Muy difícil, si no es que imposible, será que el PRI y el PAN salven su matrimonio o que se salven a sí mismos, si su militancia no exige cuentas a los dirigentes responsables de la debacle electoral que sufrieron el pasado 2 de junio y que, un mes después, los mantiene juntos, pero aturdidos, y absolutamente deseosos de separarse.

Por el número de votos obtenidos y debajo de Morena (27.3 millones de votos), el PAN quedó como segunda fuerza política (9.6 millones), Movimiento Ciudadano como tercera (6.2 millones), como cuarta el PRI (5.7 millones), quinta el Verde (4.6 millones), sexta el PT (3.8 millones) y séptima el PRD (1.1 millones).

Ya en la conformación de la cámara de Diputados (consideradas las plurinominales resultantes de la sobrerrepresentación de ley), el Verde queda como segunda fuerza política con 74 diputaciones y desplaza al PAN y sus 72 asientos al tercer sitio, mientras que el PRI se desbarranca a la quinta posición con solo 34 curules.

Esas, más la derrota en la elección presidencial, son las cuentas alegres que entregan Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas y Marko Cortés.

“Alito”, además, ha perdido en su gestión diez gubernaturas: siete en 2020 (Sonora, Sinaloa, Zacatecas, SLP, Tlaxcala, Colima y Campeche, el estado que gobernaba), dos en 2022 (Hidalgo y Oaxaca) y una en 2023 (el Estado de México). Solo ganó dos: Durango y Coahuila, las únicas que actualmente gobierna.

Marko, por su parte, perdió en su gestión los siguientes estados que gobernaba el PAN: Baja California, Tamaulipas, Nayarit, Puebla, Yucatán y Quintana Roo. Conservó Chihuahua, Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro.

¿Habrá rebelión en el PRI?

Con resultados tan desastrosos como los señalados, es que Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas va el próximo domingo a la vigésimacuarta Asamblea Nacional del PRI a modificar los estatutos del partido para poder reelegirse por un período más en la dirigencia nacional del tricolor y para tener un mayor control de las bancadas priistas en el congreso federal y en los congresos de los estados. ¡Vaya cachaza!

Y lo peor para el verdadero priismo es que todo apunta a que lo conseguirá, pues tiene prácticamente comprados a los delegados a la asamblea y a los integrantes del Consejo Político del tricolor.

De hecho, ya hay un dictamen previo aprobado por la mesa temática de estatutos que se reunió el pasado miércoles 3 de julio y que aprueba cambios al artículo 178 de los estatutos del partido para que el presidente nacional y el secretario general puedan reelegirse para permanecer en el cargo hasta por tres períodos consecutivos de cuatro años.

Otros cambios avalados en el dictamen previo de la mesa temática de estatutos le dan más poder al líder nacional al permitirle designar y remover a los coordinadores parlamentarios del partido (artículo 89) y poder contratar deuda para garantizar el flujo y cubrir compromisos sobre gastos operativos y/o financiamientos urgentes (¿?).

Moreno Cárdenas se separó de la gubernatura de Campeche en 2019 y ganó en un proceso interno la dirigencia nacional priista por un período de cuatro años que se cumplió en 2023. Pero entre 2020 y 2021 promovió una reforma estatutaria que extendió su mandato a 2024. Ahora que concluye, promueve otra reforma para seguir al frente del tricolor.

El rechazo a esa posibilidad ha ido en aumento durante los últimos días, incluso con la petición expresa de la renuncia a “Alito” por parte de figuras relevantes del tricolor como la expresidenta del partido, Dulce María Sauri o como Beatriz Paredes e incluso Manlio Fabio Beltrones, además de los varios que durante su gestión renunciaron al partido (Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Alfredo del Mazo, Omar Fayad y Alejandro Murat entre otros).

A la petición de que dimita se sumaron otros 267 priistas, entre ellos los exlíderes nacionales Pedro Joaquín Coldwell, José Antonio González y Enrique Ochoa Reza, así como el excandidato presidencial Francisco Labastida Ochoa.

Marko y Calderón pelean por los pellejos

Los resultados electorales del PAN tampoco son dignos de aplauso o recompensa alguna.

Todo apunta, aun así, a que Marko Cortes -luego de que deje el liderazgo blanquiazul para ocupar su escaño en el Senado- operará con todo para que su relevo sea Jorge Romero Herrera, el actual coordinador parlamentario de los diputados panistas y con él su grupo, el de los llamados “padroneros” (por aquello de que inflaron artificialmente el padrón de Acción Nacional, un listado de casi 270 mil supuestos militantes que son determinantes para la elección de dirigentes y comités locales y nacionales), de los que son parte algunos conspicuos miembros del llamado cártel inmobiliario como Christian Von Roerich y el excandidato panista a la jefatura del gobierno capitalino, Santiago Taboada.

Felipe Calderón dijo de Romero en su libro “Decisiones difíciles” publicado en 2020 que un sobrino suyo (Gabriel Gómez del Campo Gurza, hermano de Mariana, quien fuera novia del hoy coordinador parlamentario panista cuando ella era diputada capitalina y él jefe delegacional en Benito Juárez) desnudó su corrupción al comentarle que “el propio Romero le confesó que asociaciones de ambulantes y otras le representaban a su grupo ganancias de siete millones de pesos al mes”.

Ese disgusto y animadversión los dejó sentir hace unos días el expresidente, pero esta vez hacia Marko Cortés, al declarar que es el peor dirigente que el PAN ha tenido y el que más daño le ha hecho en su historia.

Con ese comentario cerró el post que subió a X el pasado martes 2 de julio para lamentar que hubieran dejado fuera del Congreso a Jorge Triana (al no incluirlo en las listas plurinominales) “uno de los mejores tribunos del PAN”, a juicio de Calderón.

