Mijaíl Gorbachov nació en una familia de campesinos rusos y ucranianos en Stavropol Krai, el 2 de marzo de 1931 durante los años duros de Stalin, años más tarde su abuelo Panteléi fue nombrado encargado de la oficina de abastecimiento de alimentos en su comunidad, en medio de una catastrófica hambruna, pero fue arrestado durante la Gran Purga Stalinista, pasando 14 meses en prisión y siendo condenado a muerte, lo acusaron falsamente de “conspirador trotskista”, pero fue liberado al no probársele nada. Gorbachov recuerda: “Lo envolvieron en una piel de oveja empapada y lo pusieron sobre una estufa prendida, pero soportó eso y más torturas”.
En 1941 Rusia fue invadida por Hitler, el padre de Mijaíl fue enviado a la guerra, quedándose Gorbachov al frente de la casa con su madre a los 10 años, pueblos enteros se vaciaron de hombres siendo reclutados en la guerra.
Durante las batallas los alemanes invadieron la aldea de Gorbachov, viendo muy de cerca a las tropas nazis: “Al menos uno de los soldados parecía amistoso nos enseñó fotos de sus hijos. Otros tomaron todo lo que necesitaban de nuestras casas”.
Señala que cuando el ejército nazi lo descubrió escondido en un pozo con sus amigos, los obligaron a extraer agua para proveer sus tanques. Después saquearon su casa, y sus abuelos lo escondieron en otro pueblo aledaño por las matanzas masivas que se habían desatado contra la población soviética, después de un tiempo los alemanes se retiraron de su pueblo. No obstante a Gorbachov le tocó ver escenas dantescas de soldados rusos masacrados en los campos y valles, así como ciudades enteras destruidas y sepultadas; seguramente por esa razón siempre fue un profundo defensor de la paz y la libertad.
En 1944 casi al final de la guerra, Gorbachov y su madre recibieron una carta donde le informaban que su padre había muerto en la batalla, fue tan dura la noticia que lloraron 3 días sin parar, pero al cuarto día les llegó una carta del padre diciéndoles que estaba vivo, pero herido por una bomba que le estalló, la alegría volvió a sus vidas, meses después al final de la guerra su padre regresó a casa, estuvo asignado a Kiev y Jarkov combatiendo con el Ejercito Rojo al ejército fascista que había invadido Ucrania.
Mijaíl regresó a la escuela primaria y se unió a la Liga de Jóvenes Comunistas (Komsomol) de la que más adelante fue dirigente. Fue actor de teatro salió en varias obras de la escuela y siguió con su trabajo de campesino al lado de su padre, manejando máquinas cosechadoras.
En 1950 ingresó a estudiar leyes a la Universidad de Moscú, donde conoció a su futura esposa, Raisa Titarienko quien era estudiante de filosofía con quien se casó tres años después.
Al culminar sus estudios, comenzaron sus ascensos en el Partido Comunista, su primer cargo fue subdirector de propaganda en Stávropol, en el 57 se encargó del Komsomol en la misma ciudad; al siguiente año fue el número dos a nivel regional, en el 61 subió a dirigente regional; en el 63 fue encargado de todos los nombramientos de jefes del partido y en 1968 presidente del partido en toda la región de Stávropol.
Después formó parte del Comité Central del Partido Comunista, donde realizó intensas labores a favor de la agricultura, logrando en 1978 hacerse cargo de los programas de agricultura en todo el país.
En 1980 Gorbachov entró como miembro del Politburó máximo órgano del poder, a la muerte del líder soviético Brezhnev arribó al poder Yuri Andrópov en 1982, éste encumbró a Gorbachov como encargado de las reformas económicas y administrativas del país, convirtiéndose en uno de los políticos más visibles del Buró Soviético. En 1984 falleció Andrópov y subío al poder Konstantín Chernenko solamente por un año ya que murió en 1985, no obstante ante una crisis interna del gobierno por la repentina pérdida de tres presidentes, la historia dio un giro inesperado y designaron a Mikhail Gorbachov como nuevo líder supremo de la Unión Soviética, convirtiéndose en el Jefe de Estado más joven de los últimos tiempos a los 53 años de edad.
Durante su discurso de toma de posesión sorpresivamente exhortó a Estados Unidos a unirse a Moscú para buscar la paz y el fin del conflicto nuclear: “Queremos un inmediato fin de la carrera armamentista, sobre todo de las armas nucleares en la tierra y su prevención en el espacio. Ofrecemos un congelamiento y reducción de los arsenales nucleares”.
A su llegada Gorbachov vio la inmensa necesidad de reformar al país que estaba cerrado y aislado del mundo, para transformarlo en una nación abierta, libre y democrática, por ello aprovechó la oportunidad de establecer dos grandes reformas: Glásnost (apertura), para liberalizar el sistema político, y Perestroika (reconstrucción), para reformar y abrir la economía. Con ello otorgó nuevas libertades a los ciudadanos como libertad de expresión y libertad de religión, liberó a miles de presos políticos como lo había sido su abuelo.
