“Es de mañana otra vez en América”, publicó Elon Musk en su cuenta de “X” la mañana del 6 de noviembre. Sus palabras iban acompañadas de una imagen de él mismo mirando al horizonte con la bandera de Estados Unidos al fondo. Para ese momento, el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales ya era incuestionable.

Por su parte, Jeff Bezos felicitó al republicano ante lo que calificó como un “extraordinario regreso”. Ambos magnates aumentaron sus fortunas el día después de los comicios. Musk fue el principal ganador con un incremento del 10.1%, el patrimonio de Bezos subió 3.2%, según el índice de multimillonarios de Bloomberg,

El CEO de Tesla y el fundador de Amazon forman parte de la lista de empresarios tecnológicos que podrían beneficiarse con Trump en el poder. Las políticas pro-empresariales, apoyo a la desregulación y menos impuestos son algunos de los cambios que podrían beneficiar sus proyectos. Sin embargo, la relación de cada uno con el virtual presidente electo ha sido muy distinta. Te explicamos qué podrían esperar estos gigantes de la industria con la nueva administración estadounidense.

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Menos impuestos, más ganancias

El virtual presidente electo de los Estados Unidos ha prometido durante su campaña recortar el impuesto corporativo de 21 a 20% para la mayoría de las empresas e incluso bajarlo al 15% para las que tengan su producción en Estados Unidos.

De entrada, la menor carga fiscal es un factor que puede beneficiar a empresas como Tesla. La compañía de Musk tiene una buena parte de su producción en plantas ubicadas en suelo estadounidense. El beneficio sería menor para Bezos, pues Amazon está atado a las cadenas de suministro global.

En lugar de recurrir al impuesto interior, para generar ingresos, Trump plantea utilizar aranceles y echar atrás políticas en materia de energías renovables y protección al medioambiente, esto último con el fin de ahorrarle más dinero al gobierno entrante.

El republicano piensa acompañar este descenso en los impuestos con una política de menor regulación, favoreciendo, por su puesto, a las compañías de casa. Ahí parece encontrarse la clave detrás del ferviente apoyo que Musk ha mostrado al próximo presidente estadounidense y de la mesura con la que se ha manejado Jeff Bezos durante la campaña.

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Menos regulación; una posible salida al escrutinio

El jefe de Tesla, que también es dueño de la red social “X” (antes Twitter) se vería beneficiado de una menor regulación. Según The New York Times, las empresas del multimillonario están sometidas a al menos 20 investigaciones o revisiones por parte de la administración estadounidense.

De acuerdo con el Times, entre los escrutinios a las compañías, se encuentra uno relacionado con la seguridad de los autos de Tesla y otra con el daño ambiental causado por los cohetes lanzados por SpaceX. El diario documentó cómo en más de una ocasión el empresario se ha quejado de la burocracia estadounidense ante sus proyectos, calificándola de “asfixiante”.

Trump ha criticado fuertemente la gestión de Biden en materia económica. Durante la campaña dijo que crearía una “comisión de eficiencia gubernamental” para reducir el gasto público y nominó a Elon Musk para presidirla. De hecho, aseguró que este organismo fue idea del propio magnate.

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El empresario de origen sudafricano tiene buenas razones para mantenerse cercano al gobierno. Durante 2023, sus empresas obtuvieron cerca de 100 contratos distintos con 17 dependencias federales, equivalentes a 3 mil millones de dólares. Según el Times, este hecho pondría a Musk en un serio conflicto de interés si es que decide integrarse formalmente al gobierno de Trump.

Por otro lado, las empresas de Jeff Bezos tienen sus propios asuntos con las entidades reguladoras estadounidenses. La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos mantiene una histórica contra Amazon por prácticas monopólicas.

La FTC y los fiscales generales de 18 estados alegan que el gigante del comercio electrónico está abusando de su posición en el mercado para inflar los precios. Según Associated Press, el juicio podría llevarse a cabo de 2026, durante el segundo mandato de Trump.

Sin embargo, la relación de Bezos con Trump está muy lejos de ser tersa. Durante el primer periodo del republicano en la presidencia, en 2019, Amazon lo acusó de presionar a funcionarios del Pentágono para impedir que ganara un contrato.

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No obstante, Bezos ahora habría cambiado el tono, tal vez, con la finalidad de protegerse. El magnate, quien también es dueño del diario The Washington Post, se vio envuelto en una fuerte polémica, pues poco antes de realizarse la elección, impidió que el medio publicara una editorial respaldando a algún candidato presidencial, una tradición en la que usualmente el Post se posicionaba en apoyo a la candidatura demócrata.

De hecho, Trump ha descalificado a Bezos y al Washington Post en múltiples ocasiones ante la línea editorial crítica que ha mantenido el medio respecto al republicano.

El mismo día del anuncio del reconocido diario, el director ejecutivo de Blue Origin (otra empresa de Bezos), tuvo una breve reunión con Trump en Texas. En un artículo posterior publicado en el Post, el fundador de Amazon alegó que ambos eventos no tenían ninguna relación.

Musk y Bezos tienen la mira en la industria aeroespacial

La influencia de SpaceX, propiedad de Musk, en la industria aeroespacial estadounidense ya es preponderante. De acuerdo con The New York Times, la empresa dicta en la práctica el calendario de lanzamientos de la NASA.

Trump ha mostrado interés en el espacio y en mantener a Estados Unidos como líder en esta industria, pues durante su mandato anterior creó la famosa “Fuerza Espacial”. En ese sentido, SpaceX; de Musk podría verse aún más beneficiada.

Jeff Bezos tiene su propia apuesta espacial con la empresa Blue Origin, pero su papel en la próxima administración Trump es incierto ante un competidor con tanta cercanía al virtual presidente electo.

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