Con este título la Editorial Stonehenge publicó recientemente un libro escrito por Juan Carlos Reyes Torres, nuestro compañero de fórmula editorial en El Universal Online.
Su primera edición se realizó con el sello de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México, 1999.
El nuevo texto de Reyes Torres -asiduo lector, de gran cultura universal y mexicana, abogado, politólogo, profesor universitario, con trayectoria de funcionario público- está integrado por varias apartados: un prólogo escrito por el Dr. Alberto Vital -emblema de las letras nacionales- el ensayo de Juan Carlos Reyes y 6 anexos estadísticos, científico-sociales y jurídicos.
Es una edición sencilla enmarcada por una fotografía en la portada de una mujer rarámuri, lograda por la fotógrafa artista Mariana Yáñez.
El Ensayo describe usos y costumbres de las comunidades indígenas y se detiene en el caso de los purépechas.
Pone un acento crítico sobre la atención que el Estado mexicano le ha dado a los pueblos originarios, exige cambiar la visión y propone un ajuste constitucional.
Justamente, el anexo VI, contiene la Iniciativa de Reforma al Artículo Segundo Constitucional que el Presidente AMLO envió al Congreso de la Unión el pasado 5 de febrero.
La Iniciativa de Reforma Constitucional del Presidente AMLO está en la Cámara de Origen -la Cámara de los Diputados-, quienes apenas el viernes pasado 9 de agosto, en Sesión Ordinaria, aprobaron por mayoría el Dictamen correspondiente.
Ahora, las Diputadas y los Diputados Federales que entrarán en funciones el día primero de septiembre, tendrán la histórica responsabilidad de aprobar ante el pleno parlamentario esta Reforma y otorgar a los pueblos originarios y afromexicanos plenos derechos, ya que serán reconocidos como sujetos de derecho público.
Ni el ex Presidente Salinas y tampoco el ex Presidente Fox, lograron reformar la Constitución para dotar a los pueblos originarios de plenos derechos constitucionales.
Por esa razón y con el sello personal de esta Reforma que nos lega al final de su sexenio, el Presidente Andrés Manuel López Obrador está al lado de Juárez, quien suscribió las Leyes de Reforma, y del Presidente Cárdenas, quien pudo cristalizar la Reforma Agraria.
La Reforma Constitucional que se plantea es la más avanzada en cuanto a reconocer una deuda histórica con el legado cultural, lingüístico, identitario, comunitario y espiritual de nuestras comunidades indígenas y afromexicanas.
Una vez aprobada por los Diputados habrá de pasar al Senado de la República.
Los Senadores, representantes del Pacto Federal, seguramente aprobarán esta reforma constitucional profunda por su contenido social tan amplio.
Finalmente, las legislaturas de los estados, los diputados locales, también tendrán que discutir y aprobar esta Reforma.
Es predecible que tendrán representación en el Estado mexicano: nos veremos representadas y representados en los Congreso federal y estatales, con legisladoras y legisladores indígenas y afromexicanos, anuncio de renovación profunda de la democracia, el presupuesto público, la deliberación pública y las políticas públicas.
Con la entrada en vigor de esta reforma nuestros pueblos originarios y afromexicanos vivirán con plenitud al ser reconocidos sus derechos humanos plenos.
México, al igual que en 1917, seguirá a la vanguardia en la construcción de un andamiaje legal justo y reivindicador.
La renovación de la República social y democrática se asoma en el horizonte.