Protestas, marchas, lucha social, revoluciones y guerras de independencia: un código escrito en los genes de los seres humanos, que se refleja en el activismo por el reconocimiento y el respeto de nuestros derechos. La lucha por una vida con libertad, igualdad y justicia ha sido una aspiración humana que trasciende los siglos. Las distintas generaciones, de acuerdo a los retos que les ha tocado enfrentar en su tiempo, han realizado grandes conquistas en materia de derechos humanos, que se han transformado en gobiernos, leyes e instituciones.

En los últimos siglos, una vez que se crearon los Estados nación, fueron varias generaciones las que crecieron en un mundo donde no existían libertades esenciales como las de expresión y de culto, y en el cual las mujeres y otros grupos sujetos de discriminación no gozaban del derecho al voto. Sin embargo, la generación de la primera mitad del siglo pasado logró consagrar los derechos civiles y políticos a nivel global a través de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

Esta generación y las subsecuentes también lograron el reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales. Su lucha se vio reflejada en la creación y el fortalecimiento de los sistemas de educación pública y los derechos de los trabajadores, así como en las instituciones de fomento a la vivienda y de seguridad social, ahora tan importantes en el contexto de la pandemia.

Posteriormente, se impulsaron los llamados derechos de los pueblos, enfocados en conceptos colectivos, entre los que se encuentran el derecho a la paz, al desarrollo sostenible, al uso de los avances de la tecnología y los derechos del consumidor.

De esta manera, la lucha por la conquista de derechos ha variado en el tiempo y se ha presentado conforme a los desafíos, necesidades, aspiraciones e injusticias de su respectivo tiempo y de cada sociedad en particular.

En el siglo XXI, uno de los retos en materia de derechos se encuentra en el uso de los servicios de telecomunicaciones. En el México de hoy, somos más de 88 millones de usuarios de teléfono celular*, el cual pasó de ser un lujo reservado hace unos años para las clases privilegiadas y los entornos corporativos, a convertirse en una herramienta de comunicación e información al servicio del pueblo.

De la mano de la telefonía celular, se encuentra el uso del internet. Hoy somos más de 84 millones de usuarios en México*; hombres y mujeres que hemos incorporado el uso de las telecomunicaciones como parte esencial de nuestras vidas. En la actualidad, difícilmente nos podemos imaginar un día sin revisar nuestros chats, hacer llamadas, usar mapas, reproducir música y videos, mandar correos y revisar nuestras redes sociales…

Lo anterior nos ha generado una relación de dependencia: de la misma forma en que necesitamos de las calles para transportarnos en vehículo, hoy dependemos de recibir un servicio de calidad de telefonía, internet y cable para desenvolvernos en la vida moderna.

Por estos motivos, y dado que más del 75% de la población del país de seis años o más son usuarios de telecomunicaciones*, la protección de sus derechos se convierte en uno de los campos de política pública más importantes del tiempo presente.

Bajo este contexto, el pasado 25 de enero de 2022, la Procuraduría Federal del Consumidor y el Instituto Federal de Telecomunicaciones, publicaron en el Diario Oficial de la Federación la carta de los derechos mínimos de los usuarios de telecomunicaciones**; es decir, aquellos derechos indispensables que debemos asegurarnos que nuestras compañías proveedoras de servicios nos respeten.

Esta carta consta de 126 derechos, agrupados en 14 rubros, y contiene un mensaje fundamental: tenemos derecho a que se respeten las condiciones del contrato, a que no se cometan abusos ni cobros indebidos, a no recibir llamadas con fines publicitarios y, lo más importante, a no resignarnos a ser sujetos de malas prácticas comerciales. Para ello, la PROFECO es la aliada del pueblo en la defensa de sus derechos.

El teléfono móvil y el internet representan portales que nos permiten acceder al conocimiento, la educación, la información, el consumo, la salud, el trabajo, la competitividad y que refuerzan la libertad de expresión: son instrumentos de bienestar. Por eso, la importancia fundamental de conocer nuestros derechos como usuarios.

Sin embargo, a nivel personal, un derecho no se conquista hasta que se ejerce. Esto quiere decir, por ejemplo, que aunque las generaciones anteriores hayan conseguido que el voto sea universal, nosotros no disfrutaremos realmente de este derecho hasta el momento que salimos a votar. De la misma manera, hoy esta carta reconoce nuestros derechos mínimos como usuarios de telecomunicaciones, pero no los habremos conquistado plenamente hasta que los conozcamos y los hagamos valer.

* Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2020). Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información. 

** Disponible en: http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5641266&fecha=25/01/2022

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