En términos noticiosos, lo único novedoso del libro “Decisiones difíciles” que Felipe Calderón publicó el lunes pasado, es la revelación de la carta que envió a AMLO el dos de diciembre pasado, en la que al reflexionar críticamente sobre su primer año de gobierno, considera que “contra toda expectativa”, el hoy mandatario puede, si rectifica, convertirse en un “gran Presidente”, y “pasar a la historia recordado y respetado por todos, no como alguien que polarizó al país, destrozó su economía, reconstruyó el poder hegemónico y en cuyo mandato se consolidó la captura del Estado por parte del crimen organizado”.​

Le dice no saber hasta dónde ha llegado esa captura a nivel federal y le sugiere revisar bien la casa: “Debe asegurarse –recomienda- que no exista de parte de nadie en su gobierno acuerdo alguno con ningún grupo criminal y que sepa claramente qué terreno está pisando, para saber en quién puede confiar y en quién no en el gobierno”.​

No deja de ser paradójico, por decir lo menos, que ocho días después del envío de la misiva, es decir, el 10 de diciembre pasado, aprehendieran en Texas a quien fuera su poderoso secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, acusado por una corte federal estadounidense de recibir millonarios sobornos para proteger al cártel de Sinaloa de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.​

Sobre este caso, Calderón solo incorpora en el libro un breve apartado ya que, según explica, la detención ocurrió después de haber entregado el texto a la editorial. Ahí reitera su posición, en línea con anteriores declaraciones de que no estaba enterado de los presuntos procederes de García Luna: “Espero que, como en el caso de cualquier persona, se realice un juicio justo y apegado a derecho, en el que se respete la presunción de inocencia del acusado; (y) si llegara a demostrarse su culpabilidad, y se probaran los hechos de los que se le acusa, ésta sería una gravísima falta a la confianza depositada en él por la sociedad”.​

En el resto de este libro de 376 páginas en su versión en línea, García Luna solo es mencionado una vez más por su nombre, cuando Calderón se refiere a la conformación de su equipo de gobierno y dice que, para su nombramiento en Seguridad Pública, lo convenció el conocimiento que tenía sobre la materia, su trayectoria de años en el Cisen y su formación de ingeniero industrial que lo habilitaba para el diseño de un sistema único de información criminal mediante el uso de nuevas tecnologías.​

Por la importancia que tuvo en su gobierno el tema de la seguridad pública y el combate al narcotráfico (respecto al cual Vicente Fox le dijo frío y distante que “con eso no hay que meterse”, según relata), resulta tan poco creíble que Calderón no estuviera enterado de la conducta de García Luna (pese a las advertencias que recibió de militares y exmiembros de su gabinete, según hemos dado cuenta en otras entregas) como el que nada supiera del “Rápido y Furioso”, operativo del gobierno estadounidense de introducción masiva de armamento a territorio nacional con el fallido objetivo de conocer su destino, al que para nada se refiere en su libro.​

En él, sin embargo, argumenta a favor de su estrategia contra la inseguridad e insiste que la creciente violencia del país es consecuencia de la cruenta disputa por el control de territorios de los cárteles (agudizada cuando México transitó del narcotráfico al narcomenudeo para garantizar el consumo en el mercado interno) y no de la respuesta de un Estado cada vez más penetrado por la delincuencia organizada.​

Por lo demás, “Difíciles decisiones” aporta la visión e interpretación de uno de los protagonistas de la historia reciente del país que, además de repasar datos interesantes de su biografía, fija posiciones sobre la transición democrática, la rebelión zapatista, el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el error de diciembre de 1994, la llegada al poder del PAN, la cuestionada elección de 2006, la epidemia del AH1N1, la crisis económica mundial de 2008-2009 y el accidente de aviación en el que murieron Juan Camilo Mouriño y José Luis Santiago Vasconcelos.​

Instantáneas:​

1. EL CONSORCIO. Con ese nombre se refiere Calderón en su libro a la camarilla que, según considera, acabó con la democracia interna del PAN. Señala entre sus cabecillas al expresidente del PAN y hoy senador Gustavo Madero y al excandidato presidencial blanquiazul Ricardo Anaya, a los que también llama “cadeneros” y “padroneros”, por haber inflado descaradamente el padrón blanquiazul. “Ni el PRI se atrevió a tanto”, dice.​

2. TRAIDORES. Calderón es muy crítico también con otro expresidente panista, Manuel Espino, de quien, asegura, se dedicó a torpedear a su gobierno; y con el actual dirigente blanquiazul Marko Cortés a quien considera “fiel representante de la ambición, corrupción y mediocridad”. Relata que impuesto en 2011 como candidato del PAN a la alcaldía de Morelia pactó con el candidato priista a la gubernatura, Fausto Vallejo. Cortés promovería el voto a favor de Vallejo y éste a favor de aquel. Pero Vallejo dejó colgado a Cortés quien perdió la alcaldía de Morelia y contribuyó a la derrota de la candidata panista a la gubernatura, Luisa María Calderón “Cocoa”, la hermana de Felipe.​

3. VIRTUAL. El crucial fallo de la Corte sobre la Ley Bonilla se tomó en sesión virtual vía electrónica. Eso marca la pauta para el que Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) haga lo propio. Si bien no ha suspendido labores, no ha desahogado aún juicios en sesiones virtuales por la oposición de algunos de sus magistrados, no obstante que el máximo tribunal del país ya lo hizo con toda legalidad y aún con la pandemia.​

4. REGRESO EN EL VALLE. La jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, y el gobernador del Edomex, Alfredo del Mazo, anunciarán hoy el plan que se pondrá en marcha para retomar las actividades escolares, comerciales, laborales y sociales en el Valle de México una vez superada la etapa crítica de la pandemia. El gobernador Del Mazo ha sido enfático al señalar que en todas las fases del semáforo de alerta epidemiológica, la población deberá seguir con el uso del cubrebocas, la sana distancia y las medidas de higiene. ​

5. REAPERTURA. De los 324 municipios autorizados a reanudar labores desde el lunes pasado, 297 no lo hicieron por decisión de gobernadores y alcaldes. De manera que solamente 27 iniciaron hasta ayer la reapertura. En tanto, y ya consideradas como actividades esenciales la minería, la construcción y la fabricación de equipos de transporte, las fábricas de algunos municipios del país retomaron su producción. Es el caso de Mérida, en Yucatán, y Tijuana, en Baja California, donde se producen partes fundamentales para las industrias militar y aeroespacial estadounidenses. ​

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