Por Sergio Benito Osorio
Durante estos días que celebramos el 84 aniversario de la expropiación petrolera, bien vale la pena reflexionar sobre lo que hemos hecho, como sociedad, con los dineros que ha generado la explotación de los yacimientos de hidrocarburos en manos de Petróleos Mexicanos. La transformación que hubieran tenido esos recursos en gasto, inversión o ahorro debieron servir para fortalecer la soberanía de la nación en términos de procurar su viabilidad presente y futura. Esa es una tarea que deberíamos atender celosamente todas y todos los habitantes de este país.
Los informes de la Secretaría de Hacienda establecen que los ingresos petroleros del año pasado superaron el billón de pesos y cubrieron el 15 % del gasto gubernamental. Magnitud que quizás pudiera ser más visible si decimos que ascendieron a 2 mil 956 millones de pesos al día o si buscamos compararla y señalamos que, con 18 días de su aporte, bastaría para pagar el presupuesto anual de la UNAM o que, con poco menos de tres meses, se cubriría el gasto público de la Ciudad de México y que, en su totalidad, también alcanzaría para cubrir el presupuesto del IMSS. Son recursos, que aun cuando han venido a menos siguen teniendo una enorme importancia como quiera que se les vea.
Desafortunadamente la mayor parte de esos recursos históricamente se han consumido en el gasto gubernamental, en menor medida se han invertido y, prácticamente no se han ahorrado. Perdiendo de vista que surgen de un recurso natural escaso, que se agota rápidamente y cuyas reservas apenas superan los siete años de vida. Durante las últimas décadas se ha privilegiado la extracción de la mayor cantidad de petróleo posible, sin importar costos económicos o ambientales y sin ningún proyecto de largo plazo.
La expropiación petrolera y la transformación original del artículo 27 de la Constitución, que reivindicaron la propiedad de la nación sobre los hidrocarburos, en su sentido más profundo, contienen una dimensión transgeneracional de sus aprovechamientos que desafortunadamente, hasta ahora, no se ha podido concretar. Las tradicionales expresiones de los gobernantes en turno que “el petróleo es también patrimonio de las generaciones futuras” ha sido más retórica que compromiso real con una política de estado para proteger y acrecentar los frutos de esa riqueza en el largo plazo.
En el año 2000 se realizó el primer intento por crear un fondo que acumulara los ingresos derivados de movimientos repentinos en los precios internacionales para dar estabilidad al gasto público, logró acumular más de 500 mil millones de pesos que se desvanecieron en los años posteriores. Posteriormente, en 2013, con la reforma energética peñista se estableció el Fondo Mexicano del Petróleo (FMP) para recibir los ingresos de las concesiones y asignaciones petroleras otorgadas en ese gobierno. El FMP integra un fondo de reserva que debería contener un ahorro de largo plazo pero, desde su fundación, prácticamente ha mantenido un mínimo similar a 6 días de ingresos petroleros; existen también distintos fondos de estabilización presupuestal, sin embargo, el saldo del FEIP pasó de 279 mil millones en 2018 a 40 mil en 2023, lo que representa un fracaso más del diseño de la reforma peñista.
Mientras no se tome la decisión de desconectar la renta petrolera del presupuesto federal no habrá forma de articular un proyecto de largo plazo que capitalice la riqueza petrolera del país. Petróleos Mexicanos debe pagar impuestos como cualquier otra empresa, pero los beneficios netos que se obtienen del proceso extractivo y venta de los hidrocarburos primarios deben pasar por entero a la propietaria del recurso y servirse exclusivamente de sus rendimientos financieros.
La población mexicana regularmente no se entera de estos temas torales. Discutimos el abasto de gasolinas, el “cierre de refinerías contaminantes”, o la transición energética, todos ellos temas muy importantes pero la protección y el uso transgeneracional de los inmensos ingresos petroleros que aún tiene el país simplemente no ha podido tener espacio en la agenda del debate nacional.
Miembro de @pormxhoy