IImaginemos que en este espacio le informo que, en medio de la cada vez más grave crisis migratoria, las autoridades mexicanas realizaron una pesquisa en la que los agentes investigadores y testigos protegidos acusan a funcionarios y familiares del presidente de Estados Unidos, Joe Biden de dirigir una poderosa organización de traficantes de personas.
Pero que, una vez desarrollada la larga trama de semejante aserto, le dijera que la investigación de marras no había obtenido evidencia concluyente alguna, por lo que las autoridades mexicanas, que no reconocían su realización, la cerraron y archivaron.
Mi editor, estoy cierto, no publicaría lo antes dicho, por una simple razón: si tal pesquisa no llevó hacia alguna evidencia documentada o de plano no comprobó la hipótesis planteada, publicarla sería reproducir por lo menos una media verdad, sino es que una mentira completa. Decirle entonces lectora o lector que lo que le informé no es cierto porque fue imposible comprobarlo, sería perverso o malintencionado por decir los menos.
Eso ocurrió con el reportaje del New York Times publicado ayer con la cabeza “Estados Unidos examinó acusaciones de vínculos de cárteles con aliados del presidente de México”. El título medio se salva. Informa de una investigación que dice no es de la DEA, aunque no precisa la agencia o autoridad que la llevó a cabo.
Pero luego puntualiza las acusaciones de la investigación de marras e intercala fraseos con los que hasta de pronto se contradice. Acusa el Times: “… aliados de AMLO se reunieron con cárteles de la droga y les quitaron millones de dólares después de que él asumió el cargo…”, según “funcionarios encargados de hacer cumplir la ley estadounidense” y que “pasaron años investigando” de acuerdo con una pesquisa de la “que no se había informado”, pero de la que “Estados Unidos nunca abrió una investigación formal”. ¿Entonces?
La investigación que no era investigación afirma también que “uno de los confidentes de AMLO más cercanos se reunió con Ismael “El Mayo” Zambada… antes de su victoria en las elecciones de 2018…”, que un capo de los Zetas “pagó cuatro millones de dólares a dos aliados de López Obrador con la esperanza de salir de la cárcel” y que “los cárteles de la droga estaban en posesión de videos de los hijos del presidente recogiendo dinero de la droga”. Esto último, de ser cierto, ya lo estaríamos viendo en el diario estadounidense o en redes sociales.
Para hacer frente a lo dicho en la investigación que no es investigación formal, AMLO hizo saber que el miércoles en la mañana la presidencia recibió un cuestionario del New York Times para conocer su posición respecto a los señalamientos de su nota, fijando como plazo las cinco de la tarde para contestar. No lo hizo y respondió en la “mañanera” de ayer, leyendo pregunta por pregunta.
Quizás no debió hacer públicos datos personales de la remitente, para no ponerla en riesgo, como reviró el Times luego de que AMLO negó todas las acusaciones y calificó al periódico estadounidense de “pasquín inmundo” y “calumniador”.
Ya en la tarde de ayer, John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca reconfirmó que no existe una investigación sobre AMLO y presuntas conexiones con el narcotráfico.
No se trata, en fin, de defender a AMLO, menos aún cuando todos sabemos la grave penetración que ha tenido el narco en el Estado mexicano durante su gobierno y los cinco anteriores. Pero ya van dos demoledoras acusaciones remitidas desde Estados Unidos en plenos procesos electorales en ambos países. Los dos han sido desmentidos por la Casa Blanca, pero ¿no le huele a dolosa campaña? ¿De parte de quién o de quiénes?
