Todo cambió muy rápido. Nunca en la historia habíamos vivido una pandemia como la que estamos experimentando. Nunca fue previsto: estamos en cuarentena, trabajando, tomando/dando clase, divirtiéndonos, (des) informándonos y relacionándonos con otras personas desde el hogar.

Ningún director o dueño de una empresa se hubiera planteado migrar a tele-trabajo todas sus actividades. Ningún rector o secretario de estado se hubiera planteado cerrar todas las escuelas por un mes o migrar todas las clases a plataformas digitales de un día para otro.

Hoy contamos con algunos datos que nos permiten describir el impacto que ha causado la pandemia: La industria turística; se han cerrado las playas y los vuelos internacionales, según Flight Radar, prácticamente han caído en 67% del inicio de marzo a la fecha. Esto impactará directamente a casi 10% del PIB.

La industria automotriz se encuentra prácticamente en un paro técnico y las ventas de autos en México durante marzo cayeron en más de 25% de acuerdo con Inegi. Otros factores también impactan severamente a la economía mexicana: el muy bajo precio del petróleo y una segura disminución de las remesas provenientes de Estados Unidos.

Las empresas –desde las más pequeñas hasta las más grandes- han empezado a cerrar y la gente ha empezado a perder su trabajo. En resumen se espera una caída del PIB de entre 8% (Banco de América) y 11% (Centro de Estudios Económicos del Sector Privado) durante 2020.

A nivel de consumidor, de acuerdo con la agencia de investigación Nielsen, las ventas en línea de comida y productos de higiene tuvieron un pico de consumo al ser anunciadas las medidas de sana distancia.

El índice de confianza del consumidor muestra una tendencia negativa desde febrero del año pasado y es probable que siga cayendo más rápidamente en vista de que las compras de productos duraderos –automóviles, electrodomésticos y muebles sean pospuestas.

Lo más probable es que el consumidor ‘post Covid-19’ sea mucho más cauto con su gasto y se limite durante mucho tiempo a adquirir los productos básicos. Los viajes, vacaciones, y productos de alto costo serán pospuestos. En impacto de la pandemia al consumo es claro.

En todos los países del mundo, la pandemia ha planteado la decisión de salvaguardar la integridad física de los ciudadanos y la forma de mantener el funcionamiento de todo el sistema económico.

Esto es, si las medidas de cuarentena se implantan demasiado rápido, la economía será muy afectada. Por el contrario, si dichas medidas de salud de toman tarde, el resultado será tener muchas muertes.

El balance es delicado y ningún gobierno ha salido bien librado al tomar estas decisiones. El dilema parece estar en algún punto entre acabar con el virus o reactivar la economía Sin embargo debemos empezar a pensar en cómo acabar con el virus y reactivar la economía.

Algunas preguntas surgen. Desde el enfoque de salud ¿Cuánto tiempo más durará la cuarentena y la restricción a la movilidad? ¿Regresará el virus con una segunda oleada en el otoño del 2020? ¿Qué tan efectivas son las medidas de salud tomadas –prevención, reconversión, mitigación- para preservar la vida del mayor número de personas?

Desde el punto de vista económico ¿Qué pasará si la cuarentena se prolonga más allá de lo que los negocios pueden resistir? ¿Cómo será la reapertura de aquellas empresas que logran hacerlo? ¿Qué industrias sufrirán más y cuáles prosperarán? ¿Quiénes lograrán una recuperación rápida y quiénes lo harán lentamente? y de manera importante ¿Cuáles podrían ser los factores que propicien una rápida recuperación en general?

En un artículo anterior (30 de Octubre de 2019) comenté los resultados de una investigación que un colega y yo llevamos a cabo con emprendedores que habían fracasado. Nos interesaba saber qué los había llevado al fracaso y cómo a partir de ese momento, habían logrado relanzar el negocio.

Ahí nos dimos cuenta que aquellos emprendedores resilientes –sumamente flexibles, adaptables y que logran lidiar con altas dosis de riesgo– sobresalían en relanzar el mismo emprendimiento que ya tenían o simplemente cambiaban de giro, industria o producto. Al pensar en la pandemia, me parece que las características de resiliencia no serán las únicas que podrán ayudar a relanzar los negocios.

En las siguientes entregas estaré comentando sobre qué factores pueden ser útiles a los emprendedores en problemas para imaginar nuevos modelos de negocio en industrias post-pandemia atractivas. Adelanto algunas de ellas: la creatividad, la disciplina, la solidaridad, la forma de lidiar con la pandemia, el entorno familiar, el entorno de negocios.

Académico de la Facultad de Economía y Negocios, Universidad Anáhuac México
Email: pavel.reyes@anahuac.mx

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