Platicando con Carlos Tirado y Carlos Mota, directores de la firma SeParte Asesores, me comentan que una vez que una persona o empresa decide lanzar una nueva marca de tequila, literalmente los primeros lotes producidos son destinados a promover y degustar la bebida en los mercados en que se piensa comercializar, pero también me advirtieron que esa labor se puede extenderse dos o más años.

Con más de 18 años como agaveros, aparentemente este par de empresarios tienen bien calculados “los tiempos” y los medios para sacar un producto y colocarlo en los canales apropiados, pero no hay una fórmula exacta en tiempo y forma. Es más, ni con grandes presupuestos se garantiza la efectividad del lanzamiento exitoso de una nueva marca de tequila. Si no, pregúntenle al influencer Luisito Comunica, con su licor de agave Gran Malo, o bien el tequila 818 de la socialité Kendall Jenner.

Fue don Mariano Landeros, propietario de la fábrica de tequila La Noria, quien les produjo el primer lote de tequila a Tirado y Mota, bajo el nombre comercial Región de México, algo extraño para una marca de tequila, pero a decir del par de emprendedores se trata de un concepto de pertenencia y arraigo que invita a los consumidores a comprar y probar lo esencial.

De cualquier manera, los primeros lotes y los primeros dos años estarán destinados a promover, catar y dar a conocer su nueva marca, tal como lo hicieron en su momento las grandes firmas tequileras. Así, en el presupuesto se debe considerar un par de años de “merma” si realmente se quiere ganar un espacio en el aguerrido y demandado mercado de tequilas.

La perseverancia juega un papel crucial en la comercialización de un tequila, y si a eso le sumamos que el emprendedor o la empresa es nueva en la industria, la cuesta puede resultar más empinada. Maquilar un tequila puede resultar el atajo ideal para lanzar una nueva marca, pero los trámites y la distribución en México y otras latitudes exigen un largo camino antes de que luzca en aparadores físicos y virtuales.

Por lo pronto, el tequila Región de México, que bien se puede ostentar como producto premium al tratarse de un tequila blanco que, por su destilado y cuerpo, se puede comercializar por encima de 800 pesos por botella de 960 mililitros. Sin embargo, lo promueven por debajo de ese precio, si bien les va, pues la gran mayoría de sus botellas se distribuyen para degustaciones y catas.

Ni maestro tequilero, ni botella de autor, sólo un tequila preparado de forma artesanal y envasado en botella genérica, que por esencia es blanco y “sin disfraz”. Así definen Tirado y Mota su producto, conscientes de que los primeros lotes les demostrarán si tendrán éxito o no. Tome nota, y tome con moderación.

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