El próximo domingo 6 de junio, tendremos elecciones en México para elegir 20,972 cargos de elección popular. Ese día saldremos a votar para elegir a 500 diputados federales, 300 bajo el principio de mayoría relativa y 200 por el principio de representación proporcional; 15 entidades federativas elegirán gobernadores; 30 estados renovarán a los diputados de sus Congresos Locales; se votará por 1,926 presidencias municipales y las 16 Alcaldías en la Ciudad de México.

Con el propósito de que los ciudadanos podamos ejercer nuestro derecho a votar y a ser votados, el Instituto Nacional Electoral (INE), instalará 163 mil casillas y corresponderá a 1.4 millones de ciudadanos, que se desempeñarán como funcionarios de casilla, recibir y contar los votos en todo el país de poco más de 93.5 millones de electores.

En la pasada elección presidencial de 2018, el partido gobernante obtuvo la mayoría de votos en el Congreso de la Unión que, sumados con los partidos aliados, le permitió contar con la mayoría calificada suficiente para realizar reformas legales, tanto a leyes secundarias como a la Constitución.

Se han extinguido fideicomisos que eran necesarios y operaban bien, cerrado guarderías, desmantelado servicios de salud como el Seguro Popular, programas de protección a las mujeres, escasean medicamentos que afecta la atención a enfermos como los niños con cáncer, se disminuyeron los apoyos al campo, desapareció el apoyo a la ciencia, la innovación tecnológica y la cultura. El congreso es fundamental para el desarrollo de nuestro país.

En este contexto, vale la pena reflexionar sobre la importancia de ejercer nuestro derecho al voto. Un derecho que debemos ejercer en conciencia para evitar malos gobiernos. Sin duda, el equilibrio de poderes es un tema fundamental que está inmerso en el resultado de la jornada del 6 de junio. Por ello, resulta fundamental entender la enorme responsabilidad que tenemos al ir a votar.

Nuestro sistema político está sustentado en la división de poderes, en los equilibrios y contrapesos, a fin de que el poder público, distribuido en los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, convivan en armonía sin el sometimiento de un poder sobre otro.

Con ello, se garantiza el respeto a las instituciones, la vigencia de la Constitución y el desarrollo democrático del país. A la par, se genera el fortalecimiento institucional, el respeto a las normas por todos, con la consecuente sanción por su violación y el desarrollo económico para alcanzar mejores condiciones de vida.

El 6 de junio tenemos que ejercer nuestro derecho con libertad, pensando en las mejores causas y en lo que más conviene a México. Lo que está en juego es el futuro y tipo de país que queremos. Hay algo en lo que todos coincidimos: queremos un país con unidad, con crecimiento económico, mayor seguridad, instituciones fuertes y donde impere el respeto a la ley. Votemos para que esto sea realidad.

Lamentablemente, en las elecciones intermedias como ésta, la mayoría de la gente no vota.

Simplemente hay que tener claro que los protagonistas en las elecciones, no son las y los candidatos, somos nosotros los ciudadanos.

No permitamos que en estas elecciones gane la apatía, la indiferencia. Si queremos vivir en un mejor país, hagámoslo posible. Si se puede tener un gran México si todos participamos. No podemos dejar decisiones tan importantes a la suerte y hacernos de lado sin hacer lo que nos corresponde.

Cada voto es fundamental para darle rumbo y futuro a nuestro país. Porque si no votas, no tienes voz.

Google News

TEMAS RELACIONADOS