Por Carlos Heredia Zubieta

Desde afuera, especialistas ven con optimismo el futuro de México: es la economía número 12 del mundo, integrada a América del Norte, y beneficiario potencial principal del nearshoring.

Las perspectivas desde adentro son contrastantes: México tiene mucho potencial, pero no estamos haciendo nuestra tarea. La política exterior es errática y carecemos de una estrategia que oriente nuestra diplomacia en los cuatro puntos cardinales del orbe.

El desafío global es que en 2024 las relaciones internacionales se fincan más en el realismo político (la geopolítica) y menos en los principios de la ONU y en el derecho internacional:

1. Quizá no estemos ante una desglobalización, pero sí somos testigos de un realineamiento por bloques regionales. Hay una profunda confrontación entre Estados Unidos y China. Se está gestando una nueva arquitectura financiera internacional donde BM, FMI y OMC operen expresamente en función de los intereses de ‘Occidente’. En contraposición, los BRICS y el llamado Sur Global sustituirían a los organismos emanados de Bretton Woods con nuevas instituciones.

Consecuencia para México: No puedes ser socio del T-MEC y al mismo tiempo coquetear con China y con Rusia. Más que a un nearshoring, asistimos a un security-shoring. Por ejemplo, EU da luz verde a Tesla en Nuevo León, pero sin componentes chinos, imponiendo el control político y de seguridad nacional de Washington.

2. Estados Unidos está en lucha contra sí mismo, como lo mostró el asalto al Congreso el 6 enero 2021. El 5 de noviembre se repetirá Biden vs Trump. Entre 160 millones de electores, algunas decenas de miles en Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pennsylvania y Wisconsin decidirán unos comicios con enormes consecuencias para 8,100 millones de seres humanos.

Consecuencia para México: AMLO aprendió a usar la contención migratoria militarizada en la frontera con EU como ficha de negociación. Si llega Trump otra vez, la nueva presidenta de México enfrentará una gran ofensiva contra los migrantes, deportaciones masivas de mexicanos, cierre de la frontera y otras medidas que nos pondrán en serios aprietos.

3. Occidente seguirá impulsando una economía mundial dominada por el sector financiero, que provoca profundas desigualdades. La economía de guerra (Ucrania y Gaza) rinde descomunales ganancias a los mercaderes de la muerte.

Nada de esto es sustentable.

4. No hay tal cosa como la autarquía. Necesitamos una estrategia para combinar una inserción global inteligente con el desarrollo nacional. Comprar votos con dinero público no desarrolla al país. La verdadera soberanía reside en plantear propuestas fundadas para la solución de los problemas que aquejan al país. Eso hacemos desde Por México Hoy. Potenciar el bienestar de los mexicanos requiere inversiones para transformar nuestras instituciones: impulsar la gobernanza democrática, promover una estrategia de seguridad ciudadana, renovar el sistema de procuración e impartición de justicia, proveer agua y energía limpias y sustentables, mejorar la administración pública, afinar la calidad de los sistemas de salud y educación, construir la economía de los cuidados, y atender la crisis de derechos humanos. Esa sería una verdadera transformación de México para un futuro más promisorio.

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