El ictus de la triste historia comienza en enero de 2019 con el cambio de gobierno, cuando la Fonoteca Nacional fue presa del recorte de 75% de su presupuesto para operar, como ha sucedido en otras tantas instituciones, amén del nombramiento de funcionarios ineptos e inexpertos para dirigirlas, lo que ha llevado a que fundaciones cuyo fin es la protección del patrimonio nacional estén fracasando en su propósito primordial.

*Ictus. Cuadro morboso que se presenta de un modo súbito y violento, producido por un golpe. (Diccionario de la RAE) 

Después de una lucha intensa para lograr rescatar un tesoro sonoro abandonado en una bodega fría y húmeda en los Estudios Churubusco, que tuve a bien descubrir en 1996, que además estaba atacado por el síndrome del virus del vinagre y destinado a su total e inminente destrucción, y que la sonidista Sibylle Hayem —a mi llamado de ayuda—, asesorada por los ingenieros de sonido de los propios Estudios Churubusco, con el apoyo de algunos funcionarios expertos y sensibles a la música, logró lo increíble y lo rescató tras múltiples tribulaciones, como he narrado a ustedes a lo largo de varias semanas.

El acervo fue reconocido y nombrado, en febrero de 2018, por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Se decidió por varias instancias que fuera albergado por La Fonoteca Nacional como la institución ad hoc a la importancia del acervo rescatado que contiene, además de las grabaciones originales de la música escrita para el cine con la orquesta completa de 80 filarmónicos, las grabaciones de los playbacks de las canciones interpretadas en las películas con las voces de ídolos icónicos que el pueblo mexicano ha venerado por décadas como Pedro Infante, Agustín Lara, TinTan, Cantinflas, Lola Beltrán, Libertad Lamarque y muchos otros más. Específicamente el acervo rescatado abarca el periodo de 1956 a 1980 aproximadamente, porque, como sabemos, por la negligencia de muchos, se perdieron en su totalidad las grabaciones originales que se habían hecho con el sistema óptico anterior al nuevo sistema en soportes magnéticos que surgió hacia 1956-57, por lo tanto, lo que Sibylle rescató es lo único que quedaba para salvar de aquellos tiempos gloriosos del cine mexicano…

Con el cambio del régimen político salió su director, el licenciado don Ernesto Velázquez y se nombró a uno nuevo, afín al régimen lópezobradorista, el ciudadano-escritor Pável Granados, quién trabajaba como investigador externo de la Fonoteca Nacional y quién, amablemente, me había entrevistado a finales de 2018, a petición del entonces director don Ernesto Velázquez, para grabar una larga entrevista sobre mi padre, el compositor y director de orquesta mtro. Raúl Lavista, entrevista que supongo aún existe en el archivo de dicha Fonoteca.

Yo había conocido a Pável Granados después de una conferencia que di sobre mi padre en el Seminario de las hermanas Carmen y Magdalena en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Llegó Pável a la reunión en un restaurante al que fuimos con Las hermanas Galindo y algunos de los asistentes al seminario cuando me lo presentaron. Al oír su nombre me percaté que el joven escritor, estudiante entonces, Pável Granados era perpetrador de un libro sobre la historia de la célebre estación de Radio la XEW, donde de un plumazo había desaparecido a mi padre de su historia, cuando mi padre fue importantísimo como promotor de la música para conciertos durante años, sus programas eran los que más costaban a don Emilio Azcárraga porque se pagaba a la orquesta completa de 80 músicos y a grandes solistas intérpretes para transmitir en vivo pasajes de la gran música... Me permití reclamarle su omisión y él se disculpó aceptando su error en la investigación sobre la XEW. (Continuará...)

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