Esta semana, a pesar de los diferentes pronósticos que se dieron, incluyendo en esta columna, Kamala Harris despejó las dudas sobre la estrategia demócrata, al elegir a Tim Walz -Gobernador de Minnesota- como su compañero de fórmula a la Vicepresidencia, al poner al frente a una persona de origen rural, blanco, con una agenda de izquierda progresista.
Walz representa una creatividad y energía política que le permite a Harris superar el ámbito de la confrontación más allá del terreno ideológico, y se aferrará a su agenda política para defender los programas sociales y coadyuvar a mantener así la disputa contra Trump, profundizando la polarización política preexistente.
El carácter reñido de la confrontación justamente lo revivió Walz al llamar a sus opositores republicanos “raritos”, logrando por fin, una viralización y remontada demócrata en las tácticas ocurrentes de campaña presidencial, por lo que se avizora una disputa en el terreno mediático confrontacional que dominaba el propio Donald Trump.
Queda mucho por recorrer a pesar de que la elección es el próximo martes 5 de noviembre.
Las semanas post Biden han sido de ensueño político para Kamala.
Los republicanos están haciendo tiempo ante el reloj político que favorece la asunción de Harris en la Convención Nacional Demócrata dentro de semana y media, mientras los republicanos ganan tiempo para actualizar la estrategia de campaña de Trump.
Así lo podemos ver en el caso de George Floyd, que es llamado al centro de la disputa por el poder presidencial.
Como podemos recordar, la muerte de George Floyd ocurrió el 25 de mayo de 2020 en el vecindario de Powderhorn, en la ciudad estadounidense de Minneapolis, Minnesota, como resultado de la brutalidad policial del oficial Derek Chauvin.
Pues los republicanos ya intentan aprovechar la postulación de Walz a la Vicepresidencia demócrata, aduciendo a su favor que el gobernador de Minnesota no tuvo suficiente mano dura contra los manifestantes de derechos civiles y que en vez de defender a la policía, se le debilitó.
Esto busca pegar a su vez en las posiciones de dureza en el campo de la ley en las que Kamala Harris ha logrado gran expectación pública, dados el universo de delitos que se le imputan a Trump.
A su vez, su par en la competencia republicana por la Vicepresidencia, J.P. Vance, está cuestionando el historial de servicio militar de Tim Walz, cuestionando la integridad de sus declaraciones sobre sus servicios prestados, incluyendo el cuestionamiento de si había servido al Ejército estadounidense en Iraq y Afganistán.
Como lo empiezan a visibilizar las encuestas, las tácticas “Dímelo a la cara” de Harris y “(los republicanos son raritos)” de Walz, han generado eficaz expectación en el electorado por la vía de los spots y de las redes sociales digitales y se está empezando a desviar la atención nacional hacia ellos, ya que estaba centrada en las posibilidades de triunfo de Donald Trump.
“Son ellos los raros. Nadie nunca me ha llamado raro. Soy muchas cosas, pero no soy raro”, dijo Trump la semana pasada en una entrevista con el locutor de radio conservador Clay Travis. Volvió al tema en un mitin el viernes en Montana y dijo a la multitud: "Somos gente muy sólida. Queremos tener fronteras fuertes, queremos tener buenas elecciones, queremos tipos de interés bajos, queremos poder comprar una casa (...) Creo que somos lo opuesto a raros, ellos son raros".
Bueno, los demócratas Harris/Walz están moldeando la agenda y las reacciones del propio Trump a su favor.
Así, a diferencia de hace unas semanas donde el panorama era sombrío para los demócratas, la sorpresa política Harris / Walz muestra un giro de 180 grados en los pronósticos, revive el drama político de las campañas y crea el escenario de una elección muy reñida, campo psicopolítico abierto a la incertidumbre estratégica real sobre el resultado final de la elección presidencial estadounidense.
Pedro Isnardo De la Cruz es Doctor en Ciencias Políticas y Sociales y profesor en la UNAM. Publicó en 2017 Decisiones estratégicas presidenciales en EUA: El aprovechamiento de la ocasión en crisis de Seguridad nacional y Terrorismo. George W. Bush y Barack Obama (2001-2012).
Juan Carlos Barrón es Licenciado en Administración, Maestro en Estudios para el Desarrollo por la Universidad de East Anglia (Norwich, Inglaterra) y Doctor en Filosofía del Desarrollo Internacional. Actualmente es Secretario Académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM.