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En medio de la gravedad de la pandemia de Coronavirus que impacta a México, nos comentan, los estrategas del gobierno federal producen caricaturas para “sensibilizar” a la sociedad sobre la situación y ayudarle a entender las medidas básicas de prevención e higiene. Durante las últimas semanas, funcionarios y expertos en marketing lanzaron a Susana Distancia y La Liga de la Higiene. Doña Susana tiene el encargo de promover la medida básica para enfrentar al virus, con la lejanía entre personas y el aislamiento social. La Liga de la Higiene es una serie impulsada en redes sociales por la Secretaría de Educación Pública para niños. Y en ambos casos se divide a los personajes en héroes y villanos. Nos hacen ver que mientras hay anuncios de compra de insumos médicos al extranjero y el nacimiento de caricaturas para atacar al virus, siguen las quejas del personal de salud por falta de equipo para atender a pacientes y para protegerse. Quizá los superhéroes puedan ayudar a los médicos y enfermeras.
¿Y dónde quedó doña Susana?
Esa misma pregunta se hacían las personas que pasaron por la sección 33 del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, en la CDMX. Nos cuentan que el lunes se presentaron cuando menos dos mil personas para llevar sus papeles para ingresar a trabajar al IMSS, como parte del personal médico para atender la contingencia por coronavirus. Ya entrados en gastos, hubo filas larguísimas y se les pidió que ingresaran en un salón diminuto, de unos 5 metros cuadrados, para recibir información sobre el proceso de selección. Se pusieron sillas, se amontonó la gente. Bueno, hacía un calorón de campeonato y ni siquiera había ventilación adecuada. En esas condiciones, hombro con hombro, silla con silla, estornudo con estornudo, estuvieron esperando los convocados, los primeros 300 a quienes se les dio ficha y mayor información. ¿Valdría la pena la fila y la espera?
La danza de los fideicomisos
Conocer sobre los fideicomisos que van a extinguirse por el decretazo del presidente Andrés Manuel López Obrador se quedó un tanto en el aire y para que no se ofendan ni se paren de pestañas en el gobierno federal, nos explican que antes de la publicación del decreto presidencial estaban en vías de extinción 31 fideicomisos y fondos públicos concentrados en 11 dependencias. Y para no terminar de aguar la noticia, nos dicen que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a cargo del discreto Arturo Herrera, tenía en la mira a siete en Turismo, seis en Banobras, cuatro en la SEP, tres en Cultura y otros tantos en SCT, Conacyt, DIF, Economía y el INAH, con saldos de unos tres mil millones de pesos. ¿Qué quiere decir todo esto? El jefe del Ejecutivo todavía tiene tela de dónde cortar en la danza de los fideicomisos…
Robles levanta la mano
La extitular de la Secretaría de Desarrollo Social, Rosario Robles, cumplió el lunes 13 de abril nueve meses de permanecer recluida en el penal de Santa Martha. La exfuncionaria aprovechó y usó su cuenta de twitter para afirmar que preferiría estar libre para apoyar con su experiencia al país “en este momento tan difícil” por la pandemia del Covid-19. Pero el panorama para la exsecretaria de Estado no es nada alentador y menos después de que el Poder Judicial de la Federación amplió la suspensión de labores que decretó desde el pasado 17 de marzo hasta el próximo 5 de mayo. De todas formas, ella levantó la mano para tratar de ayudar.