Pável Reyes Mercado

Colaboración academia-industria para promover la innovación en México

12/05/2021 |02:10
Redacción El Universal
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La actividad de innovación en México puede ser considerada como modesta y una preocupación constante de muchos actores es encontrar las vías que propicien el desarrollo de innovaciones como promotores del crecimiento económico.

Adoptar marcos de referencia externos y aplicarlos a la realidad mexicana ha resultado contraproducente, ya que las características estructurales y contextuales varían de país a país.

Dentro de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México hemos estado trabajando en encontrar modelos de innovación que involucren a actores y estrategias tanto del lado de la oferta como del lado de la demanda ya que es en la intersección de estas dimensiones donde pueden surgir nuevo elementos que empujen la actividad innovadora en México.

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Dentro de las investigaciones que se han llevado a cabo, resalta la colaboración entre investigadoras de la Universidad Anáhuac México con la Organización de los Países Bajos para la Investigación Científica Aplicada quienes han trabajo en proponer un marco de referencia que pueda alinear a las actividades de la universidad y la industria como fuente de innovación y emprendimiento.

En el marco de la investigación titulada “Marco de acciones colectivas universidad-industria: desafíos sociales, interacciones y resultados emprendedores” que fue recientemente publicada en la revista Análisis Tecnológico y Gestión Estratégica, los autores parten del hecho de que la colaboración entre academia e industria resulta un elemento central para la detonación del emprendimiento y la innovación.

De esta manera, cada actor pone sobre la mesa recursos complementarios que hacen posible la colaboración dentro de un ecosistema emprendedor. El ecosistema se compone de un número de actores conectados en red –investigadores, universidad e industria- y que participan en algún sector económico o industria.

Al colaborar, dicha red acumula conocimiento lo que incrementa la posibilidad de generar innovaciones, y a través del tiempo, las actividades de innovación se traducen en una cultura innovadora sostenible.

En este sentido, cada actor aporta valor complementario para la colaboración en innovación. Los investigadores generan conocimiento, ya sea en ciencias básicas o aplicadas en diferentes disciplinas, logran reconocimiento de sus pares y transfieren el conocimiento a otros actores.

Por su parte, las universidades desarrollan cadenas de transmisión de conocimiento a los estudiantes y otras audiencias, aportan en temas de protección de propiedad intelectual y fondean investigación.

Finalmente, la industria realiza actividades de apropiación del conocimiento y lo transforma en productos y servicios innovadores que fungen como fuente de ventaja competitiva sostenible y aseguran su posición en el mercado.

Del otro lado de la moneda, cada actor se enfrenta a retos en su propio ámbito de trabajo. Los investigadores se mueven por incentivos más académicos y de enseñanza que de innovación.

Las universidades enfrentan una falta de capacidades de conversión y transferencia del conocimiento en factores accionables por la industria además de mantener una baja cultura de enfoque en la innovación.

La industria adolece de capacidades que le permiten generar una efectiva apropiación del conocimiento y un enfoque de corto plazo, cuando las actividades de innovación rinden frutos sólo en el largo plazo.

Al tener actividades heterogéneas, la pregunta a contestar es ¿cómo detonar una disposición de los actores a colaborar en actividades de innovación? Los autores del estudio hacen algunas propuestas para alinear la colaboración.

Primero, la universidad puede desarrollar actividades de generación de conocimiento ligadas a la solución de problemas de la industria. Esto motivaría una interacción profunda entre los dos actores.

Del mismo modo los investigadores pueden obtener financiamiento de la industria con lo que se lograría un primer ciclo de generación de valor a través de la liga inversión-conocimiento.

Segundo, la industria acude a las universidades no sólo para asegurar su propiedad intelectual sino para desarrollar capacidades de innovación. Al desarrollar conocimiento de punta, las universidades ganan credibilidad y confianza de cara a la industria con lo que se establecería un segundo ciclo de innovación conocimiento-aplicación industrial.

Tercero, el fondeo público de proyectos de innovación puede actuar como barrera para el desarrollo de proyectos industria-universidad, por lo que es necesario alinear a un último participante que son las entidades públicas que fondean proyectos de innovación y generación de conocimiento.

Si bien, la investigación comentada se encuentra a nivel teórico y se realizará una segunda fase para identificar las encuestar a los actores e identificar las mejores formas de colaboración para la innovación en México, el objetivo central es que la colaboración universidad-industria-gobierno lleve a la solución de problemáticas sociales, la generación de conocimiento y su protección por medio de instrumentos legales.

Profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México
Email: pavel.reyes@anahuac.mx