La esperada reelección del presidente ruso, Vladimir Putin, llega en un momento geopolítico clave, en donde ciertas victorias tácticas en Ucrania, el rápido crecimiento de su economía pese a las sanciones impuestas en su contra y la percepción de la ciudadanía de que es un líder que los ha defendido de la amenaza occidental, han dejado a Putin muy bien parado. Históricamente, Putin ha sabido navegar con el clima doméstico y externo para saber el momento preciso para tomar decisiones impopulares. Es de esperarse que el fortalecimiento político tras su triunfo electoral derive en acciones que postergó, como ordenar una segunda movilización militar para luchar en Ucrania o aumentar las tensiones con la OTAN hasta lograr mostrar alguna vulnerabilidad en la alianza.
En este quinto mandato, América Latina seguirá siendo un blanco. Al autoposicionarse como parte del Sur Global, Rusia continuará en la búsqueda de alianzas políticas, militares, ideológicas y comerciales bajo una visión que plantea un nuevo orden mundial multipolar. En el caso de México, habrá que prestar especial atención en los intentos de Rusia de fortalecer su influencia a través del documentado aumento de diplomáticos en nuestro país y de la creciente presencia del medio Russia Today (RT) particularmente en tiempos electorales, en donde el papel que ha jugado el Kremlin en la intromisión y propagación de desinformación en comicios a nivel mundial es bien conocida. Sin lugar a dudas, quien encabece el nuevo gobierno mexicano deberá evaluar el saldo de las implicaciones de acercarse o alejarse de Putin 5.0.
Raquel López-Portillo Maltos (Asociada COMEXI, @RaquelLPM)