Para que el pequeño Salvador no perdiera el idioma que había adquirido en Alemania, su padre, don Salvador Elizondo Pani, lo inscribe en el Colegio Alemán “Alexander von Humboldt”, donde permanece hasta que inicia la Segunda Guerra Mundial y México se hace aliado con Estados Unidos, a partir de lo cual es muy mal visto, por la sociedad mexicana, que un niño asista al colegio alemán y lo cambia al “Instituto México”. El escritor Salvador Elizondo rememora su experiencia en el colegio alemán y escribe uno de sus mejores cuentos: “Ein Heldenleben” (“Una vida de héroe”), elogiado por la crítica literaria como un texto magistral, el cual aparece, para los interesados, en su libro Camera lucida, (primera edición Editorial Joaquín Mortiz, 1983).
A mi pregunta, en el documental que realicé del escritor Salvador Elizondo titulado Ida y Vuelta en 1999, sobre lo que recordaba de su regreso a México de Alemania a finales de 1938, me respondió:
En este tiempo, don Salvador Elizondo Pani empieza a desarrollarse como productor de cine y con la visión de un gran empresario crea los Estudios de cine CLASA. Mi suegro no llega virgen a esta nueva faceta de su vida, antes de viajar a Alemania para el cargo diplomático que desempeñó, ya había mostrado su interés por producir cine. El crítico Emilio García Riera en su Historia documental del Cine Mexicano apunta, a propósito de sus notas sobre la película de 1935 Hoy comienza la vida, dirigida por el pintor Juan José Segura: “El que después sería gerente de CLASA, Salvador Elizondo (padre del escritor), tuvo con esta película su primera experiencia cinematográfica como productor”.
Se inicia CLASA produciendo una de las mejores y más emblemáticas películas del cine mexicano, nada menos que ¡Vámonos con Pancho Villa!, dirigida por Fernando de Fuentes, estrenada el 31 de diciembre de 1936... (Continuará)