En México el sistema de partidos políticos es joven, apenas va consolidándose como instrumentos intermedios que interpretan las demandas y causas sociales para ser gestionados frente al Estado.

Hagamos una revisión superficial de sus tareas.

El Verde: poco sabemos del líder histórico denominado el Niño verde, quien al parecer padece cáncer; por ahora ahí las decisiones son tomadas por el Senador Manuel Velasco; forman parte de la coalición oficialista y da la impresión de que en sus negociaciones con esa coalición buscan obtener algunas gubernaturas y espacios en el gabinete.

Es un partido diestro en el diseño del marketing político, sin penetración en las clases sociales de bajo ingreso.

Seguirá creciendo lentamente con el apoyo oficial. Es un partido que aporta poco a la democracia mexicana.

El Amarillo: el PRD sufrió la salida de Cuauhtémoc Cárdenas, el más ilustre líder de izquierda en la historia contemporánea mexicana: se fue vaciando y sus cuadros en el poder mostraron apetitos presupuestarios descomunales, se alejaron de la gente y el electorado los sancionó.

Son por ahora un partido marginal, con poca presencia regional, todavía cuentan con figuras políticas nacionales con habilidades probadas en la negociación que les han permitido construir una coalición opositora. Si el FAM crece el PRD habrá de recibir beneficios parlamentarios.

El PAN, es el gran partido opositor de México, con una tradición sólida en sus propósitos democráticos, su dedicación en la formación de cuadros con cultura cívica y valores democráticos.

Llevan varios años estancados, con una cúpula que no permite el ascenso de nuevas figuras, necesitan una purga. Poseen una gran tradición de participación cívica y política en pro de causas fundamentales para el país, pero ahora están atascados en disputas naturales por el poder y el dinero.

Encabezan la coalición opositora sin decidirse firmemente a apoyar a su Representante. Afuera se tiene la percepción de que han dejado sola a Xóchitl, viven una suerte de arrepentimiento. No se nota que las bases y los dirigentes del PAN están de lleno, con determinación, con el espíritu democrático que los caracteriza apoyando a su abanderada.

El PRI, los rojos: viven hoy el peor momento de su historia. El PRI fue el partido político por excelencia en México, tuvo todo, diseño, líderes, cuadros, doctrina, estatuto orgánico, disciplina partidaria, penetración social, resultados de sus gestiones, administradores públicos profesionales y capaces, diplomáticos formados y talentosos, todo, un partido eficaz, admirado y estudiado en el mundo.

No queda demasiado, nos parece que cuenta con una gubernatura y media y todavía se da el lujo de expulsar dirigentes experimentados.

Su peor resultado histórico político: carece de una candidatura propia a la Presidencia de la República.

Es interesante que sea dirigido por un personaje con una brújula centrada en sus ambiciones, hundiendo a esa organización que le dio mucho al país.

Tampoco se nota que otorguen apoyo decidido a la postulante del Frente Amplio por México. Si bien es una candidata que tiene como mayor ímpetu electoral y mediático haber conquistado su posición en contra de quienes están al frente de la cúpula del FAM, no la acuerpan, no la acompañan, no la asesoran, no la cuidan. ¿Cuál es su objetivo? ¿Solo quedarse con unas cuantas diputaciones?

Morena, la maquinaria electoral. Inmensos retos deberá enfrentar en el corto plazo, el más profundo es convertirse en partido político.

Dejar de ser una masa amorfa sin organización, sin disciplina ni estructura orgánica, cobijada bajo un liderazgo fuerte, carismático, de gran arraigo popular, en el que las directrices se acatan.

Han tenido pésima fortuna, han sido dirigidos por gerentes sin experiencia partidista, sin militancia. Si no transitan hacia una estructura partidaria respetable, con estatutos y marco jurídico sólido, el canibalismo, las tribus primitivas, los van a devorar y vendrá una implosión.

Deben buscar una transición de construcción institucional, que les permita superar atavismos, resguardar valores y principios políticos, fortalecer la democracia interna, formar cuadros, formar administradores públicos profesionales y sancionar la corrupción. Fomentar el debate y la autocrítica. ¿Qué pasaría si el gobierno no pueda proveer recursos suficientes para los programas sociales? ¿Cómo sería la vida del movimiento sin el liderazgo actual?

Movimiento Ciudadano. El naranja. Hasta ahora se ha distinguido de los demás partidos en el cumplimiento de las reglas y plazos constitucionales del proceso electoral de 2024, por lo que tendrá del 3 al 6 de noviembre sus propias precandidaturas a la Presidencia de la República.

Los vientos de división interna se han sosegado, pero no han sido sorteados definitivamente.

Una carta de candidatura para Ebrard, para una tercera mujer contendiente por Movimiento Ciudadano o para alguno de sus gobernadores en funciones, no debe ser descartada.

El país reclama buenas opciones, la mejora en los proyectos de nación y calidad democrática de gobernantes -desde la Presidencia a los estados-, al nivel de la complejidad que enfrentamos.

Cajón de Sastre

1.INE. El Instituto Nacional Electoral ha dispuesto que de las 8 gubernaturas en disputa para el próximo año de 2024, cinco de esas candidaturas sean para mujeres; en las cinco postulaciones también deberá incluirse la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México: ésta decisión jurisdiccional cambia el tablero para todos los partidos, es el tiempo de las mujeres.

2.UNAM. Nuestra máxima casa de estudios, la luz que guía las reflexiones vitales de la República, vive momentos clave para la defensa de su autonomía, integridad y procesos de cambio exigidos al interior.

Abreva la H. Junta de Gobierno una gran expectativa por el carácter de su decisión.

De las y los 17 aspirantes a la titularidad de la Rectoría debe elegir un universo de finalistas. ¿Quiénes serán? ¿Qué nivel de intereses representan dentro y fuera de las ecuaciones de poder de la UNAM? ¿Podrá demostrar que los proyectos de gobernabilidad, de reforma y de cambio sustancial que encarne a quien elijan fueron realmente considerados, o no tendrá mérito ni peso en la decisión? ¿Qué consensos representarán y podrían detonar resistencias potencialmente conflictivas? ¿Tendrá la H. Junta de Gobierno la sabiduría y la entereza para discernir y resistir los intereses consumados en disputa? ¿Será vulnerada la autonomía universitaria?

Está previsto en las reglas del juego sucesorio que en la semana que corre sabremos quién será realmente elegible a la máxima y excepcional distinción y responsabilidad a la que se puede aspirar en la UNAM.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS