Nos cuentan que en Palacio Nacional evalúan mandar al Senado la propuesta de reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien pese a que desde un principio tenía claras las dificultades que enfrentaría su ahora rechazada reforma eléctrica, de todos modos no quedó muy contento con la operación del coordinador de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier. Nos hacen notar que tras más de un año de enfriamiento de la relación con el poderoso líder de los morenistas en la Cámara Alta del Congreso, Ricardo Monreal Ávila, al parecer ahora el Presidente no ve con malos ojos apostar por las conocidas habilidades negociadoras y operativas del zacatecano. Todo dependerá, nos cuentan, de que la idea del tabasqueño no sea de plano desmantelar al Instituto Nacional Electoral y sí plantear una iniciativa que deje puertas abiertas y no sea rechazada en automático por el bloque opositor. Solo así podrían servir de algo las dotes de don Ricardo para el diálogo. Habrá que verlo.

Discreta visita desde Estados Unidos

Casi de manera inadvertida, la secretaria de Estado adjunta de la Unión Americana para temas de Población, Refugiados y Migración (PRM), Julieta Valls Noyes, estuvo unos días en México y sostuvo encuentros tanto con representantes gubernamentales como con organizaciones sociales para abordar lo que en la nación vecina se ve desde hace por lo menos dos años como una crisis migratoria, pese a que de este lado se insista en hacer como que no pasa nada grave. Nos cuentan que si bien el trabajo de doña Julieta fue en tono discreto, lo importante es el diagnóstico que llevará de regreso a su país sobre la magnitud, gravedad y responsabilidades que hay en el desplazamiento forzado de centroamericanos y caribeños, y sobre todo el trato que autoridades mexicanas les brindan en los centros de refugio y detención. Uno de los encuentros que encabezaba la lista de la visitante fue con funcionarios de la Comar, organismo señalado de agravar la crisis de refugiados, sobre todo de haitianos en el sur y norte del país y a la cual no le ha ido muy bien en el presupuesto en los últimos años.

No saben si no oyó o no quiso oír

A diferencia de lo ocurrido con otros casos de alto impacto mediático, nos hacen ver, la Fiscalía General de la República (FGR), a cargo de Alejandro Gertz Manero, no reaccionó de inmediato a la posibilidad de atraer la investigación de la muerte de la joven Debanhi Escobar, en Nuevo León, manifestada el jueves por el presidente Andrés Manuel López Obrador, durante su gira por Veracruz. En las áreas del gabinete de seguridad, nos comentan, se preguntan si don Alejandro, ocupado como está con una pila de asuntos complicados, no oyó o bien no quiso oír el mensaje presidencial. Ante la ola de indignación que ha despertado el dolor de la familia Escobar, llamó la atención que don Alejandro no haya levantado la mano. El hecho, nos recuerdan, es que antes reaccionaba de inmediato a sugerencias que hubiese más acción en las investigaciones, como ocurrió, por ejemplo, en los casos del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, o el exdirector de Altos Hornos de México, Alonso Ancira, o el excandidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya.