pero con su correlato de confrontación política entre agencias municipales.
Es, como puede verse, un microuniverso que se replica en el macrouniverso nacional: Intrincada connivencia entre quienes ejercen el poder —formal o informalmente— y los grupos delincuenciales que, en medio de la cada vez más aguda polarización política del país, desafían continuamente la autoridad del Estado mexicano.
Porque también fue desafío la violencia desatada en Guanajuato por José Antonio Yépez Ortiz alias “El Marro ”, capo del cártel de Santa Rosa de Lima, luego del golpe que le asestó el Ejército el fin de semana pasado al aprehender a su madre, hermana y prima-novia, en un domicilio ubicado en la comunidad La Purísima del municipio Juventino Rosas de ese estado.
Bloqueos carreteros y quema de vehículos se desencadenaron en el corredor León-Bajío, con especial furia en Celaya , a los que siguió la difusión de un par de videos, cuya autenticidad no ha sido confirmada, en los que el capo del huachicol lanza improperios y amenazas contra cárteles rivales y el gobierno, no tanto porque lo tocaron en el amor filial, el fraternal y el sentimental, sino porque le zarandearon su ya debilitada estructura financiera, que tenía escondida tras las faldas de sus mujeres.
Y mientras eso pasaba en Guanajuato , un grupo armado irrumpía en Caborca, Sonora, a unos 65 kilómetros de la frontera con Arizona, Estados Unidos, para “levantar” a once personas que horas después, muertas y con rastros de violencia inaudita, aparecieron apiladas en un camino abandonado.
¿Hasta dónde llegará este intolerable desangramiento nacional? A AMLO y a su 4T ya se le dio tiempo suficiente para mostrar los resultados de pacificación que prometió al país. Ya vienen las elecciones intermedias y la consulta revocatoria del mandato, el tiempo se agota.
Instantáneas:
1. CIFRAS. Hasta ayer había registrados 191 mil 410 casos confirmados de coronavirus en México. De acuerdo con el pronóstico desarrollado sobre la base de un modelo matemático, Octavio Miramontes del Instituto de Física de la UNAM serán 259 mil los casos que estarán confirmados al finalizar la epidemia hacia el mes de octubre. Estamos a 67 mil 590 casos de alcanzar la cifra pronosticada de casos confirmados y a tres meses de que termine.
2. PROYECCIONES. Para proyectar un número total de posibles infectados, incluidos los muchísimos asintomáticos que se asegura hay, la autoridad sanitaria ha sugerido multiplicar por diez los 259 mil casos confirmados que habrá hacia finales de octubre. El número total de posibles infectados será, por lo tanto, de dos millones 590 mil casos, alrededor de 2% del total de la población del país. El porcentaje es muy bajo para aplicar la estrategia de “inmunidad de rebaño”. Ésta se alcanza con al menos 60% de la población total infectada.
3. SANTA FE. La jefa de gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum dijo ayer que si no hay consenso con los vecinos para la construcción de megadesarrollos inmobiliarios como el denominado Origina Santa Fe, en Cuajimalpa, no se edificarán. ¿Realmente parará a este último? Porque es muy cercano a los intereses de Ricardo Salinas Pliego, integrante del consejo asesor empresarial de AMLO.
4. BONILLA 3. Es necio el gobernador gringo de Baja California. Ya le bateó la Corte su pretensión de ampliar de dos a cinco años el período de gobierno (Ley Bonilla 1) y su Congreso la de reducir el próximo de seis a tres años (Ley Bonilla 2). La noche del lunes, convocó a los diputados locales de Morena para pedirles, casi exigirles, que apoyen una nueva iniciativa que insiste en la reducción de seis a tres años del próximo período de gobierno (Ley Bonilla 3).
5. NAPITO. Distanciado de la 4T, el senador Napoleón González Urrutia deberá disputar los contratos colectivos de trabajadores mineros a las diez agrupaciones de la Unión Nacional de Sindicatos Minero-Metalúrgicos y Metal-Técnicos de México (UNASIM) que se han fortalecido por el descontento existente contra “Napito”. Con el apoyo de cien mil obreros, sus líderes Carlos Pavón, Ismael Lejia Escalante, Tereso Medina y Javier Villarreal están listos para reanudar su batalla legal una vez que la pandemia permita la reapertura de las Juntas Federales de Conciliación y Arbitraje. Tan solo entre 2016 y 2017, Gómez Urrutia perdió tres recuentos sindicales que le costaron la pérdida de ocho mil trabajadores que se salieron de su agrupación para irse al Sindicato Minero Democrático liderado por Lejia Escalante.
@RaulRodriguezC
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