El diccionario de la Real Academia Española define la palabra Unidad como la propiedad de todo ser, en virtud de la cual no puede dividirse sin que su esencia se destruya o altere. Es decir, mientras un ser, un partido, un movimiento no se destruya o se altera en su esencia, su unidad es incuestionable. Esa es la gran realidad y fortaleza de MORENA.
MORENA es hoy más que nunca tiene una enorme unidad interna, pues durante su proceso de selección del Coordinador Nacional de la Defensa de la Cuarta Transformación lo que hizo fue destilar, clarificar y confirmar la esencia social, política e histórica del Movimiento de Regeneración Nacional. La elección de Claudia Sheinbaum para asumir esa responsabilidad presente y futura da renovada sensación de unidad porque refrenda lo que ha definido a la organización histórica que fue concebida por Andrés Manuel López Obrador como lo que el país necesitaba en su nueva fase de desarrollo nacional.
Siguiendo en el diccionario estricto, la unidad es también una cualidad que demuestra que una obra literaria, artística y yo me atrevo de decir política o social tiene un solo pensamiento principal, generador y lazo de unión de todo lo que ocurre o representa. En MORENA ese lazo principal y generador hoy está más presente que nunca y es dar continuación, consolidar y hacer irreversible el cambio que AMLO ha iniciado y que va más allá de las elecciones. Hacía falta este momento de nuevo rumbo y prioridades políticas, sociales, económicas y humanistas para que México puede autodenominarse una democracia y pueda completar -sí, completar- su formación nacional esencial. MORENA hoy con un proceso exigente, tenso (como todo proceso importantísimo y en el que está juego mucho) ha logrado una superior unidad de propósito.
Claudia Sheinbaum es ahora, pues, la Coordinadora de un Movimiento que en un proceso competitivo de alcance nacional ha logrado renovar su esencia y ratificar su propósito, es decir hay una Unidad superior, mejor, vital y dinámica con la cual enfrentar los retos que el país deberá enfrentar hacia el 2024. Eso nadie lo puede negar, y también se llama unidad.
Solo quienes añoran el pasado de partidos autoritarios pueden confundir el concepto de unidad con disciplina monolítica, algo que hoy los mexicanos libres detestan. Únicamente quienes ven un México jerárquico, de amos y siervos, de clasismo, puede confundir el concepto de unidad con el de obediencia reverencial, algo que los ciudadanos humanistas y solidarios que no idolatran el dinero y las apariencias jamás quieren volver a ver.
La unidad de MORENA es una unidad superior, distinta, mejor, es de ideales, de propósitos, de esencias, del alma de México. Por eso la nuestra es la unidad del futuro, la que puede incluir, sumar, abrir puertas, sin perderse y siempre sin hacer transacciones con la voluntad de la gente.
Finalmente, el diccionario dice que unidad es también la cantidad que se toma por medida o término de comparación con las demás cosas. En eso MORENA es también hoy la unidad con la que se mide y con la que se contrastan a todas las demás organizaciones y proyectos políticos en México. Ahí también con Claudia Sheinbaum y un Coordinador como Adán Augusto, las demás organizaciones, alianzas, frentes y demás invenciones sin esencia y sin propósito loables, palidecen; son apenas fracciones, decimales, retazos que no ofrecen ni pueden concebir opciones reales.
MORENA es hoy unidad, por su narrativa y propósito claros, por su esencia reforzada y porque es la vara (sí, el bastón de mando) contra lo que todo lo demás es medido en la arena política, legislativa y electoral. Esa es la unidad verdadera, la que sí gana, la que no es disciplina ni servidumbre. Esa es la unidad del nuevo mexicano que nuestro presidente ha sembrado y que a muchos nos tocará asegurar que germine. Unidos en eso avanzamos.
Raúl Paz, Senador de la República por Yucatán, Presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos @RaulPazMX.