En México, hemos visto que, proceso electoral tras proceso electoral, se está construyendo una alternativa con nuevos liderazgos, buenos gobiernos cercanos a la gente y con propuesta diferentes. Hablamos de un espacio donde confluyen liderazgos regionales, con trabajo probado y una relación de cercanía con la sociedad, que abandera las causas ciudadanas y las coloca al frente. Nos referimos a Movimiento Ciudadano.
Movimiento Ciudadano no solo ha mantenido su hegemonía en los municipios y los distritos de Jalisco, incluida Guadalajara, su capital, sino que en 2021 ganó la Gubernatura en Nuevo León, ampliando su presencia con triunfos en varios municipios, encabezados por Monterrey. Además, ganó municipios importantes, por ejemplo, Campeche, gobernando actualmente su capital, en la que se alzó con el triunfo. En 2021, fue el único instituto político que obtuvo más votos que en el proceso electoral anterior, es decir, logró que un millón más de ciudadanos votaran a su favor.
Actualmente, ese Movimiento gobierna dos de las tres principales zonas metropolitanas del país. Aunque para dimensionar el crecimiento exponencial que Movimiento Ciudadano ha tenido basta con analizar el siguiente dato: Con solo las dos entidades federativas que gobierna, Jalisco y Nuevo León, Movimiento Ciudadano tiene un poder casi similar al que actualmente posee el Partido Acción nacional (PAN). Con dos estados, Movimiento Ciudadano gobierna al 11.17 por ciento de la población (14 millones de personas), mientras que el PAN gobierna al 12.66 por ciento de la población a nivel nacional (16 millones de personas).
Con ese empuje, más la posibilidad de pelear la gubernatura del Estado de México en la elección de 2023, Movimiento Ciudadano aspira a sentar las bases para ganar las elecciones presidenciales de 2024.
Pretensión que tiene sustento en la estrategia y causas ciudadanas que dicho movimiento enarbola, que le ha generado la simpatía de grandes sectores de la sociedad, y que irrumpe en el escenario nacional donde pintaban al ciudadano solo dos opciones: Morena y la alianza PRI-PAN-PRD.
Recordemos que cuando se presentan los fenómenos de cambio profundo en la sociedad, estos irrumpen en razón de las condiciones sociales y políticas que lo facilitan. En México, esto ya ha ocurrido. Cuando en 2015, Movimiento Ciudadano obtiene el 6 por ciento de la votación nacional, Morena alcanza el 8.3 por ciento también de la votación nacional y de ese porcentaje, este último partido, logra irrumpir al 53 por ciento, en la elección de 2018.
En otras palabras, sí es posible expandir una fuerza que está tejiendo escenarios de triunfo, como lo logró en 11 semanas en Jalisco y que en Nuevo León le permitió, en la campaña electoral, iniciar en la cuarta posición para ganar la gubernatura al final de la misma.
Esta tercera ruta, que representa Movimiento Ciudadano, considera igualmente el contexto nacional, que nos presenta una marcada contradicción interna, tanto en Morena como en el gobierno actual, que hace de Morena un mero instrumento de un presidente que desea que los instrumentos de control regional y nacional sean como en los tiempos del viejo PRI. Es claro que con ideas y prácticas del pasado no es posible construir el futuro del país que los mexicanos queremos.
Lo interesante es que esta tercera opción ya se encuentra en proceso. Si es posible edificarla con una adecuada comunicación que lleve las banderas de la sociedad, frente a la falta de claridad del planteamiento opositor de los partidos que ya le fallaron a México.
Sin duda alguna, Movimiento Ciudadano está alentando una propuesta viable de crecimiento democrático del país, con visión de grandeza, que está captando la simpatía ciudadana para mejorarla, a través de foros y el contacto con liderazgos, en todas las regiones del territorio nacional, que contribuya a erigir verdaderamente la oposición que el país requiere.
Con ese ánimo, Movimiento Ciudadano está demostrando que tiene la fuerza suficiente para la edificación de un polo que abandere las causas y los propósitos de la sociedad civil, aun por encima de las burocracias partidistas. Existen millones de mexicanos inconformes, a los que ese movimiento aspira a darles un mecanismo aglutinante.
Están dadas las condiciones y existe además la confianza de que el trabajo que se está realizando permitirá delinear el proyecto de país que la sociedad demanda, con el que Movimiento Ciudadano busca, junto con las y los ciudadanos, sacar al país de la larga y oscura noche en la que se encuentra sumergido.