La respuesta de Cortés fue ríspida al culparlo de la caída blanquiazul al tercer lugar en las elecciones presidenciales de 2012 y reclamarle el daño que el caso García Luna le hizo al PAN en la más reciente campaña.

El pleito escaló a un conocido canal de YouTube donde el agarrón entre Marko Cortés y Javier Lozano Alarcón fue vulgarmente desagradable y muy lamentable ver a estos personajes como peleando por pellejos de despojos.

Es claro que Calderón y su grupo (el propio Lozano, Roberto Gil Zuarth, Max Cortazar y Ernesto Cordero) buscan rescatar y recuperar al partido, pero que ni un ápice cederán los “padroneros”.

Claudia impone piezas

Eran un secreto a voces las rudas negociaciones que tenían lugar al interior de Morena y entre el gobierno saliente y el gobierno entrante, para la designación de dos posiciones clave en el gabinete presidencial de Claudia Sheinbaum: Gobernación y Seguridad y Protección Ciudadana.

La virtual presidenta electa despejó ayer la incógnita: Rosa Icela Rodríguez y Omar García Harfuch, respectivamente, encabezarán esas cruciales funciones.

AMLO siempre tuvo reticencias por la subordinación jerárquica que alguna vez tuvo García Harfuch con el hoy encarcelado y próximo a recibir sentencia en Estados Unidos, Genaro García Luna. Eso más la presión de los llamados “puros” o “duros” de Morena, influyó en que la candidatura a la jefatura de Gobierno de la CDMX se decantará a favor de Clara Brugada -aduciendo razones de paridad de género en las candidaturas- no obstante que García Harfuch había ganado la encuesta interna de las guindas y era la propuesta de la hoy presidenta electa.

Argumentos y presiones similares se hicieron presentes en la designación de quien será el próximo secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, pero esta vez se impuso Sheinbaum porque García Harfuch dio buenos resultados al desempeñar tal función en la ciudad de México y porque es falso que López Obrador opere para imponerle gabinete. Seguro lo debaten, hacen política pues. Pero otra cosa es imponer.

Algunas voces dirán que sí le impuso a Rosa Icela Rodríguez para el despacho de Bucareli. Tampoco es así. Si bien la nueva titular de Gobernación cuenta con el aprecio y respaldo de AMLO, también lo tiene de la virtual presidenta electa, con quien desempeñó atinadamente esa función en el gobierno capitalino.

Despejada esta última incógnita, la pregunta era qué hacer con Mario Delgado. El dirigente de Morena reclamaba para sí Gobernación con un argumento de peso: los rotundos resultados electorales que entrega. Pero Delgado, al parecer, no tiene gran interlocución con algunos grupos de peso de Morena (el de los “puros” o “duros” y el de Marcelo Ebrard, por citar algunos). Y si alguna esperanza le quedaba para que le favoreciera el nombramiento, se le atravesó el caso de la candidatura (¿vendida?) a Sergio Meyer. Lo que de entrada no se ve bien es que una tarea tan importante como la educación pública sea entregada como recompensa. ¿Qué dirían los maestros Justo Sierra, José Vasconcelos o Agustín Yáñez?

El nombramiento en la Secretaría de Bienestar, por otro lado, es consecuencia de la lógica: el buen trabajo desempeñado en esa secretaría por Ariadna Montiel es razón válida y suficiente para que continúe en esas tareas que, por lo demás, son tan nobles que todo es ganar-ganar.

Instantánea:

1. ENTRE CORCHOLATAS TE VEAS. Todo indica que Ricardo Monreal tiene ya el apoyo de la mayoría de los diputados electos de Morena para que sea el coordinador de su fracción parlamentaria en la próxima Legislatura y dar cumplimiento al acuerdo tomado en aquella cena en “El Mayor” donde AMLO le entregó a Sheinbaum el bastón de mando y comprometió con Monreal la coordinación de los diputados morenistas y con Adán Augusto López Hernández la de los senadores. Este último, si bien honra el acuerdo, opera para que uno de sus cercanos, Arturo Ávila Anaya, quede en San Lázaro como vicecoordinador. Ávila Anaya es un empresario del ramo de la seguridad, especializado en el blindaje de vehículos militares y civiles, presidente de la empresa IBN Industrias Militares, con socios en Israel (Plasant) y Ucrania (ND Group de Leonid Pashkevych y simpatizante del exsecretario de Gobernación que, se asegura, aportó recursos a su precampaña por la candidatura presidencial morenista.

2. SUENA PARA EL INFONAVIT. Es el caso de un cercano a Ricardo Monreal. Se trata de Néstor Núñez López, quien fue alcalde en la Cuauhtémoc en el periodo de 2018 a 2021. Hijo del expriista y luego perredista que con esos colores gobernó Tabasco, Arturo Núñez Jiménez (2013-2018), ha realizado su carrera política muy cerca de Monreal.

3. CENSURA EN ACAPULCO. La morenista Abelina López, presidenta municipal de Acapulco, ahora está enfocada en perseguir y censurar a periodistas del puerto, amedrentándolos con su personal de comunicación social para que no cubran ni publiquen información sobre las ejecuciones que aumentaron la semana pasada. Su asesor de comunicación social, Miguel Ángel López Sotelo, dijo a gritos a un reportero que cubría una ejecución en la colonia Progreso, "ya hablé para que la prensa no saque nada". Así, por órdenes de la munícipe, exigen a los medios que no publiquen información, en lugar de que pongan a trabajar a su policía municipal que, casualmente, nunca está cuando ocurre algún suceso vinculado a las bandas del crimen organizado.

@RaulRodriguezC

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