La directora de la Conade, Ana Gabriela Guevara, está hablando en medios en su natal Sonora, a más de mil kilómetros de distancia de su oficina en el sur de la Ciudad de México, sobre el reportaje publicado en esta casa editorial sobre el perdón fiscal que pidió a la Secretaría de Hacienda por defraudación. Nos dicen que está muy enojada porque el reportaje se hizo “para chin…” y con intención de perjudicarla. Nos comentan también que la funcionaria está confundida con los términos, sobre condonación fiscal en el cual cualquier persona lo puede solicitar y otro, diferente, que es el perdón fiscal, que ella pidió en el sexenio de Peña Nieto en 2014. No está de más decir que se pidió una postura con varios días de anticipo y la exsenadora y gloria nacional del atletismo, no respondió. Llama la atención cómo sí quiere hablar solamente en el estado donde se le menciona para ser candidata a gobernadora desde 2014 y ahora para 2021 y no habló con quien sí la buscó. Gajes del oficio.

Martí y los “cañonazos”

En su enojo por defender la presidencia del Senado y denunciar un proceso “sucio”, Martí Batres, nos cuentan, se llevó la honra de muchos de sus compañeros senadores, incluso algunos de quienes los veían con simpatía, se sintieron dolidos por la acusación de que dentro de la bancada de Morena hubiera quien recibió la oferta o aceptó “cañonazos” (entendidos como sobornos). La molestia creció, pues cuando los reporteros le preguntaron quién había dado los cañonazos y de cuánto, respondió “de eso no voy a hablar”. Algunos senadores consideran que don Martí perdió la oportunidad de señalar a legisladores corruptores y corruptos, pero al mismo tiempo, impedir que la mancha alcanzara a todos los legisladores que no votaron por él. Sin embargo, nos hacen ver, el senador Batres tiene aún la oportunidad, e incluso el deber, de decir públicamente quiénes ofrecieron los cañonazos que denunció, de cuánto fueron, quién los recibió y, más importante aún, quién los rechazó. ¡Anímese don Martí!

Sergio Mayer y los cañonazos de 30%

Si Morena entró en crisis por diferendos en su convocatoria a elección interna, y la unidad en el Senado empezó a hacer agua el lunes por la elección de la Presidencia de la mesa directiva, ayer ocurrió la tercera escena. El turno fue de la bancada de diputados guindas. En el marco de la comparecencia de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, explotó ayer el escándalo de los moches en esta Legislatura. La diputada Inés Parra acusó a su compañero de partido, Sergio Mayer, de cobrar “moches” en proyectos culturales. Primero en la comparecencia aseguró que su compañero y presidente de la Comisión de Cultura manoseó indebidamente el presupuesto para el sector cultural. Luego precisó que a beneficiarios de proyectos culturales “Mayer les pidió moche... ¿Sabe cuál es el moche que piden?, de 30%, de obra, principalmente, los de la construcción de casas de cultura”. Así, doña Inés sí hizo público el monto de los cañonazos y a quién acusa de recibirlos. Ahora solo falta que al saber de este delito formalice la denuncia ante las autoridades, presente las pruebas de sus dichos y de ser el caso, se proceda contra el diputado Mayer. Si así sucede será un gran ejemplo de que la 4T está dispuesta a castigar la corrupción, incluyendo la de sus propios integrantes.

Desfile militar al estilo de la 4T

Este año, nos comentan, el tradicional desfile militar del 16 de septiembre, será diferente. Nos dicen que por instrucciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, este desfile contará con menos integrantes de las fuerzas armadas que en otros años. Aseguran que será austero, y que ahora se centrará en mostrar varios periodos de la historia de México. El objetivo del comandante supremo, explica, es no desgastar tanto a las fuerzas armadas y que éstas se concentren en otras actividades.

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