La denuncia se viralizó rápidamente. Primero llegó a algunos reporteros, muy pocos, en la mañana del miércoles 19 de agosto. Trabajaron discretamente en varios textos, con la idea de publicarlo en sus medios esa misma noche. Después de las cuatro de la tarde, otros periodistas recibieron copia de algunos abogados, cercanos al gobierno obradorista. Foro TV decidió publicar la historia tal cual estaba. La subieron a su portal a las 5:51 de la tarde.

Al final de la pequeña nota con los detalles más relevantes del documento añadieron un link para que pudiera descargarse como pdf. Una fuente, quien pidió no ser identificada por su nombre, me aseguró que la inclusión del documento completo en la nota se debió a un error del community manager. Después de eso, el adjunto llegó a cientos de reporteros, activistas, abogados, jefes de medios y usuarios de redes sociales en cuestión de dos horas.

¿Cómo saber si era auténtico? Fácil. La propia Fiscalía General de la República lo confirmó, cuando expidió un boletín por la noche con el anuncio de que no sabían cómo se había filtrado la denuncia e investigarían la indiscreción. Si lo investigarían, el documento era real.

Con esta certeza el resto de los medios la publicó, los columnistas la analizaron, los aludidos como receptores de sobornos y otras ilegalidades protestaron, anunciaron que denunciarían a Lozoya por daño moral y hasta el presidente dijo que la había leído, pero no completa.

Si la hubiera leído completa, quizá el presidente habría visto que el documento está numerado, con una firma en cada hoja, de la página 1 a la 48. Después, mágicamente desaparece la página 49 y se añaden cuatro páginas más, sin firma, sin número al pie y con otro tipo de letra, que aparecen anunciadas como DECLARACIÓN AGRONITROGENADOS. Más tarde se retoma la página 50 y en las siguientes se reescribe lo que está, en borrador, en esas páginas curiosamente añadidas.

Las cuatro páginas sin firma en la denuncia de Lozoya
Las cuatro páginas sin firma en la denuncia de Lozoya

¿Por qué es importante este detalle? Porque permite explicar otras irregularidades en la viralización de esta denuncia. No sabemos qué dice la página 49. Las páginas agregadas no estaban en la denuncia original. Tienen el formato de un borrador, una oferta de declaratoria, como la que sabíamos que Emilio Lozoya hizo desde que estaba en España y negoció con el gobierno mexicano las condiciones para su regreso.

Las cuatro páginas sin firma en la denuncia de Lozoya
Las cuatro páginas sin firma en la denuncia de Lozoya

En esas páginas sin número ni firma se establece que la compra de la planta chatarra Agro Nitrogenados ocurrió solo por interés del expresidente Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray, sin que Lozoya hablara directamente con su amigo Alonso Ancira y, claro, sin que cobrara sobornos por su participación.

Se hace una extensa descripción del caso Agro Nitrogenados, pero no se menciona una palabra sobre la compra de otra planta chatarra a Fertinal, que fue financiada parcialmente por Banco Azteca, y de la que Lozoya parece haberse olvidado en su encendida denuncia de hechos.

Las cuatro páginas sin firma en la denuncia de Lozoya
Las cuatro páginas sin firma en la denuncia de Lozoya

Por último, la amplia difusión de la denuncia, primero directamente a los periodistas, después con la confirmación de la Fiscalía y por último desde la conferencia mañanera (como también ocurrió esta semana con los videos de los funcionarios recibiendo dinero) significan en los hechos el inicio de una nueva carpeta de investigación por estos casos.

Las cuatro páginas sin firma en la denuncia de Lozoya
Las cuatro páginas sin firma en la denuncia de Lozoya

Esto es relevante por un detalle aparentemente inocuo. Explico. El gobierno mexicano tenía desde hace años otra carpeta de investigación. En aquella están contenidas las declaraciones por el caso Odebrecht que se tomaron a sus ejecutivos en Brasil y que el gobierno mexicano obtuvo por vía diplomática. La nueva denuncia pone a Lozoya en la envidiable posición de solicitar un criterio de oportunidad y convertirse en colaborador de la Fiscalía, sin tener que encarar los hechos que se narran en aquella denuncia anterior y que no solamente hablan de su versión de los hechos, sino de otros testigos, incluyendo a los brasileños.

Lozoya comienza desde cero, a partir de su versión, y los imputados tampoco pueden enterarse de qué dice la otra denuncia, porque no son parte de ella. Hasta ahora, es un ganar-ganar. La fiscalía sostiene a su testigo, la opinión pública hace festín con el caso y Lozoya sigue en casa, recuperándose de su repentina anemia.

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