Dentro de las reformas pacifistas convocó a su homólogo Ronald Reagan a celebrar una cumbre en Ginebra, donde acordaron prevenir una guerra nuclear y reducir sus arsenales químicos y atómicos.
Posteriormente celebraron una segunda cumbre en Washington en 1987, donde ambos mandatarios firmaron un pacto histórico en la Casa Blanca que estipulaba; la destrucción de sus misiles de alcance intermedio, dando un importante paso para la paz y el desarme.
En la siguiente cumbre tocó el turno a Ronald Reagan visitar la ciudad de Moscú, en esa ocasión después de firmar los acuerdos de desarme dentro del recinto, Gorbachov sacó a Ronald Reagan del confinamiento de los impresionantes muros del Kremlin para caminar por la Plaza Roja y apreciar sus maravillas arquitectónicas, paseando los hombres más poderosos del mundo por los alrededores del corazón de Moscú como un par de turistas que se tomaban fotos y platicaban con la gente. En cierto momento el líder ruso abrazó a un niño que estaba con su padre, y le preguntó si reconocía al Presidente Reagan, el niño guardó silencio un poco desconcertado y le estrechó la mano a Reagan quien sonreía ante la incredulidad de los soviéticos que miraban a ambos mandatarios de frente.
Entre sus grandes reformas Gorbachov visitó la Alemania comunista que dividía el Muro de Berlín, durante su gira exhortó a las autoridades a que adoptaran sus nuevas reformas transformadoras. Durante su recorrido las multitudes de alemanes lo ovacionaban y se amontonaban para verlo, era la época más intensa de la “Gorbimanía” todos le gritaban “libertad”, “libertad” querían que el líder soviético les abriera el Telón de Acero que por 28 años los tenía prisioneros.
Días después en un giro inesperado, el 9 de noviembre de 1989 en un acto de profunda generosidad humana, Gorbachov mandó derribar el muro de la vergüenza y la maldad, poniendo fin al encierro de los alemanes y terminando con la ignominia de la Guerra Fría.
Por este motivo y por sus grandes reformas, le otorgaron el Premio Nobel de la Paz 1990 como un reconocimiento a su inmensa lucha por la paz y el desarme nuclear.
Durante su discurso de aceptación en Noruega señaló: “La Guerra Fría terminó, el riesgo de una guerra nuclear global prácticamente desapareció y la Cortina de Hierro se cayó. Alemania está unida, este es un hito trascendental en la historia de la humanidad”. Fue interrumpido un par de ocasiones por una mujer afgana que le pedía retirar las tropas de Afganistán, pero también fue ovacionado por el mundo entero; la era de la supremacía y la confrontación había terminado.
Finalmente la Unión Soviética se disolvió, Gorbachov renunció y una nueva Rusia surgió libre, democrática y capitalista, dando paso a la formación de 15 repúblicas independientes y una nueva era de paz y estabilidad entre las dos potencias por más de 20 años.
En los siguientes años Gorbachov estableció su fundación para apoyar a niños con cáncer y para realizar estudios sobre temas políticos y económicos como una especie de Think Tank.
Boris Yeltsin quien lo sustituyó, siempre lo acosó políticamente, aunque nunca lo arrestó, llegó a prohibirle salir de Rusia pero la comunidad internacional protestó, además trató de destruir su fundación, le quitó espacios y la fiscalizó arduamente.
Cuando Putin llegó al poder, Gorbachov lo celebró porque lo consideraba anti-Yeltsin, pero tras una luna de miel inicial, la relación se agrió. Posteriormente Mijaíl viajó por el mundo dando conferencias, visitó México en varias ocasiones una en la Universidad Anáhuac y otra a la Fundación Telmex, salió en anuncios de televisión como Pizza Hut, en películas como Faraway, So Close, entre otras promociones.
En 2012 cuando se reeligió por tercera vez Vladimir Putin, Gorbachov lo criticó por no estar de acuerdo con su dictadura, decía que “encarnaba los peores rasgos burocráticos del Partido Comunista”. Ambos se dejaron de ver desde ese año, y se abstuvo de criticarlo por su temperamento y su política hostil contra sus opositores, inclusive durante la reciente invasión a Ucrania donde su padre combatió contra los ejércitos nazis, se limitó a mostrar su desacuerdo a través de la fundación pidiendo: “Un cese urgente ante las hostilidades y el inicio de negociaciones de paz”.
Finalmente Mikhail Gorbachov falleció el 30 de agosto pasado, Vladimir Putin injustamente no le rindió Funerales de Estado al último estadista que tuvo Rusia, sólo se limitó -seguramente obligado por sus consejeros- a asistir a despedir al estadista postrado en su féretro, con una breve guardia de honor y persignándose ante el gran reformador y pacifista que cambió el curso de la historia de la humanidad.
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Analista Internacional