Vale la pena analizar el discurso de los dos años en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador . Primero, porque anunció malas noticias que deben tomarse en serio. Segundo, porque en su arenga de esta semana en Palacio Nacional hubo brincos extraños, increíbles si lo confirman otros documentos oficiales, en las cifras de sus alegados logros de gobierno.
Empecemos por la seguridad. Hace tres meses, en el documento que presentó su administración como informe de gobierno, López Obrador admitió que esperan en este año 40 mil 863 homicidios en México. 40 mil 863 personas asesinadas, la cifra más alta en los últimos 20 años y el cuádruple de los asesinatos que ocurrían en el país cuando se decretó la “guerra contra el narcotráfico”.
Ahora, en su discurso de diciembre, AMLO admite que la seguridad sigue siendo un gran pendiente. Acepta que en sus dos primeros años de mandato los asesinatos no disminuyeron, sino que aumentaron en 3.8%. El feminicidio , dijo, subió en un 8.9% y la extorsión creció en un 21%. Es decir, que hoy en México, se asesinan a más personas, se violentan hasta la muerte a más mujeres y se extorsiona más que cuando él asumió el gobierno, según sus propias cifras.
La solución que AMLO plantea es el Ejército . El presidente dijo que se han levantado 87 cuarteles desde que llegó al gobierno y se construyen otros 85. La militarización sigue en curso, pero no es el único modo como pretende enfrentar ese problema mayúsculo de la seguridad, dice el presidente. Buscan crear empleo, disminuir gastos y reducir la corrupción. En el menudeo de estos datos encontré un comportamiento en las cifras entre lo que dijo el presidente en septiembre y esta semana, que creo que vale la pena resaltar.
Pongo algunos ejemplos. En septiembre, López Obrador dijo que para atender el Covid en el país se habían contratado a “47 mil médicos generales, especialistas, enfermeras y otros trabajadores de la salud”. En diciembre, dijo que no eran 47 mil, sino 71 mil trabajadores. ¿Se contrataron a 24 mil nuevos trabajadores entre septiembre y diciembre?
En septiembre, dijo que en su gobierno se habían construido 226 sucursales del Banco del Bienestar , que otras 400 estaban en proceso y que “en los próximos años” habría 2,700 en todo el país. Tres meses más tarde, sucedió el milagro. Dijo que había 362 sucursales nuevas, es decir, 136 sucursales más que en septiembre, y que las 2,700 en todo el país no serían “en los próximos años” sino que todas estarían listas en 2021. ¿Cómo hizo la administración obradorista para terminar más de una nueva sucursal bancaria cada día, en plena pandemia, entre septiembre y diciembre? Ni el informe ni el discurso lo explican.
Sobre el empleo, el informe de septiembre dijo que se habían perdido 868 mil puestos en junio de 2020, la peor cifra desde 1996. En su discurso de esta semana, no dijo que fueron 868 mil sino 1.1 millones de empleos perdidos en 2020, pero que ya se recuperaron medio millón y que México tendrá nuevamente más de 20 millones de empleos formales en el Seguro Social el próximo año.
Con el sorpresivo brinco en los empleos y las sucursales bancarias, también México logró el milagro de la conectividad en plena pandemia. El 1 de septiembre, López Obrador dijo que tenían 26 mil nuevas localidades con Internet, en comunidades mexicanas. Tres meses más tarde, habían aumentado, según su discurso, a 46 mil.
¿De dónde salen estas cifras del presidente, dónde están estas historias de éxito, estos nuevos empleados sanitarios, estas nuevas sucursales bancarias, empleos y cuarteles? Para confirmar estos datos, más allá de un simple ejercicio de comparar sus discursos, importa que defendamos, todos los días, los mecanismos de acceso a la información, y nuestro deber como periodistas y como ciudadanos de revisar los datos, de comparar los discursos, de mirar también las letras chiquitas.