El pasado 07 de junio se dio el inicio de lo que representará la más grande lucha política que vivirá México durante los próximos tres años: la guerra de las narrativas.

Esta guerra comenzó justo el día después de las elecciones, cuando las distintas fuerzas políticas se dieron a la tarea de comunicar la versión que más les favorece a sus intereses.

Observando exclusivamente los resultados electorales, a nivel nacional Morena ganó 11 de las 15 gubernaturas en disputa, y junto con sus aliados obtuvo 280 espacios en la Cámara de Diputados, en contraste con los 313 que contaba durante la primera mitad del sexenio. Por otra parte, en la Ciudad de México, Morena perdió 9 de las 16 alcaldías. A partir de estos resultados, los partidos políticos y sus líderes, los medios de comunicación, así como diversos grupos de interés, construyeron y comunicaron su interpretación de los hechos.

Por su parte, la coalición “Va por México” (conformada por el PAN, el PRI y el PRD), impulsaron la narrativa de una gran derrota de Morena. Esta interpretación de los hechos argumenta principalmente que este partido político comenzó una debacle en términos de aceptación popular, pues los ciudadanos se están desengañando ante las promesas incumplidas, las improvisaciones, la ineptitud y la falta de rumbo. Asimismo, esta narrativa plantea que los resultados demostraron que está viva y activa una resistencia ciudadana que opera en contra del autoritarismo y la presidencia imperial.

En contraste, Morena interpreta los resultados bajo la narrativa del avance del triunfo de la voluntad del pueblo sobre el derrumbamiento del viejo régimen. Esta interpretación de los hechos subraya que, en conjunto con sus aliados, Morena mantiene el control de la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados, y que la voz de la esperanza fue la gran ganadora de las elecciones, pues a partir de los resultados, este partido ahora gobernará en 17 entidades federativas, que representan a más de 58 millones de mexicanos, lo que lo convierte en primera fuerza política de México.

Estas narrativas contrastantes representan sólo el inicio de esta guerra de tres años, ya que por encima de los resultados electorales de junio, se encuentran las narrativas de país que compiten en cada elección presidencial.

El psicólogo social Gustave LeBon, en su polémico y afamado libro La psicología de las masas, argumenta que “los únicos cambios sociales importantes, aquellos de los que se desprende la renovación de las civilizaciones, se producen en las opiniones, las concepciones y las creencias de la gente.” Tomando en cuenta estas palabras, se podría argumentar que el modelo neoliberal (iniciado en México a partir de la presidencia de Miguel de la Madrid), como bandera política, poco a poco y con el paso de los años fue perdiendo aceptación, y que fue derrotado en las pasadas elecciones presidenciales.

En este sentido, en la elección presidencial de 2018, las narrativas del PRI y del PAN se enmarcaron dentro de una propuesta de continuidad del modelo neoliberal; mientras que la narrativa impulsada por Morena se fundamentó en el rechazo a dicho modelo y en la construcción de uno nuevo. Los resultados fueron contundentes y esta narrativa convenció a una histórica mayoría del electorado.

A partir de diciembre de 2018, el nuevo gobierno ha impulsado esta narrativa de manera exitosa, manteniendo altos niveles de aprobación a pesar de enfrentarse ante una severa e histórica crisis económica y sanitaria. Por su parte, la oposición al partido en el poder ha impulsado la narrativa del fracaso del nuevo gobierno y el regreso al modelo neoliberal como bandera política; es decir, la oposición ha intentado convencer a la ciudadanía de que el modelo correcto era el anterior y que haber votado por algo diferente fue un error.

Partiendo de la hipótesis de que el modelo neoliberal como bandera política dio lo que tuvo que dar y se encuentra desgastado y derrotado en términos de aceptación ciudadana, se puede explicar por qué Morena arrasó en el 2018 y se convirtió en este 2021 en primera fuerza política a nivel nacional.

De cara a las elecciones de 2024, será natural que los candidatos del partido en el poder continúen impulsando la narrativa de la reinvención del pasado neoliberal hacia un nuevo modelo de desarrollo. Los resultados electorales de 2018 y 2021 parecen demostrar que esta narrativa es la que coincide con las opiniones, concepciones y creencias de una mayoría del pueblo; y si funciona, no habría razón para cambiarla.

Por su parte, será interesante observar si la oposición continuará apostando por la narrativa del fracaso del nuevo modelo y por el regreso al neoliberalismo; o bien si impulsarán una nueva narrativa, fuera de la bandera política del modelo neoliberal, que pueda apelar a la conciencia de una mayoría que les permita conseguir la victoria. No se ve claro.

Hoy más que nunca el pueblo de México necesita leer y leer más, informarse a través de diversas fuentes, con objetividad y algo de incredulidad, para sólo a partir de ahí formarse su propio criterio y así evitar convertirse en víctima de la desinformación y la manipulación.

La guerra de las narrativas ha comenzado.

 
Experto en psicología social y en ciencias del comportamiento. 
https://scholar.harvard.edu/pedrorangel

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