Instantáneas:
1. CAMPAÑA NEGRA. La acusación de ayer en el New York Times se sumó a la del pasado 30 de enero hecha en los portales informativos estadounidenses ProPublica e InSightCrime en el sentido de que López Obrador recibió financiamiento del narcotráfico en sus campañas políticas. Dos acusaciones en veintidós días, ambas desmentidas por la Casa Blanca, pero con las que arrancó y ahora se refuerza la campaña mediática #NarcoPresidenteAMLO y #NarcoCandidataSheinbaum con la que se ha bombardeado desde las redes sociales. La dirigencia nacional de Morena presentará una queja ante el INE y una denuncia penal pues considera que detrás de esa campaña hay un entramado de cuentas falsas (robots) impulsado por la agencia internacional “Atlas Network”, financiada por empresas extranjeras y vinculada al Departamento de Justicia de Estados Unidos. El líder de Morena, Mario Delgado dijo que eso es parte de una estrategia internacional multimillonaria por parte de la derecha con la que se pretende desestabilizar el proceso democrático del país. Financiarían a “Atlas Network” empresas como Shell, Exxon, Pfizer y Philip Morris. Su director ejecutivo en México y América Latina es Roberto Salinas León, primo de Ricardo Salinas Pliego, el mandamás de Grupo Salinas. El dirigente morenista detallo que “Atlas Network” destina millones de dólares en redes sociales a través de diez operadores de granjas de robots que se hacen llamar Sindicato de Twitter y que manipulan la conversación digital por medio de cientos de miles de cuentas falsas. Pero reveló que varios factores desnudan su inverosimilitud al presentar, por ejemplo, el mismo error en 500 mil tweets y el comportamiento espejo de etiquetas (hashtags) similares. Aunque X elimine la etiqueta en seguimiento a sus protocolos, ésta vuelve a subir con un número consecutivo. De ahí que haya #NarcopresidenteAMLO1, 2, 3 y así sucesivamente.
2. ACOMODO DE PIEZAS. Venció ayer el plazo para el registro de candidatos a los puestos de representación popular que se disputarán el próximo 2 de junio. Tras el método de la tómbola o la insaculación, Morena armó sus listas “pluris” tanto del Senado como de la cámara de Diputados. Normalmente aseguran el escaño y/o la curul los ocho o diez primeros de las listas. Cuatro de las ex corcholatas aparecen en ese escenario: En el Senado, Adán Augusto López (1), Gerardo Fernández Noroña (5) y Marcelo Ebrard (7). En Diputados está Ricardo Monreal (1 de la segunda circunscripción) y otros personajes como Ifigenia Martínez, Cuauhtémoc Blanco, Daniel Asaf, Olga Sánchez Cordero y Alfonso Ramírez Cuéllar.
3. COORDINADORES. Por las listas plurinominales, los que parecen perfilarse para coordinar en el Senado a sus fracciones parlamentarias son, por el PAN, Marko Cortés, por el PRI Alejandro Moreno Cárdenas o Manlio Fabio Beltrones y por Morena, Adán Agusto López, a menos que Ebrard le haga la faena.
4. PREOCUPACIÓN. Gran convocatoria tuvo el domingo pasado el mitin en defensa de la democracia que concentró a decenas de miles en el Zócalo de la CDMX. No faltaron, por supuesto, quienes viven en la Cuauhtémoc, alcaldía que alberga al centro histórico capitalino. Y no ocultaron su preocupación de que Morena haya postulado como candidata a esa demarcación a Caty Monreal. Y es que después de ver cómo han gobernado sus familiares en Zacatecas, cuyo tío David es gobernador, es alarmante ver cómo ha crecido la inseguridad. Tanto que, durante los últimos días, dos de sus familiares han sido víctima de la delincuencia. ¿Por qué será? El caso es que los habitantes de la Cuauhtémoc no quieren volver a ser mal gobernados como ocurrió con quien ya es apodada “La Chapulina”, Sandra Cuevas quien ya brincó del PRI al PRD y recientemente a Movimiento Ciudadano, partido del que será candidata al Senado.
5. NOMBRAMIENTO PUMA. Gran fichaje hizo el rector Leonardo Lomelí Vanegas, junto con su secretario administrativo Tomás Humberto Rubio Pérez, al incorporar como director general de Obras y Conservación de la UNAM al maestro Gonzalo Guerrero Zepeda. Universitario de cepa, el exdirector de la Facultad de Ingeniería tomó posesión del cargo el martes pasado con el compromiso de ser escrupulosamente cuidadoso y racional en el manejo de los recursos de esa estratégica dirección. Guerrero Zepeda, quien ha fungido como profesor titular de la Facultad de Ingeniería durante 46 años, además de haber desempeñado otros cargos en la administración pública, trae la encomienda del rector Lomelí de cuestionar con fuerza las llamadas obras faraónicas y de aplicar un manejo estricto y mesurado de los presupuestos, el uso racional del agua y la energía y fortalecer el apoyo al bachillerato.
@RaulRodriguezC